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El Gobierno de Moreno manipuló un referéndum para darle el nombre de una víctima de ETA a su hospital estrella

Javier Ramajo

7 de febrero de 2024 11:47 h

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Hace ahora dos años el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, anunciaba a bombo y platillo un referéndum entre los profesionales sanitarios de la provincia de Sevilla para que eligieran de la forma “más democrática” el nuevo nombre del antiguo Hospital Militar, recuperado en pandemia para el tratamiento de pacientes con Covid-19 en primera instancia. Nacía así meses más tarde el 'Hospital Dr. Muñoz Cariñanos', sustituyéndose la denominación oficial anterior (Hospital Vigil de Quiñones, por el médico militar que acompañó a 'Los Últimos de Filipinas' en su encierro en la Iglesia de Baler entre 1898 y 1899). En concreto, el pasado 16 de marzo se hizo público que el médico asesinado por ETA en el 2000 daría nombre a un centro sanitario abandonado durante 16 años y que Moreno inauguró hasta cuatro veces entre 2021 y 2023. Pero aquel referéndum no fue tan democrático, porque el nombre de Muñoz Cariñanos fue el que menos votos recibió entre las cuatro opciones que daba la Junta a los sanitarios de Sevilla.

Aquella votación de la que fue informando la Junta y que Moreno había ensalzado por primera vez en febrero de 2022 (como puede verse en el siguiente vídeo) no discurrió como tal, al menos en cuanto a los resultados obtenidos. Las dos opciones más votadas fueron 'Hospital Rosalía Robles Cerdán' (fundadora y presidenta del Colegio Oficial de Matronas de Sevilla y su provincia) y 'Hospital Vigil de Quiñones' (el nombre oficial que tenía hasta entonces), que acumularon el 63% de los votos. En tercer lugar fue votado el nombre de 'Hospital Miguel de Mañara' (hermano mayor de la Santa Caridad e impulsor de las obras de la iglesia de San Jorge), con el 20,4% de los votos, mientras que la opción 'Hospital Doctor Muñoz Cariñanos' obtuvo el 16,5% de los votos. Es decir, el nombre que le dio la Junta al centro sanitario fue el menos votado en el “democrático” proceso del que presumía el presidente de la Junta.

La familia de Rogelio Vigil de Quiñones había querido conocer concretamente cuáles habían sido “los resultados de las votaciones” y preguntó en junio a la Consejería de Salud, desde donde contestaron que los datos solicitados tenían “la consideración de información pública” pero sin hacerle llegar a la familia cómo fue la votación, tal y como había requerido. Hace unas semanas, el Consejo de Transparencia y Protección de Datos de Andalucía obligó a ello a la Junta de Andalucía después de que la familia se dirigiese a este organismo de vigilancia “por denegación de información pública”. Y la Consejería, a finales de año, trasladó finalmente los resultados.

“Sois vosotros quienes tenéis que poner el nombre a este centro”

Moreno quiso hacer un “comentario previo” a aquella inauguración del 2 de febrero de 2022 diciendo que la Junta, ante el “gran debate” en torno a la nueva denominación del Hospital Militar Vigil de Quiñones, había recibido muchas “peticiones” a través de asociaciones, colectivos o ciudadanos anónimos, “todas justificadas”. “Cualquier de ellas me parece bien, pero el Gobierno no debe ser quien decida cómo se denomina el nuevo hospital”, aseguró el presidente, quien comunicó que se abriría un referéndum telemático entre todos los sanitarios sevillanos porque “sois vosotros quienes tenéis que poner el nombre a este centro”, como se aprecia en el vídeo.

El presidente, para ello, dijo que lo haría “con todas las garantías democráticas, a través de una importante compañía en materia tecnológica que es la que va a llevar el control de seguridad y que las cosas que se decidan allí cumplan con los requisitos acordados”. “Las bases se colgarán para que todo el mundo las conozca”, añadió a la hora de comunicar que serían los profesionales sanitarios los que decidirían “en función de las propuestas sensatas, positivas y razonables que se nos han hecho”.

Después de ese referéndum, y de que trascendiera el nombre 'ganador', el 20 de marzo Moreno asistió a la apertura completa del centro sanitario, con despliegue de nuevos rótulos, placas y cartelería con la nueva denominación del hospital encuadrado, eso sí, en el distrito sanitario Doctor Vigil de Quiñones y dependiente en cuanto a su gestión del Hospital Universitario Virgen del Rocío. El contexto de aquella inauguración, donde se le daba oficialidad de rebautizar al hospital con el nombre de una víctima de ETA, era ya de precampaña electoral (las municipales se celebrarían dos meses después) y con el “que te vote Txapote” en pleno auge contra Pedro Sánchez.

