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El youtuber que te explica que lo del ‘plagio’ de Lana del Rey y Radiohead pasa todo el rato

Esta semana una nueva polémica que alimenta muros de Facebook y timelines de Twitter ha vuelto a poner en el centro la cuestión de la propiedad intelectual en los productos culturales: la cantante estadounidense Lana del Rey asegura haber sido denunciada por el supuesto plagio de la canción Creep, de Radiohead.

Vivimos en un mundo en el que casi nadie se pregunta quién hizo ese meme de Twitter o ese vídeo-chorra que nos ha llegado por Whatsapp y nos encanta. Sin embargo, cuando se trata de figuras reconocidas o mediáticas, el debate sobre la autoría se enciende.

Por eso resulta reconfortante encontrar a personas que se toman el tiempo de hacer un análisis que aún partiendo del conocimiento experto, utilizan todo tipo de estrategias para hacer una explicación matizada y didáctica. Eso es lo que ha hecho con este incidente el Youtuber y músico Jaime Altozano. Dentro vídeo.

“La mayoría de canciones pop son solo cuatro acordes en 4x4 en bucle haciendo una batería bombo-caja y una guitarra acordes abiertos”. Tal y como Altozano indica, aquí podemos distinguir dos debates: la batalla legal y la batalla moral.

En cuanto a lo legal, Lana del Rey ha asegurado en Twitter que han ofrecido el 40% de los ingresos y los abogados de Radiohead han respondido diciendo que el 100% de los royalties o nada. En cuanto a lo moral, Altozano se encarga de poner en evidencia la postura de Radiohead.

“Si a mí me preguntáis si Lana del Rey o su equipo han podido componer esta canción a ciegas y que haya salido así de parecida: sí, ha podido ser perfectamente”. En un mundo como el actual, con el nivel de super-producción musical y cultural que hay, con la facilidad en el acceso para componer canciones, emularlas, recrearlas, etc. querer tener la exclusividad de cuatro acordes en bucle sería como querer tenerla de una frase de cuatro palabras: no tiene ningún sentido (por ejemplo ;).

Lo que ocurre es que la historia va más allá: Radiohead fue demandado en su momento por el grupo The Hollies por plagiar en Creep la canción The Air That I Breathe. Y para Altozano, que analiza tocando el piano y cantando ambas canciones, esto termina desembocando en un callejón sin salida en el que “O todo es plagio, o nada es plagio”. Otros, como Kirby Ferguson, ya se posicionaron hace años sobre este debate.

El documentalista americano explica en esta serie de vídeos de 2012 titulada Everything is a Remix cómo la práctica cultural conocida como remezcla (“combinar o editar materiales existentes para generar una obra derivada de las anteriores”) está tan embebida en nuestra sociedad que en muchos caso pasa totalmente desapercibido la cantidad de mezclas que hay de unas obras a otras.

Ferguson explica que la música electrónica y el hip-hop propiciaron el auge de la remezcla. Tal es así, que no es complicado encontrar rastros de ‘samples’ (muestras de otras canciones que son reutilizadas en canciones nuevas). En la primera parte de su documental, un buen ejemplo sería Stairway to heaven de Led Zeppellin suena muy parecido al tema Taurus de Spirit producido tres años antes. Pero esto es algo muy común en la industria del entretenimiento.

En el episodio 2 de Everything is a Remix se demuestra como hay planos de determinadas películas muy conocidas que usan los mismos planos que películas que fueron producidas y distribuidas previamente. El ejemplo más gráfico es Star Wars, donde hay planos que parecen ser idénticos a películas de Kurosawa, de Metrópolis o de Flash Gordon.

Todos estos ejemplos demuestran que lo que mucha gente se obsesiona en llamar ‘plagio’, y que efectivamente lleva a litigios legales muy caros entre artistas mainstream, en realidad sucede todo el rato. Esto no quiere decir que la solución sea barra libre porque los pequeños productores musicales siempre saldrían perdiendo. Habrá que repensar y adaptar las leyes a las prácticas culturales contemporáneas.

Para eso son útiles los vídeos de Jaime Altozano. Porque su ejercicio divulgativo nos permite descubrir cómo está hecha la música que consumimos. Lo cual la descompone y la desmitifica. Pero también le otorga valor al proceso y a cómo se inserta en un contexto donde como diría Nina Paley, activista crítica con el copyright, “Toda obra creativa es derivada”.

Esta semana una nueva polémica que alimenta muros de Facebook y timelines de Twitter ha vuelto a poner en el centro la cuestión de la propiedad intelectual en los productos culturales: la cantante estadounidense Lana del Rey asegura haber sido denunciada por el supuesto plagio de la canción Creep, de Radiohead.

Vivimos en un mundo en el que casi nadie se pregunta quién hizo ese meme de Twitter o ese vídeo-chorra que nos ha llegado por Whatsapp y nos encanta. Sin embargo, cuando se trata de figuras reconocidas o mediáticas, el debate sobre la autoría se enciende.