“No puedo pagarlo”: un colegio concertado de Sevilla “recomienda” tabletas digitales de última generación que crean “discriminación” en el aula

Imagen de archivo de varios niños utilizando tabletas digitales en un aula

Javier Domínguez Reguero

Sevilla —
21 de junio de 2021 21:26 h

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La familia Ruiz (apellido alternativo para preservar el anonimato) no puede asumir la compra de una tableta digital que el centro educativo al que van sus hijos recomienda. El colegio concertado San Agustín de Sevilla invita a las familias a adquirir un iPad de última generación como parte del “backpack educativo voluntario” para el curso académico 2021-2022. “Creemos que es bueno para los niños ya que cuenta con elementos educativos que tienen muchos recursos. Es un medio importante para el aprendizaje”, explica el director, Álvaro Martín.

“A unas malas voy a afrontar el coste”, dice Rosa (nombre ficticio), “pero sé de personas que no pueden”. Por ejemplo, los Ruiz. Esta iniciativa ha sido el “remate” para una familia que tuvo que suspender el pago de la conocida “cuota voluntaria” que se hace en los centros concertados. En el colegio San Agustín esta donación es de 62 euros mensuales, es decir 124 euros con dos hijos matriculados. Los Ruiz están “afectados” porque su situación económica es “precaria”. “No puedo pagarlo”, recalca Eduardo, el padre, que prefiere no revelar su nombre real. 

La incorporación de las tabletas digitales en las aulas es una propuesta que el colegio había impulsado con anterioridad en la etapa de educación secundaria. A partir del próximo septiembre también se promueve en el tercer ciclo de primaria (cursos 5º y 6º). Un grupo de unas quince familias no está de acuerdo con esta decisión. “Es un adelanto, pero creo que los niños todavía son muy pequeños (10-12 años)”, apunta Rosa. “El iPad es bueno, pero para el uso escolar que se le va a dar hay otras opciones válidas”, dicen los Ruiz. Y más baratas, añaden.

“Tiene que ser de Apple”

Las familias consultadas por este diario no se oponen al uso de las tabletas digitales en las aulas ya que reconocen el beneficio de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) en la formación académica de sus hijos. Están en contra de las condiciones impuestas por el colegio. Se ha elegido una marca concreta en un acuerdo con un establecimiento específico, Goldenmac. Además, según el folleto informativo remitido a las familias, el periodo de adquisición de estos iPads es solo de un mes, del 2 de junio al 2 de julio, para garantizar que el alumno lo tenga en “los plazos establecidos”, es decir, a la vuelta de las vacaciones de verano. 

“Le regalé una tablet a mi hijo por Navidad, pero no puede llevarla porque no es de Apple”, cuenta Rosa. “Mi hija tiene una Samsung”, dice Eduardo, que realizó un “esfuerzo tremendo” para comprarla. Más allá de las cábalas sobre el acuerdo con la empresa proveedora, - “creo que el colegio gana algo”, dice Rosa- las familias no entienden que se hayan descartado otros modelos, marcas e incluso servicios educativos digitales que son gratuitos.

“Fiabilidad, durabilidad y seguridad” son tres de las características resaltadas por la dirección del centro para apostar por este “cambio pedagógico y metodológico”. Para ello han optado por las aplicaciones y plataformas exclusivas del gigante tecnológico Apple. “Se han valorado todas las opciones”, remata Martínez.

“La tecnología de Apple está al servicio de profesores y centros fomentado el potencial creativo de los alumnos con productos increíbles, pero también con herramientas, ideas y programas”, anuncia la empresa, que ha declinado responder a las preguntas de este diario. La llamada a la innovación y a la creatividad cuesta a las familias 496 euros en su versión más económica. La única alternativa propuesta por el centro en este momento es la de la financiación a 36 meses; 13,77 euros por la opción más barata o 19,22 euros para la más cara (692 euros en total). Con la compra se incluye el soporte técnico, la masterización para una configuración personalizada, una licencia MDM para una gestión remota del dispositivo, créditos en aplicaciones educativas y una funda de máxima protección. 

“Estamos abiertos a escuchar a las familias con cualquier dificultad”, expresan desde la dirección del centro. Martínez asegura que no tiene conocimiento del descontento de las familias aunque ve “lógica y normal” su resistencia.

“Recomendación/obligación”

“Lo tengo claro. No voy a dejar que mi hijo sea el único sin iPad”, cuenta Rosa. Ella es consciente que “no se obliga” a la compra de la tableta digital, pero que el colegio “juega” con que las familias son capaces de pasar aprietos económicos por sus hijos. “Saben que hacemos lo que haga falta por ellos”. 

El colegio San Agustín insiste en que es “una opción” y que todos los niños “reciben la misma educación”. Pero, ¿qué ocurre a nivel de competencia digital? La hija de los Ruiz “va muy bien” académicamente. Sus padres no quieren que tenga “un traspié” debido a la situación económica que se vive en casa. Sin un iPad se limita su acceso a los servicios utilizados por el profesorado y marca diferencias con el resto de sus compañeros que cuenten con esta tablet. La recomendación genera, a efectos prácticos, discriminación. “Es un medio de coacción. Nos recomiendan/obligan”, resalta la familia Ruiz. Y si no se puede afrontar el pago “hay señalamiento”. 

La Confederación andaluza de asociaciones de madres y padres de alumnado de Andalucía por la educación pública (CODAPA) cree que la medida provoca “discriminación y un sentimiento de imposibilidad” para el alumnado cuyas familias no puedan comprar el iPad. “Posiblemente las familias cedan y los adquieran en las condiciones que impone el centro”, dice su presidenta Leticia Vázquez. Además resalta que palabras como “recomendación” y “voluntario” son “eufemismos” que suelen utilizar los centros concertados. La Consejería de Educación de la Junta de Andalucía no se ha pronunciado al ser preguntada sobre esta situación.

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