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Sandra Sabatés: “Estremece pensar que 'Unorthodox' está basada en la realidad y sigue pasando”

Piedad Sancristóval

8 de julio de 2021 22:36 h

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Sandra Sabatés presenta desde hace casi una década El intermedio con El Gran Wyoming. Aporta el rigor informativo al programa y añade secciones propias como Mujer tenías que ser en la que entrevista a mujeres destacadas en diferentes ámbitos. También es autora del libro Pelea como una chica, que recoge las historias de diferentes pioneras españolas. Puede que algo que este análisis de la situación de lo femenino se haya colado en su elección a la hora de destacar la serie Unorthodox, cuyos cuatro episodios pueden verse en Netflix.

La miniserie es una versión libre del libro autobiográfico de Deborah Feldman, quien protagonizó una inspiradora huida de la opresiva secta ultraortodoxa judía jasídica Satmar radicada en Nueva York. Para Sandra Sabatés: “Seguramente es una de las cosas que más impactan, que más estremecen, el hecho de pensar que esta serie está basada en hechos reales, que Esther Saphiro (la protagonista) es el alter ego de Deborah Feldman, que esa Deborah existe, igual que existen muchas otras Deborhas”.

“Cuando pensamos en Nueva York pensamos en libertad y esto existe allí”

Sabatés reflexiona sobre la sorprendente pervivencia de estos fenómenos dentro de sociedades con más derechos: “Esas situaciones se siguen dando porque existen esas comunidades, en este caso judías ultraortodoxas, que se rigen por unas normas y unas reglas muy estrictas que lo que hacen es coartar totalmente los derechos y las libertades de las personas, castrar esas libertades, concretamente las de las mujeres. Y eso es algo que influye en todos los ámbitos de sus vidas, en la misma forma de vestir o de comportarse o relacionarse con los demás, incluso a la hora de decidir si quieren casarse o no. Ellas no pueden elegir, saben que tienen que casarse y les dicen: ‘Mira, este va a ser tu marido, y tu función en esta vida va a ser tener cuantos más hijos mejor’. Y no tienen ningún tipo de elección. Esto choca especialmente si tenemos en cuenta que esta comunidad en particular se encuentra en el barrio de Brooklyn. Cuando pensamos en Nueva York, una de las primeras palabras que nos vienen a la mente es libertad. Resulta muy llamativo poder entender cómo pueden convivir a día de hoy dos sociedades, dos realidades tan diferentes, una que sigue luchando por conquistar nuevas libertades, otra que no hace más que intentar coartarlas al máximo”.

La serie presenta la vida de Esther “Esti” Schwartz ante un matrimonio forzoso y su ansia de libertad siguiendo los pasos de su también díscola madre hacia Berlín. Sandra Sabatés aprecia la forma de presentar las dos vidas de la protagonista: “Me gusta la estructura que tiene la serie con esas dos líneas temporales, en presente se narra esa huída de Esti hacia delante con los continuos viajes al pasado a través de flashbacks que nos permiten acercarnos a la realidad de esa comunidad judía ultraortodoxa y también permite entender el porqué esa mujer toma esa decisión de marcharse de allí”. 

La serie está escrita, dirigida y producida por mujeres, algo destacable para Sandra Sabates: “Es una de las cosas que más me han llamado la atención de esta serie alemana. Las autoras nos muestran perfectamente esa sensibilidad, esos sentimientos que rodean a esta mujer que se encuentra totalmente controlada y manipulada por esa comunidad en la que vive”.

“La actriz protagonista, Shira Haas, es impecable. Parece frágil y es lo contrario”

