El ficus centenario de Triana muere dos años después del intento de tala que sufrió y será sustituido por otro árbol
El ficus centenario de San Jacinto, en Triana, está muerto y el Ayuntamiento de Sevilla va a proceder a retirarlo pese a las protestas de la plataforma que se constituyó en defensa del árbol, que insiste en mantenerlo como símbolo de cómo no se tienen que hacer las cosas. La defunción la ha certificado un informe del Servicio de Parques y Jardines, que constata el “colapso final” del emblemático ejemplar tras “el descope total” por “el conato de tala en agosto de 2022”.
Por ello, se propone “la eliminación del árbol muerto y la plantación de un nuevo ejemplar perteneciente a una especie que pueda compensar los beneficios medioambientales, paisajísticos y ecológicos”. El ficus, subraya, no tiene “posibilidad de recuperación”.
El informe, adelantado por ABC y posteriormente difundido por el Consistorio hispalense, coincide con la reciente efeméride de los dos años de la tala acometida en el árbol, promovida por el párroco de San Jacinto y autorizada por el gobierno local entonces encabezado por el PSOE. Los argumentos que esgrimió la parroquia (propietaria entonces del ficus, con el que después se quedó el Ayuntamiento) fueron de seguridad por las caídas de ramas sobre la calle, de coste de mantenimiento y de afectación al templo de San Jacinto.
El informe surge después de que el Ayuntamiento, gobernado por el socialista Antonio Muñoz a la fecha de los hechos y ahora por el popular José Luis Sanz, alertase semanas atrás de que el emblemático ficus padecía una grave “necrósis, agrietamiento, hongos y una pérdida considerable de tejido vivo”. Por eso, se encargó el informe técnico ahora conocido para “decidir las actuaciones que se llevarán a cabo”.
Sin “posibilidad de recuperación”
El estudio de Parques y Jardines aborda la situación del ficus y expone que “tras el descope total del ejemplar llevado a cabo en el conato de tala en pleno agosto de 2022, el árbol sufre una serie de circunstancias que han provocado su colapso final”. Esto viene provocado sobre todo por la “eliminación de toda la masa foliar”, la “exposición de toda la corteza de la estructura residual a la insolación estival y altas temperaturas” o la proliferación de “hongos saprofitos que aprovechan la debilidad y precariedad del ejemplar”, entre otros aspectos.
Dado el caso, este informe que firma un ingeniero técnico agrícola concluye que “el ejemplar no tiene posibilidad de recuperación”. Por ello, considera que “la estructura actualmente existente se irá descomponiendo poco a poco a un ritmo no predecible que va a depender de los condicionantes atmosféricos y la actuación de los organismos saprofitos que actúen en sus tejidos”.
Así, el informe propone “la eliminación del árbol muerto y la plantación de un nuevo ejemplar perteneciente a una especie que pueda compensar los beneficios medioambientales, paisajísticos y ecológicos que proporcionaba el ficus en su máximo momento de esplendor”. De esta manera también se evitarían “conflictos que pudieran surgir en cuanto a funcionalidad, seguridad, competencia con espacio y molestias a los ciudadanos”.
La negativa de la plataforma
Ante esta decisión, un portavoz de la plataforma ciudadana en defensa del ficus ha insistido en la negativa de este colectivo a retirar el árbol “sin un informe técnico riguroso”, además de reiterar la petición de que “se quede aunque esté muerto viendo la viabilidad de su conservación para que no sea un peligro y quede como símbolo”. “Ha significado mucho, ha unido a muchas personas y muchas organizaciones, y seguiremos trabajando para que se cuiden las zonas verdes y para reverdecer Sevilla”, apunta la plataforma.
Ante ello, la concejal de Arbolado, Parques y Jardines, Evelia Rincón (PP), ha defendido que “el gobierno actual se ha afanado en recuperar el ejemplar con tratamientos específicos como el control adecuado del riego a demanda y la ampliación del parterre para liberar las raíces y favorecer su funcionamiento, así como un contrato específico de 7.115,72 euros”. Pese a ello, “los efectos del intento de tala de 2022 aprobado por el gobierno anterior marcaron el triste devenir de este emblemático ejemplar, que estuvo abandonado durante un año por el equipo de Antonio Muñoz hasta que afrontamos la situación”.
“Hemos realizado todo lo posible. El árbol no ha mostrado una recuperación suficiente y este deterioro irreversible indica que el ficus no tiene posibilidad de recuperarse”, ha lamentado la concejala, señalando que el informe municipal recomienda “retirar el ejemplar y estudiar la plantación de un nuevo ejemplar”.
El punto de partida que ha llevado ahora a la sentencia de muerte del árbol tuvo lugar en agosto de 2022, cuando la Orden de los Dominicos, propietaria de la parroquia de San Jacinto, inició la tala del emblemático ficus del compás de dicho templo, extremo autorizado por el Ayuntamiento hispalense merced a la licencia solicitada por la orden. El párroco apeló a “cinco estudios” que avalaban la “necesidad” de la tala a cuenta de las repetidas caídas de ramas, la más grave en marzo de 2021 con seis heridos en la vía pública, tres de ellos hospitalizados, además de la afección de sus raíces a la estructura del propio templo.
Entretanto, los vecinos contrarios a la tala avisaban de un “atentado incomprensible e inadmisible” al patrimonio arbóreo de Sevilla, recordando el carácter emblemático de este ficus y reclamando otras soluciones. La tala se puso en marcha pero la licencia municipal fue suspendida de manera cautelar, tras ser recurrida la misma por vía judicial por la Asociación de la Jardinería Andaluza (AMJA).
Suspensión del litigio y subvención nominativa
Ya en septiembre de 2022, el juzgado suspendió el curso del litigio después de que todas las partes del procedimiento judicial hubiesen “presentado un escrito solicitando la suspensión del proceso, por encontrarse en vías de alcanzar un acuerdo” extrajudicial. Posteriormente, ya en abril de 2023, el Ayuntamiento aprobaba destinar 78.099 euros, a los que se unirían otros 32.920,55 euros en 2024, como subvención nominativa a la Orden de los Dominicos para sufragar el encargo de la misma al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) sobre un dictamen en torno a “las posibilidades de supervivencia” del ficus de un modo en el que no incidiese en la seguridad arquitectónica del templo y de los viandantes.
En este marco, en agosto de 2023, el alcalde José Luis Sanz (PP), recién llegado al cargo, anunciaba un acuerdo entre el Ayuntamiento y la Orden de Predicadores para “una solución satisfactoria para todas las partes, garantizando el mantenimiento del ficus, que pasaría a ser competencia municipal, y desistiendo expresamente la orden de la licencia de apeo del árbol”.
Además, gracias a este convenio, el uso del jardín de entrada a la iglesia era cedido a la ciudad como nuevo espacio público para su uso y disfrute. El acuerdo incluía el desistimiento de la decisión municipal de abonar a la parroquia los 111.000 euros aprobados para que la iglesia pagase el mencionado estudio científico.
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