República sí, pero siempre y cuando hablemos de la Segunda, la que se instauró el 14 de abril de 1931. Esa es la posición formal del pleno del Ayuntamiento de Sevilla, que este lunes aprobaba con los votos de PSOE y Adelante Sevilla celebrar los 90 años de la II República, aunque la coalición de izquierdas se quedó sola en su petición de declarar “agotado” el régimen monárquico y adentrarse en un proceso constituyente rumbo a un nuevo sistema republicano. De hecho, la admisión a trámite de la moción casi generó más debate que la propuesta en sí pero, eso sí, provocó que Vox entrase de lleno y utilizase un tono que PSOE y Adelante consideraron amenazante.
Desde luego, el debate decepcionaría al que esperase que la propuesta que puso encima de la mesa Adelante Sevilla fuese a poner en un apuro al alcalde, Juan Espadas (PSOE), con el morbo añadido de su candidatura todavía en la sombra para liderar a los socialistas andaluces. Espadas resolvió la cuestión de tacón, porque ni entró en el debate (la postura de su grupo la defendió la portavoz socialista, Adela Castaño) ni el PSOE se salió del guión: “El debate no es monarquía o república, sino dictadura o democracia”.
El camino a una nueva democracia
El melón lo abrió el portavoz adjunto de Adelante, Daniel González Rojas, con una moción en la que pedía recordar el aniversario de la II República, dar por acabada la monarquía e iniciar el camino hacia una nueva democracia “participativa, laica, federal y republicana”. Ni más ni menos. La petición socialista de votar por separado los puntos de la propuesta no sólo era previsible, sino que dejaba a las claras la que iba a ser su postura: apoyar todo lo que fuese historia y rechazar lo que implicase ir más allá.
La moción de Adelante tenía básicamente dos destinatarios, PSOE por un lado y Vox por otro, y ambos se ajustaron a lo que se esperaba de ellos. Si los socialistas capeaban la cuestión sin despeinarse aludiendo a su alma republicana pero insistiendo en que no toca ahora este debate, la formación de ultraderecha sí que entró al trapo y colocó a la II República en el epicentro de todos los males.
“Estaremos pendientes de todos ustedes”
Tras descargar todo su argumentario, la portavoz de Vox, Cristina Peláez, cerró su intervención advirtiendo a los grupos de que “en la votación de esta moción se van a retratar todos los partidos constitucionales, estaremos pendientes de todos ustedes”. La afirmación fue entendida como una amenaza tanto por PSOE como por Adelante Sevilla. “Voy a mirar si tenemos un sobre en nuestro grupo”, replicó González Rojas, en relación a las misivas amenazantes con balas en su interior que han recibido el exvicepresidente Pablo Iglesias; el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, y la directora de la Guardia Civil, María Gámez.
El simbolismo de dos monarcas
González Rojas, por cierto, resaltó el simbolismo de presentar su propuesta en un salón de plenos del que cuelgan cuadros de dos monarcas que apoyaron una dictadura, “Juan Carlos I, El Campechano, y Alfonso XIII, el Rey del Cabaret”, que en su momento respaldaron a Franco y a Primo de Rivera. “A lo mejor me he pasado”, confesaba después el portavoz adjunto de Adelante, “espero no acabar imputado por injurias a la corona, pero es que este señor es inviolable haga lo que haga”, señaló en referencia al rey emérito.
El verdadero debate fue con la portavoz socialista, que apeló a dos hechos ocurridos durante la Transición. Por un lado, a las enmiendas que el PSOE presentó a la Constitución, en las que defendió el modelo republicano aunque sin rebatir por ello todo el proceso constituyente, y por otro a las declaraciones de Santiago Carrillo en las que apeló a que el debate no está entre monarquía y república, sino entre dictadura y democracia. “En España actualmente no se dan las circunstancias”, incidió Adela Castaño.
Debate intenso por la admisión a trámite
Los otros dos grupos con presencia en el pleno, PP y Cs, casi no entraron en el juego, y se centraron más en quejarse por el hecho de que se hubiese aceptado a trámite la moción de Adelante pese a que no tenía ninguna relación directa con la ciudad. Ambas formaciones preguntaron al alcalde, como presidente del pleno, si se ha producido un cambio de criterio e incluso denunciaron el agravio que supone que, en el caso de los populares, les rechazaran en octubre una propuesta en apoyo a la Corona. De hecho, el concejal del PP Rafael Belmonte le reprochó a Espadas que “haga como en la película Luz de gas, intentando confundir y alterando la percepción de la realidad”.
Pese a todo, no se resistieron a dejar su opinión en el debate. “Es una moción partidista con el único objetivo de confrontar, no hagamos perder el tiempo al ciudadano”, lamentaba el portavoz de Cs, Álvaro Pimentel, mientras que Belmonte tiraba de ironía para celebrar que “ya es primavera en Podemos. Esto es un clásico en el Ayuntamiento, así que les agradezco que lo hayan traído: no hemos tenido ni Semana Santa ni Feria, pero sí tenemos el debate de la república”.
En su intervención final, González Rojas lamentó que se hubiese hablado más de pasado que de futuro y dejó dos reflexiones: hay que acabar con “el mito de que la Transición fue ejemplar” y una república “no es ni de izquierdas ni de derechas, lo de vincular a la república con la izquierda es un problema de este país”. “No estamos pidiendo ni una república con Moscú ni un teléfono rojo”, apostilló.