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La decisión del Servicio Andaluz de Salud de interrumpir el servicio de atención a emergencias que presta el 061 en los partidos oficiales que el Real Betis y el Sevilla FC juegan en sus estadios, así como los que juega la Selección Española de Fútbol en La Cartuja, ha escocido en los sindicatos del servicio, que se plantean realizar acciones reivindicativas al menos en la primera jornada de Liga, prevista para el próximo fin de semana.
Este servicio, con presencia in situ y previa a los partidos, ha servido para resolver al menos media decena de paradas cardiorrespiratorias en los últimos años. “Cuando hay tanta concentración de personas, estar en el sitio con los recursos preparados para atender tiene un interés público: no es lo mismo estar al lado de una parada cardiorrespiratoria que tener que entrar desde fuera”, razona José Ortega, representante de Comisiones Obreras en el comité empresa.
El 22 de septiembre de 2022, un espectador del Cádiz-FC Barcelona sufrió un infarto en el Nuevo Mirandilla. Sólo la intervención de urgencia de un médico del 061 llegado a toda prisa desde la calle le salvó la vida. Entre tanto, fue atendido por otros espectadores que le realizaron maniobras de reanimación, a pesar de no contar con la experiencia ni el material necesario. Se vivieron momentos de angustia, escenas de descontrol y su vida llegó a estar en peligro.
Sergio Salgado, el médico que le atendió, contó la experiencia en hilo en X (antes Twitter) que se convirtió en viral, dejando un recado: “El Cádiz CF debe tener un dispositivo sanitario autosuficiente y que no dependa de que recursos externos vengan a sacarle las castañas del fuego. Solo con los recursos presentes en el estadio, ese paciente nunca hubiera salido adelante”.
“Nosotros tenemos planificada la cobertura de todo el aforo del estadio repartiendo entre 10 y 20 desfibriladores y personal entrenado”, cuenta Ortega, que recuerda varios casos en los que este año se ha interrumpido un partido para que los servicios médicos del club suban corriendo a la grada a atender a un aficionado, con el riesgo de que la demora en el tiempo de atención tenga un resultado fatal. “Eso en el estadio del Betis, Sevilla o en La Cartuja no ocurría”, subraya Ortega.
Cobro de precio público previsto en la norma
El servicio se ha prestado en los grandes eventos deportivos en Sevilla desde poco después de la creación del 061 (luego EPES), en 1992, pero se intensificó a partir del fallecimiento por una parada cardiorrespiratoria del sevillista Antonio Puerta en agosto de 2007. Desde entonces, los servicios públicos de emergencia cubren la temporada completa del Betis y el Sevilla cuando juegan de locales en el Benito Villamarín (con capacidad para 60.721 personas) o el Sánchez Pizjuán (43.883). Habitualmente se despliegan de 20 a 30 profesionales entre médicos, enfermeros y técnicos de emergencias, aunque la cifra puede aumentar en partidos internacionales o de alto riesgo.
Hasta ahora, la antigua Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES) facturaba el servicio igual que otras prestaciones a entidades privadas, y sus técnicos cobraban una retribución como hora extra solo en el caso de que ya estuviesen excedidos de su jornada laboral. “Como cualquier otro servicio público fuera de horario”, resalta Ortega.
Ahora, la culminación del proceso de integración de EPES en el SAS, ya como 061, impediría que se siguiesen prestando los servicios, según esgrime la Consejería de Salud. Hace apenas una semana la gerencia del 061 llamó a los sindicatos y les mostró un informe de sus servicios jurídicos que indicaría, según Salud, que este tipo de servicios no puede ser prestado por parte de la administración. CCOO interpreta que ese documento ampara ambas opciones. El informe es preceptivo (debe emitirse) pero no vinculante (el órgano de decisión no está obligado a seguir su criterio).
La Consejería explica que la exclusión afecta, “en principio”, a todas las actividades privadas, y que las deportivas tienen normativa propia que obliga a contar con medios sanitarios. “Se han estado estudiando alternativas jurídicas para poder seguir prestando el servicio, pero ante la imposibilidad legal de hacerlo y antes del comienzo de la nueva temporada 2024-2025 se ha decidido su suspensión”.
La decisión, adelantada por ABC, coincide con el relevo de Catalina García por Rocío Hernández al frente de la Consejería de Salud, y llega a las puertas de una nueva temporada para los dos clubes sevillanos de Primera División, que no han respondido a los intentos de este medio por recabar su postura. La Consejería asegura que el 061 no ha llegado a renovar los convenios que se firmaron en 2021 con los dos clubes, precisamente porque el informe jurídico lo desaconseja. Les avisó el pasado 8 de agosto, a siete días del debut del Betis en el Villamarín (jueves 15, 21:30).
Llega también apenas dos meses después de que se publicara la nueva Orden que fija los precios públicos por los servicios sanitarios que presta el SAS a terceros. Allí se sigue recogiendo el Servicio de Dispositivo de Riesgo Previsible como uno de los que puede realizar el 061. Se trata de “situaciones de riesgo controlado limitadas en el tiempo y en el espacio, que pueden poner en peligro la salud de las personas con motivo de la realización de eventos públicos con concentraciones multitudinarias como conciertos, acontecimientos deportivos, actividades de esparcimiento, visitas de personalidades, etc.”.
Del Icónica a la Romería de la Virgen de la Cabeza
En los últimos años, los partidos de la Selección Española, los cuatro de la Eurocopa de 2021 o las finales de la Copa del Rey han contado con este dispositivo, que supone que los especialistas están ahí por si pasa algo: un infarto, una avalancha, cualquier incidente. También, el Plan Romero (con cobertura en las cuatro provincias limítrofes de Huelva), los Juegos del Mediterráneo que se celebraron en Almería o la Romería de la Virgen de la Cabeza en Andújar (Jaén). Este verano, el servicio ha cubierto también el Icónica Fest (en la Plaza de España de Sevilla) y fines de semana con un aforo acumulado (entre eventos musicales, festivos o deportivos) de más de 250.000 personas.
“No creo que ninguna empresa privada pueda cubrir esto con garantías. Es un esfuerzo en el que hemos demostrado nuestra capacidad. Tenemos recursos humanos y materiales para estos eventos y es mejor tenerlo planificado previamente para cubrir cualquier situación”, concluye Ortega.