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ENTREVISTA Exalcalde y portavoz socialista en el Ayuntamiento de Sevilla
Este lunes, 17 de junio, se cumple un año desde que José Luis Sanz (PP) llegó a la Alcaldía de Sevilla o, dicho al revés, de que el socialista Antonio Muñoz (La Rinconada, 1959) perdió el bastón de mando. Un periodo de tiempo del que hace un balance “tremendamente pobre” en comparación con su propia etapa como regidor, “hay una diferencia abismal”. Lamenta que el alcalde “se pliega a los intereses de San Telmo”, resalta que la capital hispalense “es ahora una ciudad apagada y triste” con el PP y augura que “el futuro de Sevilla se escribe de la mano de los socialistas”. Y hasta tiene tiempo para defender al secretario general del PSOE, Juan Espadas, como “el mejor candidato que tenemos ahora mismo en Andalucía”.
¿Cuál es su valoración del primer año de José Luis Sanz como alcalde?
Mi conclusión es que José Luis Sanz no sabe qué hacer con Sevilla, el traje de alcalde le viene bastante grande. Buena prueba de ello son las continuas rectificaciones y que adolece de un proyecto a medio plazo. Más allá de los temas cotidianos, hay que tener un proyecto de ciudad, y José Luis Sanz no lo tiene.
Sanz alega que lo que ocurre es que la oposición tiene bloqueada la ciudad...
En 2023, en pleno año electoral, Sanz heredó unos presupuestos aprobados y también un legado de muchísimos proyectos desbloqueados fruto de nuestra gestión: Artillería, Altadis, Gavidia, Algodonera en Alcosa, intervenciones en Los Pajaritos, Metrovacesa en la zona sur, la Fábrica de Vidrio... Luego ha ido haciendo modificaciones presupuestarias, y gracias a nuestro voto afirmativo o abstención ha tenido 46 millones de euros para adaptar el presupuesto a sus nuevas necesidades. ¿Dónde está el bloqueo? Más bien estamos ante la inoperancia de un alcalde que no sabe hacia dónde llevar una ciudad como Sevilla.
¿Le ha sorprendido en algo Sanz como alcalde?
Lo primero que hay que decir es que Sevilla no es Tomares, es una ciudad mucho más compleja. La etiqueta de Sanz de buen gestor se ha desmoronado en sólo un año como alcalde de Sevilla, como demuestra por ejemplo el fracaso estrepitoso del tema de la limpieza: dijo que eso lo resolvía en tres meses, pero Sevilla está hoy más sucia y en algunas zonas está llena de ratas. Esto no es un tema de bloqueo o de presupuestos, es sencillamente un tema de gestión, se está demostrando que no es tan buen gestor como nos hicieron ver.
Las ideas estrella de Sanz este primer año han sido cerrar la Plaza de España, hacer un referéndum de la Feria que ha dividido a los sevillanos y un pacto frustrado con Vox que ha abortado el señor Moreno Bonilla
¿Usted ha sido mejor alcalde que Sanz?
Hablar de uno mismo siempre es complicado, pero sí puedo decir que yo tenía claro que para estar al frente de Sevilla tenía que tener luces cortas para abordar el día a día, pero también contar con un proyecto de ciudad. Y yo lo tenía. En año y pico mi balance, si lo comparamos con el de Sanz, es muchísimo más positivo. Lo digo de otra manera: ¿cuál es el balance de Sanz en este año? Tremendamente pobre. Sus ideas estrella han sido cerrar la Plaza de España, hacer un referéndum de la Feria que ha dividido a los sevillanos y un pacto frustrado con Vox que ha abortado el señor Moreno Bonilla. Junto a eso, y como huida hacia adelante, aprobar los presupuestos por la puerta de atrás. Esos son sus cuatro hitos. Hay una diferencia abismal entre este año de Sanz y el año y medio que estuve como alcalde.
Si eso es así, ¿por qué perdió usted las elecciones? El propio Sanz le ha echado en cara que en año y medio dilapidó una Alcaldía “que le habían regalado”.
La decisión de suceder a Espadas, que fue el cabeza de lista con el que ganamos las elecciones, fue un proceso natural de sustitución en la Alcaldía. Yo le preguntaría a él qué proceso de primarias tuvo para encabezar la lista del PP: fue una designación dentro de la normativa interna que tenga el PP y con una bendición, que fue una cerveza con el señor Moreno Bonilla en la Plaza del Salvador. Las primarias de Sanz fueron una cerveza en El Salvador.
