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Las sospechas de partidos amañados llegan al tenis de élite
“Si fueras el inventor de un deporte hecho a medida para el amaño de partidos, el deporte que inventarías se llamaría tenis”. La frase es del exdirectivo de la ATP (Asociación de Tenistas Profesionales) Richard Ings, y resume la investigación sobre el arreglo de partidos para lograr beneficios a través de las apuestas en internet, que han publicado este lunes BBC y BuzzFeed. Una trama en la que están implicados al menos 16 tenistas que han estado entre los 50 mejores del mundo, pero que nunca han sido acusados de nada y algunos de ellos hasta empezarán a jugar este lunes el Open de Australia.
Algunos de los encuentros supuestamente amañados pertenecen a grandes torneos, incluido el de Wimbledon celebrado en Londres todos los años.
La información ofrecida por ambos medios ha sido posible gracias a documentos secretos a los que han tenido acceso, que han sido completados con un análisis de BuzzFeed de las apuestas realizadas sobre 26.000 partidos de los últimos siete años. Esto ha permitido identificar a unos 15 tenistas que han perdido partidos después de que las apuestas empezasen a apostar por su rival insistentemente. Las investigaciones apuntan a que las encargadas de organizar los amaños han sido redes de apuestas radicadas en Rusia e Italia (algunas en Sicilia). El método era sencillo: se acercaban a los jugadores en los hoteles y les ofrecían 50.000 dólares o más por cada partido amañado por los apostantes corruptos.
Entre los implicados, hay ganadores de torneos Grand Slam (grupo en el que entran el Open de Australia, Roland Garros, Wimbledon y el Open de Estados Unidos). Además, uno de los 50 sospechosos es reincidente en el amaño de su primer set. Los nombres de los tenistas sobre los que recae la sospecha no han sido revelados, ya que estos medios no cuentan con registros telefónicos o bancarios para demostrar su relación con las organizaciones del amaño. La ATP podría reclamarles cualquier dato y confirmar o no su implicación.
Desde la ATP, su presidente, Chris Kermode, ha negado que hayan sido negligentes en las investigaciones de los encuentros sobre los que hay dudas.
El inicio de las sospechas
Las sospechas comenzaron en 2007, después de un partido entre los tenistas Nikolay Davydenko y Martin Vassallo. Fue en un torneo celebrado en Sopot (Polonia), y que el año anterior ganó el propio Davydenko. El tenista ruso era favorito frente al argentino, ya que en ese momento era el número 4 del mundo. Pero eso no se reflejó en la casa de apuestas online Betfair. Las pujas por la victoria de Vassallo comenzaron con fuerza, con cantidades inesperadas. Cuando la cifra llegó a los 3,6 millones de libras en apuestas solo en ese partido (10 veces más de lo habitual), un responsable de Betfair avisó a un miembro de la ATP, que fue a ver el partido.
Lo que ocurrió sorprendió a todos. Tras ganar el primer set de forma clara, Davydenko empezó a alegar que tenía molestias y pidió varios tiempos para ser atendido por su masajista. Perdió el segundo set y, tras pararse el juego más veces debido a sus peticiones, acabó retirándose y entregándole la victoria a Vassallo. Betfair, alarmada por el volumen de apuestas y el giro que dio el partido, decidió suspender las apuestas del partido.
Este fue el inicio del primer gran escándalo del tenis, con Davydenko acusado de amañar el partido, algo que negó, insistiendo en que estaba lesionado. La investigación reveló que su rival, el argentino Vassallo, había intercambiado más de 80 mensajes con el supuesto líder de la trama que amañaba las apuestas.
El proceso de investigación
Tras lo ocurrido en Sopot, se creó la Tennis Integrity Unit (TIU), destinada a cumplir el juego limpio en las listas. A la vez, la ATP encargó una investigación sobre lo ocurrido a tres miembros de la Federación de carreras de caballos británica, conocida por su prestigio e integridad. En los documentos que poseen BuzzFeed y BBC se revela que al menos 28 jugadores estaban implicados en la red de amaños, para los que la organización pidió sanciones. Pero las autoridades del tenis no lo hicieron. Ni siquiera el nuevo código de honestidad instaurado tras las indagaciones sirvió, ya que no contemplaba la retroactividad. Esto permitió que los tenistas sospechosos se librasen de sufrir sanciones.
El precedente de Sopot permitió conocer cuáles eran las bandas interesadas en el amaño de los partidos valiéndose de las apuestas. Rusia e Italia figuraban como países dominantes de estas redes, y lo ocurrido en el partido entre Davydenko y Vassallo provocó hasta amenazas de agresión al responsable de Betfair en Moscú. Al menos la quinta parte de los 3,6 millones que se apostaron en el choque venían de Rusia.
El hilo del que tiraron los investigadores les permitió conocer que esto no sólo pasaba en Rusia, y hallaron pruebas de que redes de Italia (incluida Sicilia) estaban metidas en el asunto.
Las reacciones
Internet está aglutinando las reacciones a la investigación de ambos medios conocida este lunes, entre la indignación y la sorpresa de los aficionados y los deportistas. Pero hay dos respuestas que destacan por encima de otras.
La primera ha sido del mejor tenista del mundo, Novak Djokovic, que ha revelado que a él mismo le ofrecieron perder un partido en 2007 a cambio de dinero. El deportista serbio asegura que “de manera indirecta, a través de quienes trabajaban conmigo” le ofrecieron que perdiese un partido en San Petersburgo. Djokovic asegura que dijo inmediatamente que no a la propuesta. A la vez, ha negado que esto genere sospechas sobre el tenis mundial y afirma que “no hay pruebas de jugadores en activo” metidos en el asunto.
La otra reacción destacada ha sido la del primer ministro británico, David Cameron, que se ha mostrado “muy preocupado” por la información sobre los amaños. Otro miembro de su gobierno, John Whittingdale, ha instado al mundo del tenis a “aprender de los errores de otros deportes” y a reaccionar rápido ante estas sospechas.