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Un Punto Morado y patrulleras feministas para los buenos tratos en la Feria de Abril

Por tercer año consecutivo, habrá brazaletes morados para distinguir a las voluntarias que quieran socorrer, acompañar y atender a las mujeres que hayan sido víctimas de agresiones machistas en la Feria de Abril. Porque la fiesta también puede tener su lado oscuro y, como reza el lema de esta iniciativa, “la calle, la noche y la Feria también son nuestras”. El feminismo y el 8M llegan así hasta el Real. Tras dos jornadas formativas intensivas, el Colectivo Amazonas ya está listo para patrullar por el recinto ferial y apoyar a las mujeres que se sientan acosadas o intimidadas.

Como explica Ángela N. (no quiere dar su apellido), portavoz de este colectivo, los brazaletes no se dan sin ton ni son. Tras un par de años de “aciertos y errores”, en esta edición se van perfeccionando algunos aspectos y los brazaletes estarán “homologados”, es decir, que no es un trapo morado sin más puesto en el brazo, sino que tiene un logo que lo identifica. “Para obtenerlos, las voluntarias previamente han tenido que asistir a dos jornadas formativas (la última de ellas se celebró el pasado viernes) sobre aspectos psicológicos y legales para atender y acompañar a las víctimas, así como conocimientos prácticos para asesorarlas para interponer una denuncia, teléfonos de emergencias, contactos de la Policía Nacional o Local o de los hospitales de la ciudad”, detalla.

En este punto, Ángela aclara que “bajo ningún concepto se intenta socavar la labor policial, lo que se pretende es dar un servicio de acompañamiento a la víctima en un momento de estrés y de extrema vulnerabilidad, porque muchas veces se está sola y es más difícil reaccionar si no hay nadie a tu lado que te aconseje”. Por esta razón, las voluntarias son solo mujeres y no es una actividad mixta, “porque la presencia de hombres podría bloquear a las víctimas y no estar cómodas en una situación de tensión”, justifica Ángela que, no obstante, matiza que estos sí que pueden participar en la difusión de esta iniciativa.

En esta edición, serán más de 50 mujeres las que participen en este proyecto y “la intención es seguir hasta que llegue un momento en el que no haga falta”, subraya. Aunque no se les han presentado hasta ahora situaciones de extrema gravedad, como una violación, sí se ha requerido su intervención por casos de acoso y persecución a mujeres, o discusiones violentas con sus parejas. “Todos conocemos a alguien que ha sufrido o presenciado algún episodio”, apostilla.

Las cifras de las actuaciones del año pasado del Colectivo Amazonas así lo corroboran: cuatro escenas de exhibicionismo por parte de hombres, cinco de intimidación y amenazas, tres chicas fueron perseguidas por grupos de hombres, 6 fueron socorridas porque su novio les estaba agrediendo, dos víctimas fueron drogadas por hombres y luego fueron agredidas y robadas, 9 jóvenes fueron acosadas cuando iban solas de regreso a casa, a lo que suman otros 9 casos de mujeres que sufrieron tocamientos no consentidos, siendo tres de ellas agredidas por enfrentarse a sus acosadores. A esta larga lista, se sumaron dos intentos de intentar drogar a dos víctimas, pero que no llegaron a llevarse a término porque estas se dieron cuenta a tiempo de que les habían echado algo en las copas, y tres ataques homófobos y tránsfobos. Tampoco se libraron de la violencia las propias voluntarias del brazalete morado, que por llevarlo sufrieron diferentes tipo de acoso y amenazas. Esta última es la principal razón por la que no se ha permitido a menores intervenir en este tipo de dispositivos por motivos de seguridad.

Lo que en el Colectivo Amazonas tienen claro es que la Feria, como en cualquier fiesta popular donde hay consumo de alcohol o estupefacientes, hay agresiones pero estas no se deben solo a estos factores, sino fundamentalmente a la cultura machista y a esos “valores misóginos que son el resultado de vivir en un sistema patriarcal”. “El foco no hay que ponerlo en la fiesta en sí, en el alcohol o la víctima, sino en los agresores”, apostilla Ángela, que recuerda que la acción de las patrulleras se concentra en la tarde y en la noche, y que todas ellas trabajan en red a través de grupos de whatsapp.

Además de las patrullas de Amazonas, existe el Punto Morado de atención que se encuentra en la caseta La Marimorena, que gestiona la ong Acciónenred. En este Punto Morado, además de informar, asesorar y acompañar a cualquier mujer que haya sufrido una agresión sexual u otro tipo de agresión sexista, también “será un punto para la concienciación y la sensibilización de que la fiesta es el disfrute de todos y todas y que no caben estas conductas”, asegura Irene Águila, miembro de esta organización.

Tras la experiencia piloto del año pasado, se ha querido contar con equipos más preparados, de forma que las voluntarias que han querido involucrarse en esta misión han tenido que superar un curso de formación de 16 horas (en cuatro jornadas celebradas entre marzo y abril en el Hogar Virgen de los Reyes), impartido por un equipo multidisciplinar formado por abogadas, psicólogas o trabajadoras sociales. Han aprendido sobre sexualidad, violencia contra las mujeres, los derechos de las mujeres en el ámbito judicial, recursos y protocolos de actuación y acompañamiento a víctimas. “Así estamos preparadas para la mediación, pero también para atender y derivar a cualquier mujer que haya sido víctima, y también servimos como caja de resonancia de la idea de que en la Feria sólo queremos buenos tratos”.

En este Punto Morado, situado en el número 31 de la calle Manolo Vázquez, colaboran AMUVI y la Asamblea Feminista Unitaria de Sevilla (AFUS), y se enmarca en el proyecto “Red joven: Sexo-consentido” que abarca acciones de información, prevención y formación en la atención de las agresiones sexuales dirigidas a la población joven, dado su papel de dinamización social en eventos festivos, deportivos y de ocio.