¿En qué ha cambiado más Sevilla en este año de gobierno del PP?
Sevilla ahora no tiene ilusión y ha perdido ambición, ganas de ocupar un lugar preponderante en España y en nuestro entorno europeo. Digamos que tenemos un alcalde muy preocupado de lo cotidiano, que además no lo resuelve. Pero Sevilla ha perdido luz, ha perdido color con Sanz, que parece que está siempre enfadado.
Sus confrontaciones en el pleno son cada vez más broncas…
No quiero contribuir al exceso de ruido, porque José Luis Sanz es mi adversario político, no mi enemigo, y por tanto debería de haber un mayor entendimiento en condiciones normales. Lo que ocurre es que lo pone muy difícil porque es un alcalde que hace gala de que su gobierno en minoría ni dialoga ni negocia, por eso ha tenido que recurrir a este paripé, a esta pantomima de la cuestión de confianza para sacar los presupuestos por la gatera.
¿Por qué cree que, tras dar por muerto el presupuesto, sale meses después con la vía de la cuestión de confianza vinculada a las cuentas?
El espectáculo en torno al presupuesto municipal en este año es sonrojante, es un bochorno. Decide enterrarlo y a continuación el hito más importante es el posible pacto con Vox, con una clara interferencia de Moreno Bonilla para abortarlo. Por eso, Sanz necesita una huida hacia adelante y lo que hace es desenterrar su proyecto de presupuesto. Y este camino no nos lleva a ningún sitio, porque van a estar operativos en septiembre o principios de octubre. Todo esto ha sido para escapar del callejón sin salida en el que se habían metido con ese posible pacto con Vox.
¿Y cree que al final habrá entendimiento entre PP y Vox?
Bueno, no soy adivino, pero aquí hay dos posibles caminos: o el pacto con Vox, que sería una mala noticia, o una rectificación de Sanz, y aquí hay tres opciones que se pueden conjugar. Primero, tiene que modificar su manera de entender la ciudad, no la conoce bien y para eso tiene que dialogar más y no ser tan soberbio. Segundo, el gobierno no funciona, yo en su lugar me plantearía una crisis de gobierno. Y tercero, es un alcalde que ha pedido la confianza al pleno, que no se la ha otorgado, debería reflexionar si el problema está en él. La solución estaría en que se aparte y que gobierne otro compañero del PP, una persona menos dialogante que Sanz no va a haber.
Sanz claudica, se queda callado y se pliega a los intereses de San Telmo. Los intereses de Sevilla tienen que estar por encima de Ferraz y de Génova, de Moncloa o de San Telmo, si no te acabas convirtiendo en un alcalde tutelado
¿La pinza PSOE-Vox goza de buena salud, como asegura el alcalde?
Eso es insultar a los sevillanos, y para empezar se olvida de Podemos-IU, que también ha votado en contra. Cuando hay cuatro que están desfilando y hay uno que lo hace de manera diferente, no le echemos la culpa a los otros tres.
¿Cree que hay una mala relación política entre Sanz y Moreno, como dice el secretario general de su partido en Sevilla, Javier Fernández?
Eso es muy evidente, y eso se ha visto con las rectificaciones que desde San Telmo le han hecho en pocos días a Sanz. La mayor fue en torno al pacto con Vox, pero también el jarro de agua fría del 'no' a la tasa turística cuando por fin Sanz se había pronunciado a favor y lo de que el marco jurídico propio para Sevilla por ser capital de Andalucía habrá que verlo con el resto de capitales andaluzas. Sanz claudica, se queda callado y se pliega a los intereses de San Telmo. Los intereses de Sevilla tienen que estar por encima de Ferraz y de Génova, de Moncloa o de San Telmo, si no te acabas convirtiendo en un alcalde tutelado. Y Sanz es un alcalde tutelado, la relación entre San Telmo y Plaza Nueva no goza de buena salud.
En cambio usted, para evidenciar su buena relación con Moreno, publicó un tuit que provocó un cierto revuelo dentro de su propio partido. ¿Le dieron un tirón de orejas por eso?
