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El confinamiento pendiente de un hilo (digital)

Una señal óptima de fibra óptica es indispensable para las clases desde casa.

Fermín Cabanillas

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A las 8.30 de la mañana, suena el despertador en casa de Fran. Sus padres le han dado un poco de margen para empezar el día, porque no está sometido a la firmeza de una sirena que le obliga a entrar en clase media hora después. Se ducha, desayuna y poco antes de las nueve y media enciende su ordenador. Al otro lado, su profesor ya ha colgado las tareas para que, a sus 11 años, no pierda un solo día de clase por el confinamiento debido al coronavirus. En su caso, en su piso de la barriada sevillana de Sevilla Este, maneja una wifi que puede llegar a descargar a 400 mb.

A pocos kilómetros de Sevilla, en dirección a Badajoz, hay un puñado de pueblos donde Internet es casi un lujo, porque cuando caen cuatro gotas no hay manera de conectarse. Con esa premisa, llevan enfrentados más de tres semanas ya a vivir sin salir de casa en pueblos como Cazalla de la Sierra.

2018 en la mente

En 2018, las tormentas y riadas que asolaron parte de la provincia de Sevilla golpearon con fuerza las comunicaciones en toda su zona norte. Fueron más de dos semanas sin Internet, datos en móviles ni nada relacionado con las llamadas “nuevas tecnologías”. Las farmacias no podían hacer pedidos, los bancos no tenían línea para trabajar ni los cajeros funcionaban... Su alcalde, Sotero Martín, encabezó la petición de la comarca para pedir una solución global que, de momento, no ha llegado.

Solo en Cazalla de la Sierra hay 4.780 habitantes, de los que un 15 % son estudiantes de diversas materias. Es cierto que Telefónica instaló en su día fibra óptica, pero también que es sumamente inestable. Sotero Martín pide inversiones reales, sobre todo para acabar con el estrés de niños -y padres- de guardar a toda prisa las tareas cuando comienzan a escuchar truenos en el horizonte: “El problema es que está prevista una inversión para montar un anillo, porque cuando se estropea la entrada a la sierra nos quedamos sin Internet. Hasta ahora, funciona bien, pero queremos, además, contar con financiación de un programa europeo para tener wifi gratis en 10 puntos concretos del pueblo, que daría servicio a toda la localidad”.

El proyecto consiste en la implantación de una anillo de fibra óptica que dé  servicios a estas poblaciones, garantizando la disponibilidad de los servicios de Telefónica ante incidencias futuras. Cuenta con un presupuesto de más de 500.000 euros y tenía prevista su finalización en el próximo verano. El pueblo, de hecho, con fibra óptica en su subsuelo, no debería tener problemas, pero no es así. Las líneas son inestables, y los vecinos demandan el mismo servicio que en una capital.

Con todo, lo peor es que cuando se pisa en estos días Cazalla de la Sierra y se pregunta a algún vecino si han tenido cortes de luz, casi todos contestan: “no, de milagro”.

La presidenta de la asociación local de empresarios, María del Carmen Agüera, sufrió en su gestoría el último corte de luz, que la dejó sin poder atender a los clientes, ni por mail ni por teléfono: “la luz no se ha ido durante estos días, y estamos sorprendidos”, comienza, para explicar enseguida que las líneas de Internet están aguantando, pero “se nota ralentizado el servicio en algunas horas en concreto, como cuando están todos los niños dando clase o mucha gente con teletrabajo”.

Ni los médicos podían trabajar

Ella, casi toca madera, porque recuerda que “cuando se va la señal, nos quedamos sin Internet, sin móviles, incluso sin los fijos de casa que instalan algunas compañías, y se dan problemas como los del último corte, cuando ni los médicos podían trabajar, no podían ver los expedientes de los pacientes, en las farmacias no podían expedir medicamentos, bares cerradas, autónomos sin poder trabajar, tiendas cerradas…”, con la premisa de que los empresarios reclamaron a las compañías que les dejaron sin servicio, y hoy día “ni nos han contestado”.

Pero no todo depende de tener una alta velocidad en las casas. Fran, en Sevilla Este, con su fibra óptica de alta velocidad, también tiene problemas a veces, cuando el servidor del Instituto no aguanta el tirón de demasiados alumnos conectados a la vez demasiado tiempo. Pensado para ser una especie de buzón, que las clases se hagan a distancia todos los días ha sido un problema que, de momento, parece solventado.

Fibra propia

En municipios como el también sevillano de Gerena, con 7.000 habitantes, o Arahal, con casi 20.000, el problema lo han arreglado con tecnología local, con empresas que se encargaron en su día de gestionarlo y dar hasta 100 mb de velocidad de bajada. Si se tiene en cuenta que con 10 mb se puede llevar a cabo una tarea con cierta soltura, el problema está solventado, pero a menos de diez minutos de autopista, en la barriada sevillana de Pino Montano la velocidad es 50 veces mayor.

“En Cazalla nos asusta que se vaya Internet cuando llueva, o cuando haya una tormenta; lo tienen que solucionar”, vuelve a pedir el alcalde. La Sierra Morena de Sevilla, donde se encuentra, es la comarca más grande de la provincia y la que menos habitantes suma: 26.000 en diez pueblos.

Emergencia digital

Que haya tanta diferencia de oportunidades digitales en pocos kilómetros de diferencia es algo que denomina “brecha digital”. Todas las administraciones tienen más o menos presupuesto para solventarlo. En el caso de Sevilla, la que lleva la delantera es la Diputación, que el pasado 25 de octubre creó la Oficina de Transformación Digital.

Sus estatutos recuerdan que las diputaciones provinciales tienen atribuidas las competencias de administración electrónica en entidades locales menores de 20.000 habitantes, de conformidad con el artículo 36 de la Ley Reguladora de las Bases de Régimen Local.

Su primera acción es la creación de una línea de “emergencia digital” para atender a las zonas rurales de la provincia con el objetivo de actuar ante episodios de cortes de Internet en las zonas rurales, como un centro de coordinación y atención a los 68 pueblos menores de 10.000 habitantes de toda la provincia, cuando éstos se queden sin servicio.

La Oficina está realizando paralelamente un estudio de la cobertura real que tienen los municipios menores de 20.000 habitantes, priorizando a los que están por debajo de 10.000.

‘Ciudades y Territorio Inteligente de Andalucía’

Extendiendo el asunto a las siete provincias restantes de Andalucía, el tema no mejora. Para revertirlo, la Junta de Andalucía invirtió, en 2019, 17 millones de euros, con el objetivo principal de “cerrar” la brecha digital entre el mundo urbano y rural. Para ello, trabaja en el programa 'Ciudades y Territorio Inteligente de Andalucía', con diez millones de dotación, dirigido a municipios con menos de 20.000 habitantes para que tengan servicios avanzados de carácter digital, para lo que la Junta cofinancia el 80 por ciento.

También, se han destinado siete millones para un programa dirigido a municipios más pequeños para que tengan velocidad de transmisión de información de al menos diez megabytes. Un total de 2,5 millones han sido invertidos por el momento en este programa, lo que ha beneficiado a 24 espacios productivos y 36 municipios menores de 150.00 habitantes.

Desde el Ejecutivo andaluz se está apoyando el programa 'MOAD' sobre tramitación digital, de los que unos 300 municipios se han aprovechado para tener una relación “más fluida” con sus ciudadanos.

 

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