Fuentes de la Consejería consultadas por este proceso argumentan ahora que las denominaciones del Distrito Sanitario de Sevilla Vigil de Quiñones, del Hospital Doctor Muñoz Cariñanos y del futuro Hospital Materno-Infantil y de la Mujer Rosalía Robles Cerdán son “fruto de un conjunto de decisiones políticas orientadas por una consulta previa, facultativa y no vinculante, entre los profesionales del sistema sanitario público de la provincia de Sevilla”.

Esa consulta, según consta en la explicación que se le dio a la familia a través del entonces viceconsejero, Miguel Ángel Guzmán, que dimitió poco después de que la Unidad de Transparencia de la Consejería de Presidencia facilitara la información definitiva a la familia, contó con “escasa participación”. “Pese a los esfuerzos del Servicio Andaluz de Salud por implicar a su plantilla en este proceso, la consulta final apenas contó con un 11,68% de participación, ya que se contabilizaron 3.251 votos sobre un censo de 27.841 profesionales”, dijo la Junta a la familia.

Vigil de Quiñones y la “gesta universal”

Fuentes de la familia consideran que la poca participación refleja el “escaso interés social que suscitaba el cambio de denominación” sin que haya quedado constancia de que se le consultara a la totalidad de los profesionales del SAS en Sevilla ni que las bases de la votación fueran publicadas, como aseguró el presidente Moreno, ni qué empresa tecnológica se encargó de validar los resultados del referéndum en el que la opción del nombre de Muñoz Cariñanos fue “la que obtuvo menos apoyos de todas las opciones posibles” y “sin que se pueda entender que finalmente no haya sido la voluntad de los sanitarios y médicos tal y como se afirmó por activa y por pasiva”.

Un par de meses antes de que Moreno anunciara aquel referéndum, la Asociación Nacional Últimos Filipinas, Héroes de Baler (formada por descendientes de estos héroes, historiadores, investigadores y simpatizantes de aquella “gesta universal”) inició en enero de 2002 una petición en la plataforma change.org donde pedía que no se procediera al cambio de denominación del hospital, argumentando que “muchos sevillanos y españoles se han interesado por la gesta de los últimos de Filipinas gracias al nombre de ese hospital, acercándose así a un imborrable episodio de la Historia universal, que transciende a su época y a cualquier ideología”, sin entender que “después de tantos años” se planteara un cambio de nombre a este “emblemático hospital”.

La familia recuerda que Rogelio Vigil de Quiñones y Alfaro, reconocido por sus incontables méritos científicos, médicos y castrenses, contuvo la epidemia de Beri-Beri, sin medios ni recursos, únicamente con medios naturales, sin lo cual no hubiera sobrevivido ninguno de los españoles destinados en Baler en 1898. Su figura ha sido muy destacada en los libros de sanidad como un destacado científico a quien se le atribuye ser el descubridor del antídoto de aquella enfermedad por la que morían millones de personas. Participó en varias guerras como médico y resaltó siendo el primer director médico del Hospital Docker en Melilla.

Por parte de la famlia se añaden las distinciones y reconocimientos de Vigil de Quiñones: dos cruces de María Cristina de 1.ª Clase, la Cruz de 1ª clase del Mérito Militar, la Cruz de 1ª clase del Mérito Militar con distintivo rojo o la Medalla conmemorativa de los Sitios de Gerona. También recuerdan que el 1 de mayo de 1903 se le concedió la Medalla de Alfonso XIII, el 26 de marzo de 1917 se le concedió el Pasador de Larache y el 7 de julio de 1921 se le entregó la Cruz de la Orden de San Hermenegildo.

Transparencia obligó a la Consejería a informar

En la primera respuesta previa de Salud a la familia, remitida a finales de julio, la Junta argumentó que “para la asignación o cambio de denominación de los centros sanitarios, en general, y de los hospitales en particular, no existe regulación normativa al respecto, por lo que el proceso en concreto que se ha articulado no resulta obligatorio o preceptivo en su realización, ni vinculante en su resultado”.

Asegura la familia según pudo conocer “por otros médicos”, “en ese proceso muchos facultativos y sanitarios nunca pudieron votar, otros votaron en la primera fase y en la segunda, y casualmente muchos que optaron por mantener el nombre de Vigil de Quiñones curiosamente no se le dio la oportunidad de votar tras determinados descartes”. Ante las votaciones, la familia dice que “no tiene sentido que, sin que exista justificación, se produzca el cambio de denominación de un hospital ya existente y con nombre, de un médico militar por otro”, calificando de “innecesario” el cambio de denominación y de “arbitraria” la decisión de la administración andaluza además de ser “contraria a los resultados de la votación, al sentir del sector sanitario y de los ciudadanos en general”.

Cabe recordar, como ya informó este periódico, que el Consejo de Transparencia y Protección de Datos de Andalucía estimó la reclamación de la familia y dijo que la Consejería de Salud debería facilitar la información solicitada, esto es, el resultado de las votaciones que validaron el cambio de denominación del hospital. Tras pedir una prórroga en diciembre, la Consejería contestó a la familia con el resultado ahora conocido.

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