“Una muy buena reunión”. Así definió la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez (PSOE), el encuentro mantenido este jueves en Madrid con la Consejería de Fomento y el Ayuntamiento de Sevilla para abordar el proyecto del tramo norte de la línea 3 del metro hispalense, la segunda que se ejecutará y que lleva dormido en un cajón desde que se puso en marcha el metropolitano sevillano en 2009. A la hora de la verdad no hubo grandes titulares, porque no se habló ni de cuánto va a poner el Gobierno central ni de plazos, aunque la ministra volvió a garantizar el apoyo económico estatal.
Que en tiempos en los que lo más mínimo es leña para la hoguera de la confrontación, no deja de ser un buen punto de partida que Gobierno central (PSOE) y Junta de Andalucía (PP) consideren que “se abre un periodo de entendimiento”, en palabras de la consejera Marifrán Carazo (PP), que se mostraba “satisfecha por la voluntad de participación” estatal. De esta primera reunión cordial salió el compromiso de crear una mesa técnica que empezará a reunirse la semana que viene, y será entonces cuando de verdad empiece a hablarse de dinero porque ahí es donde tiene que acordarse la fórmula de financiación.
El tramo norte de la línea 3, entre Pino Montano y el Prado de San Sebastián, viene con una factura de 1.045 millones de euros bajo el brazo. La administración competente es la Junta de Andalucía, aunque el Estado suele arrimar el hombro ante el calibre de este tipo de inversiones. Por ahora, cada uno está haciendo sus deberes: el Gobierno andaluz ha actualizado el proyecto constructivo –se hizo uno en 2011 que no sirvió para nada y ya estaba desfasado– y el Ejecutivo central no se cansa de decir que pondrá financiación, algo que ya había pregonado varias veces la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y que ahora ha corroborado su compañera de gabinete Raquel Sánchez.
Propuesta de financiación y plan de negocio
¿Y por qué no dice ya el Estado cuánto va a poner? Pues básicamente porque le acaban de entregar el proyecto y porque le corresponde a la Junta detallar una propuesta de financiación y el plan de negocio para la explotación. Lo primero ya lo ha avanzado Carazo: el punto de partida tiene que ser el acuerdo de financiación que se selló para la línea 1, en el que el Gobierno central asumió el 47% del coste de la obra en sí, dejando de lado el material móvil. Si tenemos en cuenta que el cálculo de 1.045 millones de coste incluye 44 millones para comprar ocho trenes, hablamos de que la infraestructura se cifra en 1.001 millones de euros, lo que conllevaría una aportación estatal de unos 470 millones de euros.
En cuanto a lo segundo, el modelo de explotación, la Junta aboga por un sistema público-privado como el ahora vigente. Para ello la reivindicación ahora es que se cambie la conocida como Ley de Desindexación, aprobada en 2015 por el Gobierno de Mariano Rajoy (PP), que limita hasta un máximo del 4% la rentabilidad del inversor privado que se embarque en este proyecto. Aquí el Ejecutivo andaluz respalda la reclamación de la patronal de la construcción sevillana, Gaesco, que ya ha pedido que por lo menos se alcance una cifra de entre el 6 y el 7%.
“Agilidad” para poder licitar en primavera
Así que las cartas empiezan a ponerse encima de la mesa, pero no todas, que eso se hará en próximas reuniones. El Ministerio considera que el encuentro de este jueves “supone el comienzo de un trabajo de cooperación, coordinación e integración interadministrativa más profundo”, que debe traducirse en un convenio de colaboración que diga negro sobre blanco cuánto pone cada uno. Al hilo de esto, la consejera lo que ha reclamado es “agilidad”, y es que insiste en que si el acuerdo llega pronto las obras se podrían licitar en primavera y empezarlas este mismo 2022 por el ramal técnico. Este tramo va de las cocheras a la primera parada ubicada en Pino Montano.
El tramo norte de la línea 3 tiene 7,55 kilómetros (más 1,35 de este ramal técnico), 12 estaciones, atenderá a una población de 120.000 personas y se prevén 13,3 millones de viajes al año. Al margen del dinero que pongan Gobierno y Junta, ya se ha solicitado también financiación europea.
La cuestión ahora es si estos primeros pasos se consolidan para que la cordialidad inicial no sea flor de un día, especialmente si se tiene en cuenta que todo lo relacionado con el metro es una cuestión bastante inflamable en Sevilla y que estamos en año de elecciones autonómicas. Consciente de ello, el alcalde hispalense, Antonio Muñoz (PSOE), tildaba de “paso decisivo” el dado este jueves y, aprovechando que el viento sopla a favor, pedía no sólo el consabido protocolo, sino también que se licite cuanto antes y que se trabaje en paralelo en la actualización del tramo sur y en la línea 2, que tiene que ser la siguiente. En Sevilla, recordó, “llevamos demasiado tiempo aguardando la ampliación de la red de metro y ahora estamos ante una oportunidad única”.