El alcalde de Sevilla anima a Vox a apoyarle, pero sin entrar en su gobierno: “Podemos hacer juntos muchas cosas”

El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz (PP), estaría encantado de contar con el apoyo de Vox para reforzar su estabilidad política en un Ayuntamiento hispalense en el que no tiene mayoría, pero siempre y cuando no le exija a cambio entrar en su gobierno. Así lo viene manteniendo y así lo ha reiterado este martes, confiando en que los de Santiago Abascal cambien de actitud y no mantengan esta exigencia, ya que está convencido de que “podemos hacer juntos muchas cosas”.

Sanz tira de manual y pone por delante su esperanza –“seré un iluso”– en que los partidos de la oposición en el Consistorio (PSOE, Vox y Podemos-IU) “piensen en la ciudad más que en sus intereses” para sacar adelante cuestiones que ahora tiene bloqueadas por su minoría en el pleno municipal, donde tiene 14 concejales que le dejan a dos de la mayoría. Dando por hecho que no espera nada a su izquierda, el foco lo ha puesto a su derecha, y en este sentido “espero que Vox se dé cuenta de que el escenario nacional ha cambiado”, en relación a las discrepancias PP-Vox que propiciaron la ruptura de gobiernos autonómicos.

En un desayuno-coloquio organizado por Fórum Europa. Tribuna Andalucía, en el que ha sido presentado por el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, el regidor sevillano ha expresado también su confianza en que la formación de ultraderecha “se haya tomado este verano para reflexionar y cambiar esa postura del no por el no”. Y es que, en los 15 meses que ya lleva como alcalde, no ha contado con su apoyo y si ha podido sacar adelante cuestiones fundamentales (sobre todo importantes modificaciones presupuestarias) ha sido gracias a los votos de la izquierda.

Lo que tiene claro Sanz es que va a terminar los tres años que le quedan “gobernando en solitario”. “Soy muy cabezón e intenso y lo que quería era tener una mayoría suficiente para gobernar, y eso lo tengo”, a lo que ha añadido que va a mantener “la mano tendida” tanto al PSOE como a Vox.

O prórroga o segunda cuestión de confianza

El respaldo (o al menos la abstención) de una de estas dos formaciones es clave para sacar adelante el presupuesto para 2025, que va a presentar en octubre a sólo dos meses de la aprobación de las cuentas de 2024, que vieron la luz en agosto tras muchos vericuetos: el PP prorrogó en febrero las cuentas de 2023 al carecer de apoyos, pero ya en junio las llevó al pleno como paso necesario para someterse a una cuestión de confianza que perdió pero que derivó en la aprobación automática del presupuesto. Y ahora asegura que está dispuesto a repetir la jugada, aunque de partida parece más inclinado a prorrogar las actuales cuentas.

En este escenario entran en juego dos factores, el primero de los cuales es que la Ley de Régimen Electoral General (Loreg) permite utilizar esta maniobra un máximo de dos veces durante un mandato municipal, y nunca en año de elecciones municipales como sería 2027. Así que tiene que decidir si esta segunda bala la gasta en 2025 o en 2026, pero aquí entra en juego el segundo factor para empujar a prorrogar en 2025 e ir de nuevo a la cuestión de confianza en 2026: el Gobierno central obliga a aplicar la regla de gasto en las cuentas del año que viene, lo que muy probablemente haga que sean inferiores a las de 2024.

“No le digo yo que la opción lógica no sea prolongar el de 2024”, le ha reconocido al moderador del acto el alcalde, que no ha desaprovechado para cargar contra el Ejecutivo central por esta decisión. “Un Gobierno que no tiene presupuesto desde hace dos años obliga a los demás a aplicar la regla de gasto”, ha lamentado, antes de defender que sólo dos meses después de su aprobación las cuentas de este año ya están ejecutadas al 60%, “una cifra que no es mala” y que ha confrontado con el 75% que se alcanzó en el ejercicio 2022 con el PSOE en la alcaldía.

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