Alguna vez lo hemos dicho por aquí: la mejor forma de viajar si eres retrón es ir en AVE. El autobús a mí me resulta muy pesado, hay pocos adaptados y los que lo están… digamos que no muy bien. El avión, según tu discapacidad, puede suponer una pequeña tortura y te arriesgas a que te rompan la silla, como le ocurrió a Pablo Echenique hace unos días.
Descubrí las maravillas del AVE en 2008. Por fin podía viajar solo a Barcelona o Madrid. Un tren cómodo al que unos señores amabilísimos te ayudaban a subir con unas plataformas. El servicio Atendo es de lo mejor que he visto en accesibilidad por estos lares. Este servicio solo tiene, a mi juicio, un problemilla: solicitarlo tiene su complicación.
Lo que viene ahora es un relato muy personal de mi experiencia con Renfe, con su web y con la gente que atiende al teléfono. Cada uno tendremos experiencias mejores y peores. Pero quiero contar aquí la mía para terminar con una llamada que he hecho a la central, donde me han explicado cómo comprar billetes para discapacitados y no morir en el intento.
Creo que muchos estaremos de acuerdo en que la web de Renfe no es la más amable del mundo, por decirlo suavemente. Existe una página de Facebook llamada Odio la web de Renfe y en este diario se ha escrito algún artículo sobre su coste y su escasa funcionalidad.
Hace unos días quise comprar un billete Zaragoza-Madrid. Quería uno barato, al que pudiera aplicar mi tarjeta Dorada (que no es realmente una tarjeta pero bueno) y sentarme en la plaza H. Para quien no lo sepa, es una plaza reservada para discapacitados, a la entrada de uno de los vagones. Allí hay 2 asientos y delante un espacio vacío, donde poder colocar la silla de ruedas. También hay una mesita anclada en la pared y enchufes para cargar la batería. Si no lo he entendido mal, hay 2 plazas H por cada tren.
La cosa es que si elijo tarifa Promo no me deja luego ir al mapa para elegir el asiento. Si elijo tarjeta Dorada me da problemas al pinchar en “Viaja en su propia silla de ruedas”. Al tratar de comprar el billete, la plaza H queda bloqueada y no puedo volver a intentarlo en unos 20 minutos. Normalmente, termino por llamar al servicio Atendo para comprar los billetes por teléfono (es un 902, con lo que eso conlleva).
La última vez fue una locura. En el propio servicio Atendo me decían que no existía plaza H para el tren que yo buscaba. “Bueno, pues en el siguiente…” Tampoco. Ni en el anterior. El hombre al otro lado del teléfono se hacía cruces y lo achacaba a un problema informático. Al día siguiente, fui directamente a la estación de Zaragoza. Tras 2 horas, la mujer que de Atención al cliente tuvo que rendirse. Aquello era de Expediente X. La plaza H había desaparecido. Llamó a varios compañeros de atendo y de Renfe y nada. Terminamos por comprar un billete normal y, a mano, escribió que en realidad necesitaba plaza H pero que por un problema informático no la había podido seleccionar.
Una semana antes, sí pude comprar los billetes por teléfono... Pero en la estación de Atocha tuve problemas. Descubrí que me habían dado un asiento normal: al llegar al tren, tuvimos que cambiar de vagón, “echar” a un señor que se había puesto allí para cargar su móvil y pedir a Zaragoza que me recogieran en el vagón 5, no en el 3. Pero al llegar a la estación no había nadie; habían avisado a Sants, no a Delicias. Corriendo, corriendo a llamar a los señores de Atendo para que trajeran la plataforma y me bajaran antes de que arrancase el tren. No terminé en Barcelona de milagro.
Como digo, el servicio en tierra es una maravilla pero es complicado solicitarlo. Escribo esto minutos después de llamar a la Central de Atendo (un número normal, no un 902). Allí me han explicado muy bien cómo comprar los billetes sin sufrir mucho. No debía de ser el primero que llamaba porque me han dicho “Es verdad que las primeras veces cuesta, pero luego ya lo haces automático”.
La cosa es elegir el día, el horario y clicar en la casilla “Viaja en su propia silla de ruedas para la IDA / VUELTA”. Allí se pone el nombre y el número de móvil y ya. No hay que llamar después para solicitar nada (como me han dicho siempre). Al marcar esa casilla, automáticamente te dan la plaza H y queda registrada la solicitud de ayuda en tierra.
Puede parecer algo sencillo, y lo es. Es tan sencillo que me parece increíble que me haya peleado tantas veces con la web. Pero me ha costado bastante que alguien me dijera cómo se hacía. Ni en la estación ni en la compra por teléfono me lo habían explicado claramente (cada uno me decía una cosa). En Twitter publiqué mi problema para comprar los billetes y varias personas me dieron respuestas diferentes: las que habían recibido de Renfe. Espero que este post sirva para que aquellos sufrimos al sacar un billete lo tengamos más fácil.
Alguna vez lo hemos dicho por aquí: la mejor forma de viajar si eres retrón es ir en AVE. El autobús a mí me resulta muy pesado, hay pocos adaptados y los que lo están… digamos que no muy bien. El avión, según tu discapacidad, puede suponer una pequeña tortura y te arriesgas a que te rompan la silla, como le ocurrió a Pablo Echenique hace unos días.
Descubrí las maravillas del AVE en 2008. Por fin podía viajar solo a Barcelona o Madrid. Un tren cómodo al que unos señores amabilísimos te ayudaban a subir con unas plataformas. El servicio Atendo es de lo mejor que he visto en accesibilidad por estos lares. Este servicio solo tiene, a mi juicio, un problemilla: solicitarlo tiene su complicación.