El alcalde saca pecho de su pacto con Vox para el presupuesto de Sevilla: “Aquí no veo ningún partido de ultraderecha”
PP y Vox han consumado su entendimiento en Sevilla con la aprobación del presupuesto municipal, al que la formación ultraconservadora ha dado finalmente su 'sí' pese a que lo que se esperaba era sólo la abstención. Se ha refrendado de esta manera un pacto –rubricado de manera solemne hace unos días– que para la izquierda “fomentará la desigualdad, la exclusión, la intolerancia, el odio y la crispación social”. El alcalde hispalense, José Luis Sanz (PP), ha entrado en el debate para sacar pecho de un acuerdo que allana su mandato: “Aquí, en esta corporación, no veo ningún partido de ultraderecha, pero sí a los que pactan con los herederos de ETA”.
Ha sido la forma con la que el regidor ha contraatacado a la sucesión de reproches de PSOE y Podemos-IU a un pacto que tildan de “regresivo” para la ciudad, con recortes en igualdad, inmigración, cooperación internacional y que incluye hasta un convenio con la asociación antiabortista Provida. Además de meter a la política nacional y a Bildu en el salón de plenos, Sanz ha acusado también a las formaciones de izquierda de “ser cómplices” de entenderse “con los nacionalistas que quieren destruir nuestro país”, de cuestionar la Constitución y de “tener montado en Madrid un laboratorio experimental para desmontar nuestro Estado de derecho”.
Las palabras de Sanz han sido el colofón a un pleno que tumbó las enmiendas a la totalidad presentadas por PSOE y Podemos-IU y que refrendó unas cuentas para 2025 del Ayuntamiento de Sevilla de 1.058 millones de euros, cifra que escala hasta 1.365 millones incluyendo organismos públicos y sociedades locales. La sesión plenaria ha sid tensa, con hasta cuatro desalojos por protestas de colectivos feministas, animalistas y de los peones municipales, ha incluido también un toque de atención a un concejal socialista.
“Yo ya tengo lo que quería”
Ante las críticas de la izquierda por hacer de Sevilla “una ciudad más insolidaria” y abrirle las puertas del consistorio a la ultraderecha, el PP ha puesto el foco en que pese a todo el ruido, lo cierto es que ya están aprobadas las cuentas. “Yo ya tengo lo que quería, que es un presupuesto para 2025, lo que necesita la ciudad de Sevilla”, se ha congratulado Sanz, que ha acusado a PSOE y Podemos-IU de “generar tensión y crispación, que se les da muy bien”, de estar obsesionados con “destruir” para así “bloquear la gestión del ayuntamiento y que se paralice todo en Sevilla”.
En sentido contrario, ha agradecido el voto favorable de Vox, un “granito de arena” que permitirá el desarrollo de varios proyectos que tenía atascados el PP. De hecho, el regidor considera que la formación ultraconservadora “antepone los intereses de los ciudadanos a sus intereses personales y políticos”. “Cosa que el PSOE ha sido incapaz de hacer”, ha apostillado.
El portavoz socialista, Antonio Muñoz, le ha afeado que ya ha conseguido lo que llevaba persiguiendo desde hace año y medio, “un gran acuerdo con la extrema derecha” a la que convierte en “socio preferente” con un coste que supone “retroceso y crispación en la ciudad”. “Se le ha caído la careta de moderado”, acusándole además de “romper todos los puentes” con un PSOE que le ha aprobado hasta 40 millones de euros en modificaciones presupuestarias. “A partir de ahora borrón y cuenta nueva y mire usted a la extrema derecha”.
El “pacto de las termitas”
“Hoy es un mal día para Sevilla”, ha continuado, porque Sanz “le pone la alfombra roja a la extrema derecha y se agarra a ella como si fuera un salvavidas, pero le puede ahogar a ustedes y a la ciudad”. Y ha calificado como “pacto de las termitas” el acuerdo PP-Vox: “Si el gobierno municipal es el arca de Noé, ha metido las termitas en el arca. Si se hunden allá ustedes, pero no hundan a esta ciudad”.
Por su parte, la portavoz adjunta socialista, Sonia Gaya, denunciaba el “trilerismo político” con el presupuesto y desgranaba el efecto que tendrá: “Fomentará la privatización, la mercantilización de los servicios públicos, la desigualdad, la exclusión, la intolerancia, el odio y la crispación social”, además de “convertir a la ciudad en tubo de ensayo de la ultraderecha”. “Le aseguro que nada bueno puede salir de ahí”, ha augurado.
Una línea similar ha mantenido Susana Hornillo (Podemos), que ha apuntado que José Luis Sanz quedará como “el alcalde que abrió las puertas de este ayuntamiento al trumpismo y que institucionalizó políticas de odio a mujeres, colectivo Lgtbiq+ e inmigrantes”, además de “promover políticas de odio, exclusión y retroceso social”. Desde IU, Ismael Sánchez ha conminado a José Luis Sanz a explicar los “términos reales” de su acuerdo con Vox, porque da por hecho que va más allá de las modificaciones que le ha aprobado por importe de 800.000 euros.
La satisfacción de Vox
Por parte de IU ha estado presente ante la puerta del consistorio su coordinador federal, Antonio Maíllo, que ha participado en una concentración con la que varios colectivos han expresado su rechazo a las cuentas municipales. El dirigente ha cargado contra el pacto entre las formaciones que dirigen Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, “ejemplo de que el PP se abraza a las tesis de la extrema derecha y, desde luego, hay un contubernio de José Luis Sanz y de [Juan Manuel] Moreno con Vox, que se refleja en la posición sobre unos presupuestos que asumen la agenda de la extrema derecha”.
¿Y cómo ha vivido Vox el que ha sido su gran día? Pues su portavoz, Cristina Peláez, no ha escondido su satisfacción. “Hoy comienza un nuevo tiempo en el ayuntamiento”, ha proclamado solemne, recordando que “desde que entramos en 2019 dijimos que nuestro principal objetivo era desterrar las políticas socialistas”. Entre los hitos que ha señalado están reducir un 40% la ayuda al desarrollo, anular ayudas para inmigrantes que “fomentan la inmigración ilegal”, el convenio con la asociación Provida, la eliminación de partidas para el Día de la Mujer y la liquidación de los planes de igualdad acordados con CCOO y UGT, formaciones “con un amplio currículum de corrupción”.
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