Un colegio de Sevilla con el 60% de niños inmigrantes se opone a que Vox sea el portavoz municipal de su consejo escolar
La comunidad educativa del CEIP San José Obrero, en el distrito Macarena de Sevilla, ha manifestado su rechazo ante la designación de una integrante de Vox como representante del Ayuntamiento en su consejo escolar, al considerar que su nombramiento es incompatible con la idiosincrasia de un colegio en el que más del 60% del alumnado procede de familias de origen inmigrante de más de 30 nacionalidades distintas.
La figura del representante del Ayuntamiento en el consejo escolar tiene la función de servir de enlace entre el centro y la administración local, dando traslado de las necesidades y demandas que refiera el colegio. Sin cuestionar “las capacidades ni actitudes de la persona que se propone”, el AMPA argumenta que “la elección de una persona del grupo municipal Vox no es la adecuada para cumplir las funciones que se esperan de una representante del Ayuntamiento en un centro escolar con un alto porcentaje de familias inmigrantes y de alumnado musulmán”.
El centro, que atiende a unos 412 estudiantes, se inserta en un entorno de “especial vulnerabilidad social”, a caballo entre el Polígono Norte junto al asentamiento chabolista de El Vacie, y la barriada del Cerezo, “uno de los focos de migración tradicionales en Sevilla capital”, según explica Elisabet Padial, presidenta del AMPA de este colegio sevillano. Entre la población migrante, destaca “especialmente la marroquí y musulmana”, pues a escasos 100 metros del centro se ubica la Mezquita Al-Hidaya del barrio de la Macarena.
Vox vincula sistemáticamente inmigración con delincuencia en sus campañas y discursos políticos. En la campaña electoral de 2019, el propio distrito Macarena fue escenario de una convocatoria del partido de extrema derecha contra un centro de menores migrantes no acompañados, donde sus dirigentes apelaron al deber de “proteger” al “españolito de a pie a caminar con tranquilidad sin ser asaltado por una manada de menas”.
Por esa razón, Miguel Rosa, quien ha sido director del colegio San José Obrero durante 18 años, califica de “despropósito” que una integrante del partido de Abascal sea este año la portavoz municipal en su consejo escolar. “Duele porque es un partido que trata de reducir las ayudas para las personas migrantes y eso va enfrentado directamente con la filosofía del colegio”, explica quien dirigió el centro desde 2002 a 2020 y recogió diversos premios por su labor de integración y por “dar respuesta a las necesidades de las familias extranjeras que demandaban un colegio de acogida para sus hijos, además de una ciudad de acogida”.
Fue Vox el que eligió el centro
La asociación de madres y padres de este colegio basa precisamente su oposición en las propuestas políticas del partido de extrema derecha y en las medidas que ha promovido desde las instituciones en las que tienen peso político, como en Burgos, donde han impulsado la retirada de las ayudas a ONG que acogen y asisten a personas migrantes. También en Andalucía, durante la primera legislatura del Gobierno del PP junto a Ciudadanos, Vox condicionó su apoyo a los presupuestos a cambio de una partida para “reforzar la seguridad en centros de menores extranjeros no acompañados”, aunque el índice de delincuencia asociado a los menores migrantes tutelados en Andalucía era entonces del 0,54%.
Después de haber “leído detenidamente las 70 páginas de su programa político”, la presidenta del AMPA pone el foco en “la cruzada que tiene Vox con que se les recorten los derechos cada vez más a los menores inmigrantes”. Así lo expuso en nombre del colegio en la última sesión de la junta municipal de distrito a la que pertenece, y en la que se tenía que ratificar el listado de los representantes del Ayuntamiento en los consejos escolares de los colegios del barrio.
Tras haberlo debatido con el equipo directivo, las familias del San José Obrero votaron en contra y manifestaron el “rechazo unánime” de la comunidad educativa de este colegio, instando a los representantes municipales a reconsiderar la asignación, pues entienden que es la única formación que en su ideario “atenta contra los derechos de nuestro alumnado”, cuya principal característica es su multiculturalidad.
