El pasado domingo de Pascua, en la localidad de Coripe, se llevó a cabo la tradicional Quema de Judas en la Plaza principal del pueblo. Fue en este acto donde tuvo lugar el linchamiento de una muñeca, hecha de tela y de paja, que representaba a una mujer negra, con peluca rizada, que representaba a Ana Julia, la asesina confesa del niño Gabriel en Almería. La acción tuvo lugar “en un acto popular y delante de menores, donde se profirieron vejaciones racistas y violentas”, incluidos disparos.
Así describe lo hechos, grabados en vídeo y reproducidos en redes sociales y algún medio, Movimiento contra la Intolerancia, que los ha denunciado ante la Fiscalía de Delitos de Odio de Sevilla. No es la primera vez que se “lincha” a una persona de manera ficticia, ya que la quema del judas es una tradición de la localidad calificada de interés turístico. De hecho, el año pasado se quemó a Barbara Rey, y en otras ocasiones a Eva Sannum, Iñaqui Undargarín o el asesino de Marta del Castillo. La persona que se representa en la quema es elegida por el AMPA del colegio de Coripe.
Expresiones “vejatorias y humillantes”
“La citada muñeca representativa de Ana Julia fue llevada a la plaza escoltada por unos hombres vestidos de escopeteros que antes de colgarla le atizaron varios golpes para después ser tiroteada con munición de salva, hasta que empezó a arder quemándose en su totalidad”, explica el comunicado de la organización. Afirman que durante los hechos “ se escucharon expresiones vejatorias y humillantes que hacían referencia a su condición de mujer negra, jaleando el linchamiento y la violencia”. Consideran agravante que todo este suceso tuviera lugar en un “contexto popular” y con menores como testigos.
Por todo ello, Movimiento contra la Intolerancia ha solicitado a la Fiscalía “la apertura de diligencias de investigación que clarifiquen responsabilidades ante estos hechos” apelando a un posible delito contra las libertades y derechos fundamentales del artículo 510 del Código Penal. La ONG considera que estos hechos “son contrarios a los más elementales principios del derecho reparador y que obvian el necesario interés del menor que ha de ser protegido en todo momento” ya que “públicamente se fomenta el odio y la violencia hacia la muñeca representativa de la confesa criminal del niño Gabriel y donde podrían desarrollarse estereotipos y prejuicios de naturaleza racista, misógina y xenófoba”.