Las abogadas de Sevilla estarán en el mapa: la calle de los Letrados se llamará Plaza de la Abogacía 17 años después
La Calle de los Letrados de Sevilla pasará a llamarse Plaza de Abogacía tras la aprobación por parte del pleno de Ayuntamiento hispalense que se celebrará este jueves. El cambio de nominación fue solicitado en última instancia por el Colegio de Abogados de Sevilla, que casualmente está codemandado en un proceso judicial por la votación que mantuvo su denominación actual frente a la de Colegio de la Abogacía. El nombre actual se adoptó por unanimidad por el pleno del Ayuntamiento el 15 de febrero de 2007 para reconocer la función de los profesionales de la abogacía.
Previamente, el pleno de la junta municipal del Distrito Nervión dio su visto bueno a la nueva denominación el pasado 25 de septiembre después de que el Área de Hacienda, Administración y Transformación Digital sirviera como “medio y cauce de participación de las personas, directamente o a través de las organizaciones y asociaciones de la ciudad” elevara una propuesta en ese sentido. En concreto, más de 200 firmas pidieron el cambio de nominación a finales de 2022 aunque la propuesta de un grupo de abogadas de Sevilla fue víctima del silencio administrativo y fue el Colegio el que, a posteriori, cursó la solicitud con unos argumentos algo distintos.
La petición original de cambio de nombre por abogadas de Sevilla venía motivada directamente porque la Calle de los Letrados era considerada “discriminatoria contra las mujeres letradas” y porque “vulnera toda normativa en materia de igualdad de género”. Un año después fue el Colegio de Abogados de Sevilla el que llevó la cuestión directamente al ámbito municipal. En ese sentido, llamó la atención los argumentos que trasladaba la corporación colegial a este periódico, destacando que pedía el cambio “por la evolución tanto del término 'letrado' como 'abogacía', optando por desarrollar el segundo concepto”. “Consideramos que el termino 'abogacía' engloba con mayor precisión a todo el colectivo de abogados y abogadas. En cambio, el termino 'letrados' se ha singularizado en aquellos funcionarios de la Administración de Justicia, los letrados de la Administración de Justicia”.
La “paradoja” del Colegio de Abogados
Ese hecho, según dijo el Colegio, hacía que hubiera “perdido en parte relación directa con los profesionales de la Abogacía, origen y propósito de significar a la profesión en el callejero de Sevilla”, ya comentaron fuentes del Colegio a SevillaelDiario.es. Las mismas fuentes añadieron a ese respecto que el cambio de denominación “tiene un carácter simbólico, de reconocimiento a la profesión”, a lo cual “suma el empleo de una terminología por supuesto más inclusiva, una llamada a una denominación común que recoja a todo el colectivo de abogados y abogadas”.
Para María Jesús Correa, que registró aquella primera petición con más de 200 firmas para sustituir el nombre de la Calle de los Letrados, resulta “paradójico” que la corporación colegial sevillana pidiera luego el mismo cambio “cuando existe un procedimiento contencioso contra el propio Colegio porque perpetúa el lenguaje sexista en su denominación de Colegio de Abogados. ”Podía haber aprovechado y podía haber dado ejemplo el Colegio para profundizar y avanzar en igualdad, pero en cambio su principal argumento ante el Ayuntamiento es que pedía el cambio de nominación porque el nombre de 'letrados' se podía confundir con los ahora letrados de la Administración de Justicia“, comenta a este periódico a un día de que el Pleno apruebe finalmente la petición que impulsó hace un par de años junto a un grupo de letradas de Sevilla.
Pulsadas las posiciones de los grupos por este periódico, es más que posible que el acuerdo se apruebe este jueves por unanimidad. “Lo de la Abogacía es una petición del Colegio de Abogados con la que estamos de acuerdo”, manifiestan fuentes del PP, mientras que el PSOE también confirma su voto a favor. Desde Podemos-IU se muestran “a favor de los cambios a denominaciones inclusivas”. “Si es el primer paso para futuros cambios como, por ejemplo, en el nombre del Colegio de Abogados... pues bienvenido sea”, comentan desde la coalición de izquierdas al hilo del frente judicial que tiene la corporación colegial sevillano.
“La idea inicial es respaldar el 'paquete' de cambios de nombres que se lleva al pleno”, señalan desde Vox. Efectivamente se prevé aprobar también varias nominaciones en el callejero hispalense, como por ejemplo el espacio verde dedicado a juegos infantiles situado en la calle Fontaneros, que se llamará Lolo Laocoonte Parque Infantil, o el espacio de nueva formación en la confluencia de San Francisco Javier, Ramón y Cajal y Diego Martínez Barrio, que será la Glorieta de la Enfermería Sevillana.
Una terminología “más inclusiva”
La calle, que más bien parece una plaza y que se ubica frente a la fachada del Palacio de Justicia, junto al edificio de los juzgados del Prado de San Sebastián, es lugar habitual de tránsito de miles de personas en la capital hispalense, tanto de los profesionales de la administración judicial como de estudiantes (el Rectorado de la Universidad está a escasos metros) y ciudadanía que van o vuelven del centro de la ciudad. El Colegio de Abogados tenía solicitado formalmente desde hacía uno meses que en la explanada delimitada entre ambos edificios judiciales y las avenidas Menéndez Pelayo y Carlos V pasara a llamarse Plaza de la Abogacía.
La solicitud primera por parte del grupo de abogadas de Sevilla se amparaba en la normativa que ya en 2007 existía en materia de no discriminación por razón de sexo, y en la pluralidad de leyes y normativas en materia de igualdad que se han venido aprobando en los últimos 15 años en Andalucía, España y Europa. Según aquella reclamación, “uno de los fenómenos más graves de discriminación lingüística radica en el aspecto gramatical que consiste en el uso del género masculino como neutro, es decir, utilizándolo como si abarcara masculino y femenino”.
Esa regla “es un claro reflejo de la visión androcéntrica del mundo y de la lengua, y otorga carta de naturaleza a uno de los ejes más claros del androcentrismo cual es el reforzamiento de la presencia del género masculino y causa la desaparición del género femenino”, señalaba aquel escrito, donde se explicaba que existe “una íntima conexión entre la lengua utilizada en el mundo público laboral y la posición de la mujer en la sociedad”, razón por la que “hay que potenciar el cambio de una realidad donde mujeres y hombres no gozan de iguales oportunidades”. “Por ello es necesario modificar el lenguaje que se usa en las administraciones públicas y, en el caso concreto que nos ocupa, en una corporación pública que ha de cumplir la legislación vigente”.
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