Fuentes de la Delegación municipal de Educación consultadas por este periódico explican que el procedimiento de asignación se realiza siguiendo un orden basado en los votos obtenidos por cada partido político en ese distrito y, una vez asignado, ya no es posible efectuar el cambio solicitado. “Se envió a todos los distritos un listado con los colegios a designar, y Vox, al llegar su turno, eligió ese”, informan desde Educación.
El grupo municipal de Vox, por su parte, lamenta los recelos del AMPA respecto a su partido, afirmando que está “absolutamente desinformada de los principios y valores que defiende Vox”. Fuentes de la formación ultraconservadora en Sevilla apostillan que solo están “en contra de la inmigración ilegal” y “lo demás son sambenitos que nos cuelgan”, al tiempo que se reivindican como “un partido democrático y patriótico” que defiende la educación pública, y se muestran “encantados” de atender a las familias para “despejar cualquier duda” que les pueda surgir con respecto a su programa.
Un partido en las antípodas del centro
Dado el contexto en el que se enmarca el colegio, las familias entienden que el ideario de la formación de Abascal se encuentra en las antípodas de su proyecto de centro y temen que ese nombramiento pueda generar un foco de conflicto en un colegio que fomenta la educación de la interculturalidad y que lleva en su ADN los valores de la convivencia. “No queremos que eso se fragmente”, expresa la presidenta del AMPA trasladando la preocupación de toda la comunidad educativa.
Según señalan desde el AMPA, Vox “propone evitar que las personas inmigrantes que están en proceso de regulación se puedan inscribir en el padrón municipal y acceder a derechos como la educación”, situación en la que se encuentra buena parte de las familias que integran el AMPA. Además, inciden en que se trata de “un partido político que pone en el centro de sus propuestas la supremacía de la identidad nacional española, mientras que nuestro centro educativo se caracteriza por promover una identidad multicultural, cosmopolita y ecuménica, en la que conviven alumnos de diferentes nacionalidades y religiones sin conflictos”.
Más allá del choque por la cuestión de la migración, las familias encuentran incompatibilidad en el hecho de que los de Abascal, en su persecución de lo que llaman “adoctrinamiento” en las aulas, traten de erradicar de la escuela “las charlas afectivo-sexuales y la educación en diversidad sexual para que los niños tengan referentes de otras familias”. “Para nosotros eso es fundamental”, esgrime Elisabet Pidal, aludiendo a que muchos niños “vienen de sociedades con culturas muy tradicionales” y a través del colegio “se acercan a realidades más plurales”.
Las necesidades del centro
Las demandas de este colegio trascienden los problemas de limpieza o mantenimiento habituales en los centros educativos de Sevilla y “tienen mucho que ver con el bienestar del alumnado”, según manifiesta Pidal. “Las necesidades básicas del alumnado en su casa, en su barrio, tienen que estar cubiertas porque esa es la base para que los estudiantes puedan realmente desarrollarse”, defiende la representante de las madres y padres del colegio, recordando que “muchos niños vienen al centro con el estrés contagiado por sus familias, que viven con la piqueta del desahucio encima”.
De ahí que una de las principales demandas del CEIP San José Obrero sea brindar “atención integral a las familias desde el propio centro”. Un propósito que están consiguiendo gracias a la implicación de diversas organizaciones sociales. “Por eso nos oponemos a que sea Vox quien nos represente”, dada su batalla contra “las ayudas a entidades sociales de defensa de derechos humanos, de igualdad, de ecología y de educación para el desarrollo, que son fundamentales para que se puedan ejecutar los más de 20 proyectos que se desarrollan en nuestro centro por parte de ONG y asociaciones”.
Por todo ello, el AMPA arguye que “no podemos confiar en que Vox vaya a representarnos porque está en el extremo opuesto de nuestras necesidades”. E insiste en que no es una cuestión de ideología, pues en su centro conviven también diferentes ideologías políticas, sino que “hablamos de una cuestión de programa”, que les lleva a cuestionar que “alguien de dicho partido cumpla con la misión de trasladar al Ayuntamiento las necesidades de nuestro centro educativo”.
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