María Jesús Pérez Bancalero, más conocida como La Chari, lleva trabajando desde los 12 años. Empezó cuidando niños, pero pronto se pasó “al gremio”. Desde hace 37 años es propietaria del Bar Kiko, en pleno corazón de Sevilla, y ha construido y mantenido el barrio y las costumbres “de toda la vida” en un lugar caracterizado por el ajetreo típico de una ciudad turística como la capital andaluza.
“Yo creo que soy de los pocos bares que quedan por aquí. Antigüito, porque lo es, pero así se queda; yo no cambio. Nunca he cambiado el sistema de trabajo que tengo. Yo he tenido mi línea y la sigo y seguiré manteniendo siempre, porque me funciona y hace feliz a la gente”, asegura Chari. Y ese es “su encanto” y lo que consigue que en los dos tramos horarios en los que está abierto, mediodía y noche, siempre encuentres todas sus mesas llenas al pasar por allí.
Mesas ocupadas tanto por gente que ha convertido el bar en su segundo hogar como por turistas que vienen buscándolo porque ha sido “uno de los lugares que más nos han recomendado de Sevilla”. Un grupo de amigas recién aterrizado de Uruguay llegaba entusiasmado preguntando por “La Chari”. Les habían dicho que “no podían perderse su bar ni el conocerla a ella”. Al acabar de probar los famosos menús del Bar Kiko, le pedían una foto a Chari para el recuerdo y comentaban que “la experiencia en el bar y el trato de Chari y su familia ha sido como para quedarnos a vivir en Sevilla toda la vida; parece que hayamos venido a visitar a unos amigos de siempre, el trato es muy cercano y la comida deliciosa”. Y para Chari, la satisfacción de su trabajo es esa, “que tantas personas que van llegando en tantísimos años se vayan contentas de aquí, y que después vuelvan a Sevilla, se acuerden de ti y vengan a buscarte”
“Yo he conocido ya hasta cuatro generaciones de la misma familia”
La mayor característica del Bar Kiko de La Chari es que es un bar cien por cien familiar. Bar que se mantiene gracias a la propietaria, pero también a sus cuatro hijos y a las dos personas “como de la familia” que tienen contratadas como ayudantes en cocina.
“Yo he conocido ya hasta cuatro generaciones de la misma familia. Los nenes chiquititos vienen a buscarme, y eso es lo más grande. A mí me pone muy contenta, me da una alegría y satisfacción enorme que vengan preguntando por mí como si fuera casi su abuela sin yo ser de su familia, pero me tienen ese cariño, y eso a mí me encanta”, cuenta Chari emocionada.
“La Chari es como la abuela que da de comer a todo aquel que llega a su casa, pero ella lo hace en el bar”, cuenta un cliente que ha venido a tomarse “lo de siempre”. Y es que Chari te dice que “todo está bueno, que lo importante es que comas bien y eso lo vas a hacer porque es todo casero” y te trata como si te hubiera invitado a comer a su casa, ya sea la primera vez que vas al bar o lleves yendo toda la vida.
Días de Covid
Además, durante la pandemia, no quisieron “dejar abandonadas a las personas que lo necesitaban; para todo el que no podía salir, o le daba miedo salir, allí estábamos nosotros”. Así que empezaron con el reparto de comida a domicilio. Mantuvieron los menús y todos sus platos, y transportaron el sabor de La Chari hasta los hogares de los sevillanos “para que todos pudieran tener comida casera y hecha en el día en sus casas”.
“Lo agradecimos mucho” comenta uno de los clientes asiduos del bar. “Poder volver a disfrutar de la comida de siempre, aún estando encerrados en casa, fue un privilegio”.
“Trabajadora incansable” reconocida con la medalla de la ciudad de Sevilla
Varios días después del anuncio del reconocimiento a Chari por parte de la ciudad de Sevilla, pasas por el bar y los vecinos se siguen acercando a darle la enhorabuena, casi tan emocionados como ella por este logro. “Un bar auténtico”, “un respiro en medio de todo el ajetreo”, “comer en un bar, pero como si estuvieras comiendo en casa de tu abuela cuando volvías del colegio” o “me siento en casa cuando vengo aquí”, son algunas de las respuestas de los clientes cuando les preguntas por qué creen que Chari ha recibido este reconocimiento.
Por su parte, su hija, conocida por todos como Nany, asegura que es “un orgullo, ya no solo como hijos suyos que somos, si no como compañeros de trabajo también, que le den la medalla; vivimos con ella el día a día y sabemos cómo es. Sabemos que se lo merece porque es una trabajadora incansable y por todo lo que ha sacrificado en la vida por sacar esto y a su familia adelante”.
El día de entrega de las medallas será el próximo 30 de mayo y Chari “se pondrá guapa” e irá a contestar “lo que le pregunten” acompañada de su familia que para ella es “lo más grande y lo que más feliz me hace, contar con ellos en todo”.