¿Cuántas veces la palabra “discapacidad” va acompañada de estas otras como “voluntad”, “superación”, “pensamiento positivo”? Y cuántas veces, desde esta tribuna, hemos matizado que la voluntad y la actitud no lo son todo… que, a veces, son una trampa en la que las personas con discapacidad hemos caído alguna vez. Sin embargo, hoy sí las ponemos juntas, porque cuando hablamos de deporte sus apellidos naturales sí son la fuerza de voluntad y el deseo de superarse. También desde la discapacidad.
En la práctica de algún deporte, el esfuerzo y la voluntad son enormes motores de cambio, crecimiento y realización personal. No simples adornos léxicos con los que tantas veces se lastran situaciones de exclusión, derivadas de la discapacidad, cuando fallan las coberturas a las que todas las personas con discapacidad tenemos derecho.
Desde que entré en el mundo de la discapacidad, aprendí lo natural que resulta entre las personas ciegas practicar atletismo, ciclismo en tándem, natación, etc. por ejemplo. Yo misma seguí patinando aun sin ver, del brazo de otro patinador guía… Es importante conocer, aprender qué y cómo lo hacen los otros. Con ese espíritu, el abogado Juan José Rubiño (Juanjo the Rock La Ley del Crossfit) ha reunido en un box de crossfit de La Zubia, en Granada, a un grupo de deportistas “no limits” para mostrar en un seminario precisamente que no hay límites. La crossfitter sorda Virginia Bravo ha enseñado cómo entrena en lengua de signos. Sin hablar, sin música, valiéndose de la signación y de paneles con indicaciones. El powerlifter en silla de ruedas Airán Fernández puso en situación a los participantes explicando sus adaptaciones y mañas para entrenar sin usar las piernas. Porque aunque uno no vea, existen formas de esquiar siendo ciego. Así lo hace Pepe García, que acompañado por su guía, Javier Calvo, han enseñado cómo moverse, desplazarse y correr sin usar los ojos. O Xavi Osa, que sin sus brazos es el número uno de los Crossfit Games. Todos sin algo, pero con mucho: la voluntad, la disciplina y el esfuerzo. El ser humano hace cosas extraordinarias.
Saber que se puede, que podemos. Es inspirador conocer que otros pueden; que los límites a veces no están en nuestro cuerpo, sino en la voluntad de traspasarlos, de ir más allá de lo que, incluso, nosotros pensábamos.
¿Cuántas veces la palabra “discapacidad” va acompañada de estas otras como “voluntad”, “superación”, “pensamiento positivo”? Y cuántas veces, desde esta tribuna, hemos matizado que la voluntad y la actitud no lo son todo… que, a veces, son una trampa en la que las personas con discapacidad hemos caído alguna vez. Sin embargo, hoy sí las ponemos juntas, porque cuando hablamos de deporte sus apellidos naturales sí son la fuerza de voluntad y el deseo de superarse. También desde la discapacidad.
En la práctica de algún deporte, el esfuerzo y la voluntad son enormes motores de cambio, crecimiento y realización personal. No simples adornos léxicos con los que tantas veces se lastran situaciones de exclusión, derivadas de la discapacidad, cuando fallan las coberturas a las que todas las personas con discapacidad tenemos derecho.