Lo que la abuela le cuenta a la nieta: un podcast para celebrar el Día del Libro a través de la palabra viva de los mayores

Los libros beben de historias que trascienden el papel. Algunas viajan a través del tiempo, de abuela a nieta, de generación en generación. Esa palabra viva es lo que ha querido reivindicar la grabación en directo del podcast-show ¿Qué le dice la abuela a la nieta?, protagonizado por Claudia GR Moneo y su abuela Rosa 'la del delantal', celebrado este miércoles 23 de abril en el centro de día de mayores Amedara con motivo del Día del Libro.
Esta actividad –organizada por la agencia de comunicación y gestión cultural Édere con la ayuda del Ministerio de Cultura– pone en valor “el legado de las historias y vivencias personales que no han sido contadas o que se han perdido”. De ahí que la conversación se convirtiera en un homenaje a la tradición oral, los relatos de la infancia, la memoria compartida y “la palabra que nos conecta con la vida”, como ha señalado la poeta Mar Gallego, invitada especial del “poscá” que comparten nieta y abuela.
“Los libros no solo son algo material, la palabra nos conecta con la vida y las personas mayores son libros vivos”, ha defendido la autora de Como vaya yo y lo encuentre (2020). El episodio sonoro arrancó precisamente con la lectura de un fragmento de este ensayo de Mar Gallego sobre feminismo andaluz, que inmortaliza voces reales de mujeres andaluzas de todas las edades. Entre ellas, la de la propia Rosa –de 86 años– quien le confesó que hubiese sido su “delirio” saber leer.
Porque Rosa no sabe leer ni escribir, pero no se reconoce a sí misma como analfabeta: “Yo sé muchas cosas”. Saberes cotidianos que no caben en los márgenes de una libreta, como “guisar”, seguir el compás –se declara “gitana hasta los huesos”– o aguantar “carros y carretas” para sacar adelante a su familia. Pues mientras sus hermanos iban a la escuela y su madre dedicaba la mañana a vender gandinga (lo que hoy llamamos casquería) en un puesto de la plaza de Jerez de la Frontera, ella se dedicaba a preparar la comida y a bregar con todas las faenas de la casa.

Glosario de la literatura oral
Las palabras de esta abuela jerezana resonaron en la memoria de Araceli, de Carmen y de otras tantas usuarias del centro, que no dudaron en intervenir durante un podcast marcado por la cercanía, la emoción y la espontaneidad. Un encuentro que ha puesto de manifiesto la necesidad de contar y de ser escuchadas; de reconocerse en los relatos de otras mujeres, de poner en valor historias de vida en torno a los patios de vecinos, las costumbres en la cocina, las formas de ponerse un delantal (atado al cuello o con alfileres, como Rosa).
Porque Rosa no sabe leer ni escribir, pero “tiene una boca para comérsela”, como dice su nieta desde la devoción que le profesa. Por eso, Claudia GR Moneo y Mar Gallego –ambas periodistas y ambas gaditanas– han aprovechado la ocasión para reivindicar que esa literatura oral, espontánea y poderosa, tiene su propio léxico y su propio recopilatorio de “citas célebres”.
Por ejemplo: la abuela del delantal con alfileres no dice charlar con las amigas, dice “parlamentar”. Ella no se esclavizó voluntariamente para cuidar de su marido enfermo: “Me esclavitué”, dice ella. De su propia cosecha es también la célebre frase: “El viento no sabe leer”, que viene a significar “que si vas acelerada por la vida, te pierdes muchas cosas”.
Conectar los libros con lo cotidiano
Con esta actividad enmarcada en el ciclo Lecturas de proximidad, Édere ha tratado de “llevar la lectura y las narraciones a públicos diferentes y espacios no convencionales”. Con este afán, durante toda la semana han organizado una programación para acercar la importancia de la literatura a otro público alejado de los círculos académicos o culturales tradicionales, como son los presos de la cárcel Sevilla I, donde tuvo lugar este martes una charla sobre novela negra con Benito Olmo y Berna González Harbour.
La literatura también se ha colado en un salón de uñas, donde se ha celebrado un taller de escritura creativa de la mano de la escritora Rosario Izquierdo. Al ejercicio de diálogo generacional, y de puesta en valor de las experiencias de las personas mayores celebrado la mañana del miércoles, le ha seguido una gymkana literaria a cargo de Alejandra Vanessa en un parque infantil dirigida a los más pequeños.
Desde Amedara agradecen que el centro de mayores haya sido uno de los escenarios escogidos para celebrar este ciclo de actividades por el Día del Libro. “Todo lo que se salga de la rutina, a ellos les viene muy bien”, afirma Sandra Silva, una de las terapeutas ocupacionales de Amedara. A juzgar por la expresión de los usuarios tras escuchar el podcast (concepto que tradujeron por “teatrillo” para hacerlo accesible a las personas mayores), Sandra valora que la experiencia ha sido muy “enriquecedora” para ellos.
“Ejercitar la memoria, revivir momentos, transportarse a sus propios recuerdos son actividades que les vienen muy bien”, asegura la profesional del centro, aludiendo a la emoción y las risas que ha provocado el encuentro. Más allá de compartir y poner en valor esas historias de vida que no aparecen en los libros, conocer a Rosa les ha servido como referente de vitalidad, de seguir con ganas de “jaleo” en la tercera edad. “Hay que vivir”, ha concluido la abuela de 86 años. Porque, como recuerda Claudia, “en lo cotidiano reside lo importante”. Y en la palabra viva, la esencia de la literatura.
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