Hallados los restos de los mineros de Huelva traicionados en 1936 en la mayor fosa del franquismo abierta en España
Eran ellos. No eran pocos los expertos y arqueólogos que daban por hecho que los restos de los integrantes de la Columna Minera de Huelva, traicionados en una emboscada en La Pañoleta, en Camas, el 19 de julio de 1936, estaban en la fosa de Pico Reja de Sevilla, la mayor fosa del franquismo abierta de momento en España. Ahora, la evidencia científica respalda dicha hipótesis. Los restos de metales pesados de aluminio, cobre, manganeso y arsénico hallados en los huesos de los mineros, documentados in situ, se han cotejado directamente con los materiales extraídos de las minas de Riotinto y Nerva, evidenciando su correspondencia tras un análisis desarrollado en la Universidad de Santiago de Compostela, según han explicado los técnicos encargados de los trabajos arqueológicos, la Sociedad de Ciencias Aranzadi.
La excavación en la fosa de Pico Reja, donde se han exhumado ya un total de 5.400 cuerpos de los cuales unos 1.200 presentan signos evidentes de una muerte violenta, ha dado “luz” a “unos de los episodios más trágicos” del golpe franquista, ha destacado el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, en las inmediaciones de los trabajos, donde este jueves se ha celebrado un consejo extraordinario de la Memoria Democrática del Ayuntamiento en el que se ha informado del descubrimiento. Cabe recordar que apenas hace unos meses se conocieron los nombres de las cuatro personas que, entonces sin identificar, fueron enterradas en Camas después de encontrar la muerte en aquella fecha.
La traición a los mineros
José Barragán, portavoz de la Coordinadora Andaluza por la Memoria Histórica y Democrática, explica a elDiario.es Andalucía que la Columna Minera se formó en Huelva en aquellas horas en que trascendía el golpe de Estado a nivel nacional, agrupándose en localidades como Riotinto, Nerva y Campillos en torno a 80 personas. Estaban liderados por Gregorio Haro Lumbreras, comandante de la Guardia Civil, que traicionó aquel día a este grupo de trabajadores cuando se desplazaban a la capital andaluza nada más conocerse los planes de los golpistas y que fueron asesinados a las puertas de una Sevilla que querían liberar de las manos del también general golpista Gonzalo Queipo de Llano. Barragán añade que José Díaz Arriaza fue la primera persona que investigó el cementerio de Sevilla y que, en su libro 'Un rojo amanecer', muestra cómo el 31 de agosto de 1969 se encuentran 67 fichas en blanco “siendo un indicio claro de que pueden ser los mineros de la columna minera”; “a partir de aquí se creó su leyenda”.
Esqueletos agrupados, boca abajo, con proyectiles en la nuca de arma corta o larga, con grilletes o ataduras en las muñecas, en un espacio que “estuvo funcionando en todo momento” en aquel “verano caliente del 36”, según se desprende de la localización de los restos, entre los 40 centímetros y los dos metros de profundidad, han explicado los técnicos. El “tratamiento” de los cuerpos, la frente “descansando sobre el suelo”, la posición de las rótulas, etc. “huyen de la posición normal de un enterramiento” y ofrecen “pruebas de una muerte violenta, para que nadie niegue la evidencia”. La clasificación anatómica de los restos se han ido ordenando para preparar el perfil biológico de los cuerpos en cuanto a sexo, edad, patologías previas si las hubiere; todo para ir “estrechando el círculo” de las identidades.
El alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, ha calificado este hallazgo como “algo extraordinario e histórico” y ha añadido que continuará con la exhumación de fosas como la de Pico Reja porque “tenemos la obligación democrática de esclarecer todo lo que sea posible en torno a un suceso trágico de la historia española como fue el golpe de Estado”. Por su parte, el alcalde de Nerva, José Antonio Ayala, que también ha estado presente en el anuncio, ha sentenciado que aquellos mineros “querían defender la legalidad republicana” y que “esto es una página negra de nuestra historia que se tiene que terminar y pasarla con dignidad”.
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