La Ciudad de la Justicia de Sevilla... y el octavo consejero
Carmen Hermosín (2000-2004), María José López (2004-2008), Evangelina Naranjo (2008-2009), Begoña Álvarez (2009-2010), Luis Pizarro (2010-2011), Francisco Menacho (2011-2012), Emilio de Llera (2012-2017) y Rosa Aguilar (2017-). Ocho consejeros y consejeras con las competencias de Justicia han tenido en mente la construcción de la Ciudad de la Justicia de Sevilla que sustituya a las viejas instalaciones del Prado de San Sebastián y sus anexos. 'En mente', porque en 14 años no se ha puesto una piedra.
Nada menos que en 2003 se firmó el primer acuerdo para construir una nueva y gran estructura para los juzgados en Sevilla. Mucho de su recurrente “diálogo y consenso” le hará falta a la nueva titular del ramo, la cordobesa Rosa Aguilar, para llevar a cabo un proyecto auténticamente enquistado en la capital andaluza. De “ciencia ficción” lo llegó a calificar en un momento dado su antecesor, Emilio de Llera. Tanto como la película de Ridley Scott, salvo que los pasajeros son consejeros, en concreto ocho. El asunto ha conllevado titulares como este, de 2011: Rajoy llevará la Ciudad de la Justicia a Los Gordales si es presidente. Aunque se advierta preelectoral, el camino de otras declaraciones no ha sido muy diferente.
A falta de nueva 'ciudad judicial', básicamente se han puesto parches durante estos años a una vieja reivindicación de una sede digna para la Administración de Justicia en Sevilla, una cuestión recordada por abogados, jueces, fiscales y funcionarios cada cierto tiempo. Las instalaciones que albergan los juzgados penales y de instrucción de la capital hispalense, ubicadas en el Prado de San Sebastián junto al Palacio de Justicia, sede de la Audiencia Provincial, cuentan con deficiencias estructurales que la Consejería de Justicia trata igualmente, cada cierto tiempo, de paliar con reformas parciales.
Después del primer intento serio de Carmen Hermosín, al firmar el 8 de octubre de 2003 con el entonces alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín un protocolo para construirla en Los Gordales y de la propuesta de María José López de llevar el macroproyecto a la zona del Puerto de Sevilla ante las dificultades para recepcionar los terrenos de por parte del Estado, Evangelina Naranjo tuvo la suerte de poder inaugurar en abril de 2009 el balsámico edificio Noga, que ha servido para albergar los juzgados de lo penal. Se le llamó también 'edificio puente' con la optimista esperanza de que pronto llegara una Ciudad de la Justicia que a día de hoy no está ni pintada.
Los problemas de espacio para albergar los archivos, para organizar las oficinas judiciales y para hacer cómodo el tránsito diario de público y profesionales nunca se han terminado de solucionar definitivamente. Los espacios están organizados por jurisdicciones. Sevilla, además de los edificios del Prado de San Sebastián y del citado Noga, también cuenta con el edificio Viapol, que alberga los juzgados de lo Social, entre otros. Eso sí, todos ellos se encuentran en un radio accesible para moverse a pie de unos a otros.
El clásico “impulso definitivo”
“Ese impulso definitivo necesario a su ubicación para que se abran nuevos tiempos”. Con esta incalificable frase abrió nada más llegar a la Consejería Rosa Aguilar su relación con la Ciudad de la Justicia de Sevilla. Los presupuestos autonómicos llegaron a contemplar durante estos años una serie de partidas destinadas a impulsar los trabajos previos relativos a la parcela de Los Gordales, emplazamiento por el que principalmente ha venido apostando la Junta, si bien el proyecto también se llegó a 'mudar', además de a la zona portuaria del Muelle del Batán, al entorno del Prado, al cuartel de Alfonso XII, a Bellavista, a La Cartuja o a Palmas Altas. “La Consejería está trabajando, no ha dejado de trabajar en este tema”, también ha dicho. Razón no le falta, siete consejeros le preceden, pero ni un ápice de realidad visible a la hora de concretar.
Álvarez, Pizarro y Menacho apenas tuvieron tiempo, con poco más de un año en el cargo cada uno, de meterle mano al eterno proyecto. Begoña Álvarez, semanas antes de ser relevada, aún confiaba en que un recurso contencioso-administrativo presentado por la Autoridad Portuaria contra el plan parcial de Los Gordales, aprobado por el Pleno del Ayuntamiento de Sevilla, no iba a suponer mayores retrasos.
El veterano dirigente socialista Luis Pizarro, poco antes de su dimisión, presentó en el Registro General del Ayuntamiento la petición formal de cesión de suelo de titularidad municipal en la zona de Los Gordales para acometer la primera fase de la ciudad judicial. Es decir, siete años después del 'estar de acuerdo en ponernos de acuerdo' de Hermosín y Monteseirín, vuelta al punto inicial.
Antes de la llegada de Emilio de Llera, que ha estado cinco años en el cargo sin avances visibles en el prometido proyecto, Francisco Menacho se despidió del cargo en 2012 con una carta el entonces alcalde, Juan Ignacio Zoido, en la que le preguntaba “si sigue en pie” la cesión de Los Gordales. Vuelta a empezar.
Las últimas declaraciones de Emilio de Llera sobre el asunto son el mejor ejemplo de este complejo asunto de la Ciudad de la Justicia: La Junta reitera su compromiso “inquebrantable” con la Ciudad de la Justicia, que “sigue estando en la agenda”. Nunca dejó de estar en la agenda pero tampoco estuvo nunca, a las pruebas nos remitimos, entre las prioridades de los sucesivos consejeros.
El último en alimentar la esperanza del nuevo edificio judicial ha sido uno de sus más destacados valedores, el decano del Colegio de Abogados de Sevilla, José Joaquín Gallardo. Según ha dicho a Europa Press, la llegada de Rosa Aguilar a la Consejería de Justicia supondrá “un punto y aparte” respecto a los anteriores consejeros en cuanto al proyecto de la Ciudad de la Justicia.
La crisis económica (se llegó a hablar de un proyecto de cien millones de euros), la falta de voluntad o de acuerdo entre las distintas administraciones, o la discontinuidad en las personas al frente de la Consejería han provocado que la Ciudad de la Justicia de Sevilla sea, actualmente y pese a todas las declaraciones, una quimera.