El valor de la educación para romper la espiral de pobreza: Luis, un caso de éxito en uno de los pueblos con menos renta de España

Javier Ramajo

Utrera (Sevilla) —
6 de septiembre de 2024 22:00 h

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Luis aparenta más edad de la que tiene. Su corte de pelo y forma de vestir responden a sus recién cumplidos 17 años pero, al contrario que la mayoría de jóvenes de nuestro país, se ha emancipado pronto. De lunes a viernes vive en Jerez de la Frontera, en la residencia escolar pública 'Rancho Colores', perteneciente a la Consejería de Desarrollo Educativo, desde que el curso pasado su familia, de acuerdo con él, su centro educativo, y la mediación de la Asociación de Mujeres de Santiago El Mayor de Utrera, le enviara allí para continuar sus estudios, que en breve retomará con la apertura del nuevo curso.

El entorno más directo no era el más favorable para su concentración, reconoce a SevillaelDiario.es este joven educado y reservado que lo tiene bien claro: “Quiero centrarme en los estudios y sacarlo todo”. Si Mahmoud, uno de los protagonistas de nuestra 'Gente de 10', plasmó en el libro 'Partir para contar, un clandestino africano rumbo a Europa' para enseñar a sus compatriotas que el sueño europeo es más duro de lo que pudieran pensar, Luis podrá contar algún día que tuvo que partir para formarse y seguir poniendo las bases de su futuro.

La familia de Luis reside en Utrera, una de las diez ciudades con menor renta media por declarante de España, según el último informe realizado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea). La Asociación de Mujeres de Santiago tiene su sede en la humilde barriada de El Tinte. Inmaculada Aguilar, que trabaja con Luis y su familia desde hace varios años, explica que hay casos en los que el menor ha de romper con su contexto más cercano para salir adelante desde el punto de vista académico. Y Luis, que procede de una familia desestructurada donde los roles se perpetúan pero que despuntaba por su buen hacer en el colegio, necesitaba ese cambio para dar un giro de timón a la pobreza que, como la riqueza, también se hereda. Su madre acusa su ausencia, se le nota, pero sabe que, que se haya marchado ahora, le ayudará en los próximos años en los que la educación y la formación serán la mejor base.

A Luis se le ve centrado en sus estudios, como se ha marcado. Nada menos que tiene a la vista el reputado Instituto Andaluz de Astrofísica. Inteligente y responsable, Luis relata cómo fue el paso dado, a partir del cual se levanta todos los días a las 6.20 h para coger un autobús e ir al instituto: “Aquí en Utrera no podía dormir bien. Tenía muchos dolores de cabeza y quería poder centrarme tranquilo en los estudios. En Jerez me adapté súper rápido”, resume desde la sede de la asociación, una vez superado el curso.

“Le ha venido muy bien estar fuera”

“Inma, me han llegado dos papeles de lo de la beca”, señala su madre, Encarni, que dice que es “la que manda” pese a que lo deja casi todo en manos de Inmaculada y de las personas que han considerado que Luis necesitaba un cambio en su vida pese a no haberlo solicitado. Luis sabe estar y no es de pedir, aseguran ambas, y ahora está centrado en sus clases dentro de un entorno más favorable. En su pueblo hay Bachillerato y desde el propio centro residencial les causó extrañeza el traslado del joven Luis a comienzos de un curso que ahora acaba.

La madre de Luis dice que Inmaculada es “su segunda tutora”, además de la que tiene en el centro educativo jerezano. “Me dieron esa opción y él está contento”, comenta, agradeciendo la labor de la asociación para ofrecerle a este “joven brillante” un entorno más facilitador. El calificativo es de Inmaculada, no de su madre, que sabe del potencial de su hijo y sabe de la oportuna ayuda de la asociación para que Luis termine sus estudios, en los que va avanzando con muy buena nota, sin bajar del 8 en la última evaluación.

Acabado 1º de Bachillerato, Luis es “un caso excepcional”, sobre todo porque en Utrera se puede cursar bachillerato. Hay otras localidades donde las familias se ven 'obligadas' a enviar a los estudiantes a ese tipo de centros porque no hay donde continuar la formación académica. “Le ha venido muy bien estar fuera”, insiste su 'segunda tutora', que relata que el joven necesitaba un impulso y un “acompañamiento” para proseguir con unos estudios que le abran la puerta y la mente y mejorar sus expectativas de cara al futuro. “Él es el más listo. Él me va a sacar de las miserias”, resume su madre, que tiene otro hijo de 27 años.

Sus modestas aspiraciones no acaban en el aula. El teatro y las competiciones de matemáticas también cuentan entre sus 'extraescolares' con sus 60 compañeros y compañeras, en su mayoría procedentes de Cádiz, y la ayuda de los monitores del centro residencial, que dan continuidad a ese acompañamiento primero mientras adelantan la experiencia de compartir piso y tienen la opción de echar un futbolín, jugar al tenis de mesa o pasarse por el gimnasio. Inma destaca también la importancia de mantener un “ocio saludable” que sirva de complemento para las cuestiones académicas.

Talleres terapéuticos grupales

En ese particular 'rancho de colores' convive de lunes a jueves antes de volver cada viernes a su localidad natal, donde por supuesto sigue manteniendo amistades, tan importantes en ese momento vital. “Sale demasiado”, sentencia Encarni como cualquier otra madre de un chico de esa edad. Luis no puede evitar sonreír tímidamente, como cualquier otro joven de esa edad, cuando su madre alude a que “alguna novieta o algo así” puede servirle de acicate para frecuentar de más las calles de aquí o de allá.

Distraerle no parecen ahora distraerle mucho ni el ocio ni las amistades, a tenor de su nota media. Inmaculada se muestra satisfecha de que haya conseguido, paralelamente, la beca 6000 de la Junta y la beca general del Ministerio de Educación, dirigidas a jóvenes que han pasado a estudiar una educación secundaria no obligatoria. Este hermano pequeño, que ha madrugado cada lunes del curso para coger el tren Utrera-Jerez de la Frontera, sigue recibiendo atención terapéutica cada viernes, a su regreso a casa, para ser ayudado con sus emociones. De ello se ha encargado Raquel, psicóloga de la asociación, quien le ofrece las “herramientas” para que puedas gestionar los cambios, frecuentes en jóvenes de su edad pero que se multiplican en el caso de Luis.

El Programa CaixaProinfancia le ha acompañado en todo el proceso en estos años atrás en los servicios de refuerzo educativo, ocio y tiempo libre y en atención psicoterapéutica, tanto para él como para su madre en talleres terapéuticos grupales, explica Inmaculada Aguilar. Este año ha tenido el acompañamiento de la psicóloga para poder realizar y mantenerse a nivel escolar y psicosocial. Además de los servicios propiamente que tiene el programa, la figura de la referente familiar y trabajadora social son esenciales para realizar el plan de trabajo con la familia y “ver los recursos que necesitan y los que no”. “Hay que luchar por él”, sentencia Inmaculada, consciente de “la importancia de la educación para romper la espiral de pobreza”.

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