Al margen de para provocar el primer roce serio entre Estado y Junta de Andalucía a cuenta de la ampliación del metro de Sevilla, el borrador de convenio que la administración andaluza ha presentado ha servido para desvelar que la previsión es que las obras del tramo norte de la línea 3 (la que será segunda en servicio del metropolitano sevillano) durarán al menos siete años. Así al menos lo recoge el documento, en el que se detalla además que los trabajos se iniciarán en tres subtramos del trayecto, arrancando en los tres restantes años y medio después.
La propuesta hecha por la Consejería de Fomento está siendo ahora analizada por el Ministerio de Transportes, aunque de partida ya se saben dos cosas: que por ahora se abandona la fórmula de financiación público-privada y que (tras un arranque poco menos que idílico) ya tenemos servido el primer choque entre ambas administraciones a la hora de poner el dinero. Las dos insisten en que pondrán el 50% del coste del proyecto (1.000 millones de euros, a los que hay que sumar los 45 millones que valen los trenes, que pagará la Junta), pero ahora difieren en de dónde tiene que salir ese dinero, ya que el Ejecutivo andaluz pretende cargar el grueso a los fondos europeos Feder.
Con la perspectiva de unas inminentes elecciones en Andalucía está por ver hasta dónde llegará la fricción, aunque el Gobierno andaluz insiste en que si el convenio entre las partes se firma de manera fulminante las obras podrían empezar esta misma primavera. Los trabajos empezarían por el ramal técnico, 1,35 kilómetros que permitirán llevar los trenes desde las cocheras a la primera estación, la de Pino Montano.
Pago en siete anualidades
Con todos estos ingredientes, ¿para cuándo podría estar terminado este tramo norte de la línea 3, que discurre entre Pino Montano y el Prado de San Sebastián? Pues es una perogrullada, pero depende de cuándo se inicien. En su propuesta de calendario, la Consejería de Fomento hace referencia al año 1 de obras, no fija el inicio en una fecha concreta. En ese primer ejercicio la inversión sería poco menos que testimonial (dos millones), repartiéndose el grueso durante las siguientes seis anualidades: 101,67; 251,81; 322,8 (la cantidad más importante sería el cuarto año); 251,5; 88,38 y 27,21 millones de euros el séptimo y último. De hecho, se prevé una octava anualidad, aunque sin aportación económica.
Así que tenemos que en principio las obras durarán unos siete años, lo que de partida supone algo más de tiempo de lo que se invirtió en la única línea en servicio en Sevilla, la 1, cuyos trabajos arrancaron en 2003 y concluyeron en 2009. Las previsiones iniciales se duplicaron, ya que el objetivo era haber inaugurado el metro en 2006 y al final no pudo ser hasta abril de 2009, aunque una de las paradas principales (la de la Puerta de Jerez) no se abrió hasta septiembre de ese mismo año.
El tramo norte de la línea 3 tiene una longitud de 8,9 kilómetros (la mitad que la 1) y atenderá a una población de 120.000 habitantes de las zonas de Pino Montano, Macarena, Ronda Histórica y Centro. Constará de 12 paradas y se prevén 13,3 millones de viajes al año. Y aunque las obras empezarán por el ramal técnico, en su propuesta la Consejería de Fomento ya apunta cómo sería el cronograma.
Las zonas en las que empezarán las obras
La idea es el comienzo solapado en tres de los seis subtramos en los que se ha dividido el recorrido, empezando por el I, el III y el V. El I transcurre entre las barriadas de Pino Montano y Los Mares, mientras que el III va de María Auxiliadora (donde conectará con la futura línea 2) a los Jardines de Murillo y obligará a cortar uno de los ejes principales de la ronda histórica, el que transcurre por Recaredo y Menéndez Pelayo. El tramo III va de San Lázaro a la muralla de la Macarena, y será el punto de mayor profundidad para poder sortear el parking del hospital Virgen Macarena y para conectar con la futura línea 4.
La Junta propone que los trabajos en los restantes tres subtramos arranquen un año y medio después de iniciarse el proyecto. El II va de Los Mares a San Lázaro, donde se ubicará una estación que obligará a reformular el tráfico en un punto ya de por sí problemático. El IV va de la muralla de la Macarena hasta María Auxiliadora, una de las arterias principales de Sevilla, y el VI enlaza los Jardines de Murillo con el Prado de San Sebastián donde, además de una parada de conexión con la línea 1, arrancará en su momento el tramo sur, que llevará hasta los hospitales Virgen del Rocío y Virgen de Valme, ya en Bellavista, la barriada más al sur de la ciudad.