Conforme se entra a las antiguas naves de Renfe de San Jerónimo por el lado más cercano al barrio, lo primero que uno se encuentra es una higuera. Está completamente pelada, sin ninguna hoja, pero ahí está aguantando de pie y el mero hecho de que haya podido crecer hasta alcanzar tan respetable porte en el interior del edificio ya da una idea del abandono que éste ha sufrido durante décadas. Pero ahora va a pasar de ruina a convertirse en uno de los inmuebles más singulares y vanguardistas de Sevilla, gracias sobre todo a un interior que se va a construir como si fuera un Lego gigante, encajando piezas de madera.
Lo del Lego lo ponen como ejemplo las propias autoridades para explicar cómo se va a construir el interior, una especie de cubo que tendrá por delante una pequeña zona ajardinada interior con nuestra higuera como protagonista. Con esta estructura de madera reciclable, su producción de energía fotovoltaica, su iluminación LED y su instalación geotérmica para climatización, el edificio será completamente sostenible y autosuficiente desde un punto de vista energético. Esto ya le ha valido, sin saltar de los planos a la realidad, el Premio Nacional Enerinvest en la categoría de proyectos de energía sostenible en el sector público.
Primer centro de innovación
Aquí se ubicará el que será el primer centro de innovación tecnológica municipal, más concretamente en la nave oeste (la más cercana al río), ya que su gemela se acondicionará pero luego se cerrará hasta que haya presupuesto para embarcarse en nuevas obras. Con una superficie de 1.222 metros cuadrados, se aprovecha que por dentro está completamente diáfana para ubicar una estructura interna con suelo y módulos encajados, dejándose un espacio transitable entre esta estructura de madera y los contundentes muros exteriores.
Las piezas del Lego son paneles CLT, de madera encolada y comprimida, cada uno de ellos con las fibras en una dirección distinta, de ahí que el encaje de estas planchas dé como resultado un elemento estructural, robusto. Al final viene a ser un sistema modular y por lo tanto ampliable, el primer edificio de oficinas con estructura de madera de Andalucía (sí hay algunos inmuebles de viviendas) que reconecta a Sevilla con un material que no se usaba con este volumen desde algún que otro pabellón de la Expo 92.
Terraza abierta al público
La estructura resultante tendrá una planta baja más dos de altura, a lo que se suma una terraza en la cubierta de acceso público. El interior, por cierto, se beneficiará de una instalación geotérmica que, gracias a unas conexiones que se hunden a 20 metros de profundidad, permite usar la energía del propio terreno para climatizar el edificio.
“Esto va a tener muchos novios, o novias”, resumía el alcalde hispalense, Juan Espadas (PSOE). Dentro habrá una zona de coworking con más de 300 metros cuadrados y espacios independientes para 16 empresas, además de salas de exposiciones y zonas comunes para formación y divulgación. Si a eso le unimos que estará conectado con el vecino edificio CREA, que será fácil aparcar y que está ubicado en un “punto estratégico” entre el PCT de Cartuja, el río y San Jerónimo, se explica la confianza del regidor en que al proyecto no le faltarán pretendientes deseando instalarse.
Ahora, tras tantos años de abandono, la idea es que ponga su granito de arena en revitalizar San Jerónimo, por un lado atrayendo a gente de otras zonas de la ciudad y, por otro, convirtiéndose en un espacio abierto sobre todo a los más jóvenes del barrio. Para eso habrá que esperar al primer trimestre de 2022, cuando se confía en poder abrir tras una inversión global de 4,5 millones de euros en buena medida de fondos europeos, y que en parte se han utilizado para descontaminar los suelos de estos antiguos talleres de Renfe.