Hoy en día, en la era digital, el acceso a la información y al entretenimiento son parte importante de la vida para cualquier persona. Pero muy pocas veces reflexionamos sobre cómo herramientas como los subtítulos pueden mejorar la experiencia del usuario. Hoy os presento las historias de dos usuarios, Ángeles y Emilio.
Ángeles es una chica a la que le encantan el cine y la televisión. Desde la niñez, demostró una pasión especial por las narraciones de todo tipo pero a los diez años perdió la audición. Este hecho le supuso retos muy difíciles y el silencio se convirtió en parte de su forma de vida. Sin embargo, gracias a los subtítulos, ha podido seguir disfrutando de los contenidos audiovisuales. Para Ángeles, los subtítulos son su conexión con experiencias que a otros no nos cuesta nada acceder.
Por otro lado, Emilio es un profesional que viaja constantemente. Ya sea en aeropuertos, trenes o en el ambiente caluroso de las cafeterías, el ruido ambiental elevado puede convertirse en un verdadero enemigo para su concentración. Tiene una vida en la que no siempre puede estar en su oficina. Por eso, necesita ver cosas, a veces, sin poder escucharlas por el ruido o el silencio impuestos en ese momento.
Los subtítulos no son solo una ayuda para las personas con discapacidad auditiva. Son también una ayuda en entornos donde no es posible reproducir sonido, o donde el audio no tiene la suficiente claridad. Entonces, ¿en qué otros contextos son útiles los subtítulos? Por ejemplo, a quienes están aprendiendo un nuevo idioma. Estos pueden, gracias a los subtítulos, seguir el hilo del diálogo y comprender mejor lo que se está diciendo.
Ángeles es no solo una usuaria del contenido audiovisual, sino también una estudiante universitaria. Cuando accede a la educación en forma de material en línea, se topa con frecuencias con dificultades. Esto porque el material que consume no tiene los necesarios subtítulos. El video en sí es un recurso que puede ser muy valioso para la enseñanza. En el caso de Ángeles y de muchos como ella, es un recurso que se vuelve inaccesible cuando no tiene subtítulos.
Emilio se dio cuenta de que, hasta en las reuniones de trabajo que se realizan por videoconferencia, los subtítulos pueden ser de mucha ayuda. La conexión a internet no siempre es la mejor, y el ruido de fondo a veces interfiere con el audio. Por esto, es mejor asegurar el mensaje con un texto que leer apropiadamente si es que no se entendió del todo bien en su versión hablada.
Es fundamental comprender que la accesibilidad nos implica a todos en cada momento y contexto. Añadir subtítulos a los materiales de contenido audiovisual es un paso realmente incuestionable hacia la inclusión y, sobre todo, la igualdad. Las empresas y las plataformas tienen la responsabilidad de hacer que sus productos sean accesibles a una audiencia diversa.
La calidad de los subtítulos es fundamental. Lo que se necesita son unos subtítulos que cumplan con la regla de oro de la traducción: contextualizar. Unos subtítulos que además de transcribir, adapten el contenido a la cultura en la que va a ser recibido.
Ángeles y Emilio ilustran el efecto positivo que pueden tener los subtítulos en la vida de las personas, sin importar sus condiciones. Ambos son defensores de una conciencia mayor sobre la accesibilidad en los medios y promueven, en su vida diaria, esta inclusión que pone un poco más de justicia en nuestras sociedades.
Lo que realmente existe en los subtítulos es la percepción de lo que se “ve” cuando hay texto, y de lo que se “escucha” cuando no hay texto.
Como herramienta de accesibilidad, los subtítulos son una declaración de intenciones: aquí hay un contenido disponible para todo el mundo, independientemente de su capacidad o condición. Pero la accesibilidad no es solo una cuestión de inclusión. Los subtítulos también benefician a un número creciente de personas que mantienen su atención en la pantalla al tiempo que benefician a unos jóvenes que aprenden el lenguaje.
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