Sandra Sabates destaca a la actriz protagonista del drama: “La interpretación de Shira Haas me parece impecable, es maravillosa. Esta mujer tiene una increíble capacidad, el poder de transmitir con una sola mirada el dolor, la frustración, la rabia, todos los sentimientos, todas las emociones. Además, se da la circunstancia de que es una mujer bajita, delgadita, que puede ofrecer a priori una imagen de una cierta vulnerabilidad, fragilidad, en un mundo con muchísimo poder, en el que hay unas normas muy estrictas, muy aplastantes, y sin embargo, a través de la actuación, acabas descubriendo que es todo lo contrario, que es una mujer muy fuerte, muy valiente, capaz de destruir esas cadenas para acabar consiguiendo su verdadero objetivo, que es descubrirse a sí misma”. Haas ha sido un descubrimiento para gran parte de la audiencia, pero es una actriz muy reconocida en su Israel natal. Entre otros trabajos, puede verse otra interpretación suya como integrante de una comunidad ortodoxa en la serie Shtisel, con un tono más costumbrista y excelentes críticas, también en Netflix. Para su papel en Unorthodox, Shira Haas aprendió yidis, piano, canto y se rapó la cabeza como se obliga a las mujeres ultraortodoxas.

El proceso de su personaje es el centro absoluto de la historia, pero destaca también la mirada sobre el hombre forzado a casarse con ella, como señala Sabatés: “Yanki, el marido de Esti no deja de ser también una víctima de alguna manera del sistema. Es un joven que está completamente perdido, completamente desconcertado. Por un lado es muy consciente de que tiene que seguir unas normas, unas reglas y lo hace sin cuestionarse absolutamente nada porque es lo que se espera de él y por el otro tiene a Esti, a su mujer, que nada más conocerle lo primero que le dice es: ‘Yo no soy como el resto de las chicas’ y él hace un esfuerzo continuo por aceptarla, por entenderla, por acercarse a ella y por respetar ese espacio. El problema es que es un personaje que acaba teniendo una lucha interna constante e intenta hacer equilibrios entre dos mundos tan opuestos que al final es evidente que siempre la balanza se tiene que acabar decantando por algún lado”.

“Enseñan a las mujeres que todo lo que está fuera de la comunidad es el mal” 

La forma en la que la comunidad ultraortodoxa consigue subyugar a sus miembros en plena democracia con amplios derechos individuales es la educación, como señala la periodista catalana: “Sin duda ese es el primer peldaño. El conocimiento es, de alguna manera, lo que nos hace libres y por eso precisamente a esas mujeres lo que hacen es limitarles la educación, ese aprendizaje para poder someterlas y controlarlas desde que son muy pequeñitas. En eso se incide mucho en esta serie, les enseñan lo que es el bien y lo que es el mal. Hay que seguir el buen camino, evidentemente, pero el mal es todo lo que está fuera de la comunidad. Las que salen de la comunidad, como es el caso de Esti o como es el caso de su madre acaban siendo unas descarriadas. Hay que cumplir esas normas tan estrictas, en el caso de las mujeres es casarse y tener cuantos más hijos mejor y la que no cumple con ese objetivo, como le pasa al principio a Esti, no deja de ser una mujer defectuosa. Estas chicas, estas niñas, estas mujeres crecen con esas ideas, con esos valores de que lo más importante es la familia, que es sagrada, igual que las relaciones sexuales, y el problema es que acaban asumiendo y dando por buenas algunas discriminaciones que sufren por el hecho de ser mujeres, el no poder salir a la calle mostrando su pelo o que sean consideradas impuras cuando tienen la menstruación. Pero es que son ideas con las que han crecido, es lo único que han visto y es lo único que conocen y que acaban dando por bueno y aceptando”.

La serie ha aportado a la historia real de su protagonista el papel redentor de la música, que no estaba en el libro. “Me gustaría destacar la música —señala Sabatés—, que más allá de la banda sonora, juega un papel fundamental porque no deja de ser un hilo conductor. Es el gran sueño, la gran pasión de la protagonista y también se acaba convirtiendo de alguna manera en su salvación. Se da cuenta de que es un sueño imposible porque ella no tiene esa formación necesaria pero finalmente decide cantar. Cantar en público en su comunidad es interpretado como un acto impúdico y ella finalmente lo hace. Es una demostración de fuerza, de que por fin ha conseguido romper esas cadenas y ha logrado su objetivo que es huir de ahí”. Shira Haas, la actriz que encarna a Esti sintió la canción que interpreta su personaje como la metáfora de que por fin había encontrado su propia voz, muy en línea con lo que señala la presentadora de El intermedio

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