A los 13 años, José Manuel Quintero se sometió a una operación que le cambió la vida. Durante la intervención, le dañaron la médula espinal y no pudo volver a andar. Aun así, ahora que está a punto de cumplir 25, asegura sentirse afortunado de tener “una vida completa” y poderla disfrutar “sobre ruedas”. La historia de este joven deportista de Chiclana de la Frontera es una de las que han podido conocer los 190 estudiantes de Secundaria del Colegio Aljarafe que han participado en el encuentro organizado por elDiario.es Andalucía y SevillaelDiario.es en colaboración con Grupo Social ONCE y con el apoyo de la Universidad de Sevilla.
La cita, enmarcada en el Día Internacional de las personas con discapacidad que se conmemora cada 3 de diciembre, ha servido para fomentar la empatía a través del debate social que se ha propiciado en el salón de actos de la Facultad de Psicología. Desde allí, el alumnado ha tenido ocasión de trasladar sus preguntas y resolver sus dudas sobre cómo es vivir con discapacidad, después de visionar el documental Mi vida sobre ruedas, en el que el propio José Manuel Quintero narra en primera persona cómo logró adaptar su vida al quedarse parapléjico refugiándose en el deporte.
Junto al protagonista del documental, han completado y enriquecido la mesa multiplicando su diversidad Saray Rodríguez Muñoz, una usuaria con discapacidad intelectual de Inserta empleo, y Maite Espinosa (y su perra-guía), abanderada del deporte andaluz adaptado, exitosa paralímpica invidente en la década de los 90 y, en la actualidad, jefa de Coordinación y Talento del Centro de Recursos Educativos (CRE) de la ONCE. Acompañándolos estaban también el decano de la Facultad de Psicología, David Saldaña, experto además en integración de personas con discapacidad intelectual, y moderando la mesa, la directora de elDiario.es Andalucía, Lucrecia Hevia.
Tras la proyección del documental, cada uno de los invitados se ha presentado con un resumen de su testimonio de vida, destacando aquellos capítulos marcados por las dificultades y, en consecuencia, repletos de aprendizajes que han compartido con el público. En su caso, Saray ha manifestado su frustración por no poder encontrar trabajo y reclamaba a los familiares de personas con una discapacidad intelectual que intentaran ser menos “sobreprotectores”, mientras que Maite ha recordado el impacto que le supuso pasar de un centro especializado en niños con discapacidad visual, a integrarse en la clase de un colegio convencional. Algo en lo que han coincidido el resto de sus compañeros de mesa, que también han experimentado en algún momento el rechazo, la soledad y la falta de empatía por parte de algunas personas que se han cruzado en sus vidas.
“La gente nos ve como bichos raros”, ha concluido Saray, quien ha aprovechado su intervención para reivindicar los derechos de las personas con discapacidad y la necesidad de trabajar la empatía. En línea similar, el experto en integración de personas con discapacidad intelectual ha defendido que este colectivo posee “su sitio en la sociedad”, no solo porque representen más del 9% de la población española (según los últimos datos del INE de 2020), sino porque “lo valen y tienen derecho como cualquier otra persona” y, además, “nos aportan muchísimo a los demás”, ha añadido el también decano de la Facultad de Psicología.
Por esta razón, David Saldaña ha afirmado que “nos necesitamos mutuamente” y ha aplaudido que se celebren este tipo de encuentros, que sirven para poner en valor la diversidad, haciendo visibles a quienes pasan por “invisibles” a ojos de buena parte de la sociedad. En efecto, con esta actividad, se ha creado un “espacio de debate y conversación”, en palabras de la directora, en el que la juventud ha podido derribar prejuicios y establecer lazos de empatía con personas con las que no suelen tener contacto en su día a día.
Al abrir el turno de preguntas, los jóvenes se han mostrado implicados e interesados en conocer más detalles sobre la vida de las personas con movilidad reducida, invidentes o con discapacidad intelectual. Entre otras cuestiones, han querido saber aspectos concretos de la adaptación de su vida cotidiana (cómo puede José Manuel conducir o cómo realiza disciplinas deportivas como el ciclismo), además de preguntar por los principales obstáculos que se encuentran en su vida cotidiana. A este respecto, los tres protagonistas del encuentro han coincidido en señalar las barreras arquitectónicas y cognitivas como una de las asignaturas pendientes de la sociedad. De su lado, José Manuel ha querido incidir también en otro tipo de barreras vinculadas al “cambio de mentalidad” que precisa aún la población en general, según han reconocido ellos mismos.
Tras escuchar las respuestas de José Manuel, Saray y Maite, el alumnado se ha marchado llevándose a casa una lección: “La diferencia es lo que nos hace únicos”. Y abrazándola, asegura el triatleta gaditano, aprenderemos de los demás y lograremos “complementarnos”, como se complementan los miembros de un equipo.
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