Save the Children es la organización independiente líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Trabaja en más de 120 países salvando vidas, proporcionando seguridad y protección a los niños y las niñas y defendiendo sus derechos. En España trabaja desde hace más de 20 años con programas de atención a los niños más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social.
180 días
Hace 180 días la tierra tembló en Nepal, causando la muerte de casi 9.000 personas y una enorme devastación: más de 600.000 viviendas, 30.000 escuelas y 1.000 centros de salud fueron reducidos a escombros.
Afortunadamente el primer terremoto- el más destructivo- tuvo lugar en sábado, el día de la semana no lectivo en Nepal. Si hubiese ocurrido en cualquier otro día, la tragedia en las escuelas hubiera sido inmensa.
Como en todas las catástrofes naturales y en todos los conflictos armados, las mayores víctimas son los niños y las niñas. Decenas de miles de niños de Nepal han perdido a sus padres, familiares y amigos, sus casas, sus escuelas, sus centros de salud, y ahora viven mucho más expuestos a la explotación laboral o sexual.
Hace pocos días regresé de Nepal. Muchas personas me preguntan por el proceso de reconstrucción del país, con la sensación de que el terremoto tuvo lugar hace mucho tiempo, producida por el modo tan rápido en que consumimos la información. Pero fue hace tan sólo 180 días.
El mayor progreso desde la catástrofe ha tenido lugar en lo más humano e intangible: las familias y comunidades han asumido con impresionante rapidez y resistencia las pérdidas de todo tipo causadas por el terremoto, y luchan con gran coraje por desarrollar una nueva vida en un contexto mucho más precario y difícil que el que ya tenían antes del seísmo. La capacidad y la velocidad de superación del trauma que están demostrando es la que sólo tienen los pueblos acostumbrados a vivir en la adversidad.
El menor progreso desde la catástrofe está teniendo lugar en el ámbito material. Las ciudades, los pueblos, las aldeas más remotas son todavía un mar de escombros. Sólo allí uno se da cuenta de que retirar todo lo destruido, paso imprescindible para comenzar a construir, supone un inmenso esfuerzo cuando las únicas herramientas disponibles son las propias manos.
En estos 180 días la ayuda humanitaria llegó y atendió necesidades inmediatas de una buena parte de la población afectada: refugio, alimentos, agua, suministros de salud, escuelas temporales. La difícil orografía de Nepal y la precariedad de sus infraestructuras de comunicaciones lo convirtieron en un enorme desafío logístico. Aún hoy, no se ha conseguido llegar a las comunidades más remotas, que viven en zonas montañosas de muy difícil acceso. Save the Children utiliza helicópteros y porteadores humanos para hacer llegar ayuda humanitaria imprescindible a las zonas más inaccesibles.
El trabajo más importante es el que habíamos hecho antes del terremoto: en previsión de una emergencia, Save the Children había previsto suministros para atender necesidades inmediatas de 4.000 personas en todos los distritos. Fueron fundamentales en la primera respuesta. Habíamos trabajado con todos los hospitales y centros de salud implantando protocolos sanitarios de respuesta en emergencias. Fueron decisivos para salvar muchas vidas.
Hemos atendido las necesidades más inmediatas, pero es urgente e imprescindible impulsar la reconstrucción. Una gran parte de la población de Nepal aún vive bajo lonas o en refugios temporales precarios, y llega el invierno al país más montañoso del mundo. Las promesas de las potencias internacionales en la Conferencia de Donantes deben convertirse en realidades rápidamente, y el gobierno de Nepal debe acelerar el plan de reconstrucción.
El primer terremoto de Nepal duró sólo dos minutos. Recuperarse de la devastación que causó llevará al pueblo de Nepal un mínimo de tres años, y sólo será posible si cuenta con el apoyo decidido y continuo de la ayuda internacional.
Hace 180 días la tierra tembló en Nepal, causando la muerte de casi 9.000 personas y una enorme devastación: más de 600.000 viviendas, 30.000 escuelas y 1.000 centros de salud fueron reducidos a escombros.
Afortunadamente el primer terremoto- el más destructivo- tuvo lugar en sábado, el día de la semana no lectivo en Nepal. Si hubiese ocurrido en cualquier otro día, la tragedia en las escuelas hubiera sido inmensa.