Yo tengo una posición muy crítica con la mayoría de las políticas de Moreno Bonilla como presidente de la Junta de Andalucía, lo más evidente en salud y educación. Pero ese espíritu crítico lo compagino perfectamente con la buena educación. Me sorprende la trascendencia y las valoraciones en torno a una foto que muestra un momento agradable a pesar de las discrepancias políticas. Pero vamos, que es un tema ya cerrado y a mí no me han reñido, aunque sí es cierto que hay gente a la que no le ha gustado.
¿Ahí se incluye su jefe político, Javier Fernández, que utilizó su tuit para arrearle a Moreno?
En absoluto. Yo con Javier Fernández tengo una relación extraordinaria tanto en el terreno personal como en el político, me siento tremendamente apoyado y avalado por él. No hay ningún tipo de problema entre el secretario general y yo.
Fernández dice que usted es un activo político del PSOE no amortizado y que, con primarias de por medio, va a ser el candidato del PSOE a la Alcaldía de Sevilla. ¿Lo ve así?
En este momento, en junio del 2024, yo lo que digo es que quiero ser el candidato. Si hay primarias, ahí estaré yo presentándome, y seré automáticamente el candidato si no hay más aspirantes. Lo que sí manifiesto es mi enorme motivación para volver a ser el candidato y recuperar la Alcaldía de Sevilla, y me siento muy apoyado por mi partido a nivel nacional, regional y provincial.
¿Teme que los resultados electorales provoquen un terremoto en el PSOE andaluz, se reclamen caras nuevas y que esto afecte a su candidatura?
Lo primero es que Juan Espadas es el mejor candidato que tenemos ahora mismo en Andalucía, hay que dejarle que siga desarrollando su trabajo. No podemos estar en la cultura de la rapidez en torno a los resultados y que queramos que todo sea para antes de ayer. Juan ha hecho una gran campaña en las europeas, está haciendo un buen trabajo en el Parlamento andaluz y hay que darle tiempo. Y en cuanto a si podría afectarme a mí, es que no tiene por qué haber un terremoto.
¿Usted es un líder de la oposición blandito?
No, no, ni muchísimo menos. Somos un equipo sólido, serio, que cuando hemos votado con el gobierno es porque entendíamos que el interés general de Sevilla tiene que estar por encima de cualquier otra circunstancia partidista. Y cuando hemos votado que no es porque hemos entendido que ese interés general no estaba lo suficientemente justificado, nosotros no somos una oposición del 'no' a todo ni podemos permitirnos propuestas frívolas como pueden hacer otros grupos que saben que no van a llegar al gobierno.
Es un desafío activar ese voto dormido, ilusionar con que el futuro de Sevilla se escribe de la mano de los socialistas
Pero en su propio partido ha habido preocupación ante la percepción de que se le ha dado mucho oxígeno político al PP.
En la mayoría de los casos en que hemos votado a favor es porque son proyectos que provienen de nuestra etapa: Altadis, la rehabilitación de Los Pajaritos, la ampliación del tranvía, la Bienal de Flamenco, las pistas deportivas en los barrios... Hubiera sido una incoherencia votar en contra.
El PP ha ganado con claridad en las cuatro últimas citas electorales en la capital, ¿ser candidato es luchar contra molinos de viento en plena ola conservadora?
Estoy muy centrado en recuperar la Alcaldía y soy consciente que el año y medio que estuve como alcalde fue poco tiempo para darme a conocer a la mayoría de la población en una ciudad con 700.000 habitantes. Ahora van a ser cuatro años de oposición útil, confío que cuando en 2027 la gente vaya a depositar su voto piense en la ilusión que despertamos nosotros cuando gobernamos, en los proyectos que se desbloquearon, en el relanzamiento de Sevilla y que lo compare con una ciudad apagada y triste como es ahora mismo Sevilla.
¿Y cómo se plantea hacerlo? Porque ahora el PP no deja de ganar.
Uno de los retos que tengo por delante, que tiene el PSOE en general, es activar a mucho voto progresista que en este momento está descontento y que no va a votar. Eso ocurre en muchísimos barrios de tradicional voto socialista, y es fruto de un descontento del ciudadano. Hay que activar la ilusión más que el voto en sí, un voto que ahora no va a parar a otra fuerza política sino que sencillamente no se vota. Por eso es un desafío activar ese voto dormido, ilusionar con que el futuro de Sevilla se escribe de la mano de los socialistas.
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