Unas 150 personas han formado la “contracumbre” contra la Cumbre Mundial del Turismo, que se celebra en Sevilla. Son representantes de 18 colectivos de la capital sevillana que acusan al Ayuntamiento de Sevilla de desviar dinero de partidas sociales para financiar la Cumbre.
Además, han aprovechado la cita internacional para hacer visibles sus críticas al “abandono” de las barriadas de la capital sevillana, y que el centro se esté convirtiendo en una zona masificada por turistas, y no en un punto residencial.
Los integrantes del colectivo llevan buena parte de la jornada concentrados a unos 100 metros del Palacio de Congresos FIBES, vigilados por una discreta presencia policial, convocados por el colectivo ESTAR (Encuentro Social contra la Turistificación Resistencia Alternativa).
Su portavoz, Jaime Jover, ha resumido que fue convocada “cuando nos enteramos de que un millón de euros de partidas sociales del Ayuntamiento se destinaba a la cumbre, en una ciudad en la que hay grandes diferencias entre el centro y los barrios periféricos, que sufren graves carencias, desde seguridad hasta infraestructuras”.
Los participantes han coreado gritos contra la organización de la Cumbre y la presencia en la misma del expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, además de cantar sevillanas, todo ello en un ambiente festivo y sin incidentes. “Los barrios llevan años reclamando mejores sociales de todo tipo, además de que el centro se está convirtiendo en un espacio cada vez menos vecinal”, explica.
Ha admitido que es difícil en ocasiones aglutinar a gente en torno a sus reivindicaciones “porque toda esta petición de derechos a la ciudad es complicado entenderla. El derecho a la vivienda se entiende muy bien, pero ver los efectos del turismo en la cultura y la educación es más complicado”.
Protesta de los vecinos de Tarazona
A las puertas de FIBES se han concentrado también vecinos de la barriada de Tarazona, perteneciente a la localidad de La Rinconada, protestando por el “abandono que sufrimos por el Ayuntamiento”.
Son unas 750 familias a las que se “se cobra contribución residencial y el sello a los coches, y el Ayuntamiento no gasta ni invierte nada de lo que recauda. Los caminos llenos de baches, los pozos ciegos vaciándose en la calle, los caminos arriados de aguas estancadas, sin iluminación y una junta de compensación que no queremos”.
Por eso, a las puertas del Palacio de Congresos sevillano han reclamado que se solvente la situación de “750 familias que viven de manera ruin y sin medidas higiénicas básicas”.