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Scorpions cambia a favor de Ucrania la letra de 'Wind Of Change', canción emblemática en Rusia

Toño Fraguas

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A finales de los ochenta Klaus Meine –líder de la banda alemana Scorpions– y sus compañeros visitaron una Unión Soviética en plena perestroika, ese periodo aperturista que puso fin a la dictadura comunista y a la Guerra Fría. En las calles de Moscú, los rockeros alemanes sintieron sus melenas agitarse con vientos de cambio, inspiración de esa balada heavy convertida en un himno pop que triunfó en todo el mundo y que fue abrazada por los rusos como una especie de mano tendida de Occidente. Ahora, en el primer concierto de su nueva gira, Meine y los suyos han adaptado la letra de Wind of Change (Viento de cambio) en apoyo a una Ucrania invadida por Rusia.

Al ritmo de esa canción, en 1989, comenzaron a cruzar el Telón de Acero también las hamburguesas, la Coca-Cola, Hollywood y el resto de accesorios de la globalización made in USA (esos mismos accesorios que ahora han echado el cierre).

Scorpions metió ese año a 300.000 personas en el Lenin Stadium de Moscú, una grieta no menor en el ya por entonces ruinoso bloque soviético, que acabaría por desmoronarse en 1991. La balada significó toda una lección del llamado soft power. Su influencia en la normalización de Rusia fue tal, que en un célebre podcast, el periodista de The New Yorker Patrick Radden Keefe llegó a relacionar la creación de la canción con la CIA.

La banda alcanzó con ella una decena de discos de oro y platino, y en diciembre de 1991 fueron recibidos en el Kremlin por el entonces presidente, Mijaíl Gorbachov. Los alemanes llevaban bajo el brazo dos cheques por valor de 70.000 dólares en derechos de autor que fueron destinados a hospitales infantiles soviéticos.

Tras la llegada del multipartidismo a Rusia –lo de 'democracia' quizá es mucho decir– la balada fue adoptada como propia por varias generaciones de rusos, y los rockeros actuaron allí en numerosas ocasiones.

Concierto privado en el Kremlin ante Putin

En 2007 llegaron a cantar en el mismísimo Kremlin ante Putin (entonces en su segundo mandato presidencial) y el resto de la cúpula de seguridad del país. Según las crónicas de aquel día tocaron Wind Of Change entre aplausos de los dirigentes rusos. El concierto fue emitido por la televisión estatal. Posteriormente la banda aseguró que no sabían que se trataba de un concierto para los gobernantes y que pensaban que era una actuación navideña.

Por todo esto, hoy más de un ciudadano de Rusia se quedaría consternado si llegase a enterarse (salvando la censura y los bloqueos) de que lo que antes era el verso inicial de la canción, “Follow the Moskva, Down to Gorky Park” (“sigo el [río] Moscova hasta el Parque Gorki”) se ha convertido en “Now listen to my heart, it says Ukraine” (“ahora escucho a mi corazón, que dice Ucrania”).

La variación fue introducida en directo por la banda el pasado día 27 durante su actuación en Las Vegas. El escenario se iluminó con los colores de la bandera ucraniana, azul y amarillo, cuando comenzaron los acordes de una balada que, probablemente, en Rusia ya solo escucharán los nostálgicos de otros tiempos y otros vientos.

A finales de los ochenta Klaus Meine –líder de la banda alemana Scorpions– y sus compañeros visitaron una Unión Soviética en plena perestroika, ese periodo aperturista que puso fin a la dictadura comunista y a la Guerra Fría. En las calles de Moscú, los rockeros alemanes sintieron sus melenas agitarse con vientos de cambio, inspiración de esa balada heavy convertida en un himno pop que triunfó en todo el mundo y que fue abrazada por los rusos como una especie de mano tendida de Occidente. Ahora, en el primer concierto de su nueva gira, Meine y los suyos han adaptado la letra de Wind of Change (Viento de cambio) en apoyo a una Ucrania invadida por Rusia.

Al ritmo de esa canción, en 1989, comenzaron a cruzar el Telón de Acero también las hamburguesas, la Coca-Cola, Hollywood y el resto de accesorios de la globalización made in USA (esos mismos accesorios que ahora han echado el cierre).