El personal del Real Alcázar detectó en el mes de octubre la presencia de ejemplares de cotorras Kramer, especie invasora de África y Asia, buscando emplazamientos para anidar en la fachada del Palacio de Pedro I (un bien de interés cultural levantado entre 1356 y 1366), en concreto en las yeserías de sus galerías porticadas superiores, un hecho que ha llevado al Patronato del Alcázar a licitar un contrato para tomar medidas “urgentes” con las que evitar que estos pájaros aniden en la fachada.
Los restos del material fueron retirados por el propio personal del monumento, que colocó, además, obstáculos en aquellos sitios donde trataban de anidar. Tras consultar con técnicos del Centro Municipal de Protección y Control Animal de Sevilla (Zoosanitario) sobre el comportamiento de estas aves a la hora de nidificar, se advirtió de que buscan huecos que consiguen agrandar con sus picos, de ahí que supongan “un riesgo” para la conservación de las yeserías, explican fuentes municipales a Europa Press.
Para atajarlo de forma preventiva de cara al periodo de anidamiento y puesta (de diciembre a febrero), el Real Alcázar de Sevilla contratará un servicio integral que evite la nidificación. En su diseño, ha participado un equipo de restauradores, aparejadores, arquitectos, la Dirección del Real Alcázar y el alcaide, y consistirá en la limpieza de los restos de material que hayan depositado las aves para anidar y reparación de aquellas partes de las yeserías que se hayan podido ver afectadas atendiendo al principio de “mínima intervención patrimonial”; y la instalación de una doble protección: una tela metálica flexible o malla de cuerda de alambre, ambas fabricadas en acero inoxidable o galvanizadas de tipo pajarera para las yeserías caladas, y otra exterior de red de polietileno ignífuga que se descolgará desde el borde del alfiz hasta el borde del pretil de mármol de las dos galerías.
Una fachada al aire libre
La tela o malla tendrá la “suficiente resistencia” para evitar que sean rotas por las cotorras, al tiempo que se colocarán a cierta distancia de las yeserías para evitar que las alcancen con sus picos. Esta fórmula de protección se considera la “más adecuada”, dado que al situarse la fachada al aire libre, resulta complicado el control de las aves.
El contrato cuenta con un presupuesto de licitación de 9.631 euros y deberá ejecutarse en un plazo máximo de dos semanas a partir de la formalización del contrato. La protección se mantendrá solo durante el periodo de anidamiento de estas aves y será retirada posteriormente.
Tomar medidas a tiempo
La formación de los nidos en el interior de las yeserías acumula polvo, suciedad, microorganismos y deyecciones en el interior y también por las distintas zonas de la fachada, como yeserías, alféizares y alero. “Todos ellos, agentes de deterioro que, en el caso de prolongarse en el tiempo, acabarían causando daños irreparables en los elementos ornamentales de la fachada del palacio de Pedro I”, recoge el pliego.
El Real Alcázar ha instalado, además, jaulas de capturas de cotorras en sus jardines, en coordinación con el Centro Municipal de Protección y Control Animal de Sevilla, para reducir la presencia de estas aves en el monumento, y se está estudiando la posibilidad de instalar ahuyentadores por ultrasonidos, pero es “apremiante realizar medidas de protección directa de las yeserias”.