La Policía Nacional ha desalojado a golpes y usando la fuerza al grupo de estudiantes propalestinos que se encerró este lunes en uno de los decanatos de la Universidad de Sevilla para redoblar la “presión” en su lucha por conseguir que el rector “rompa su silencio y escuche la voz del estudiantado que no está dispuesto a consentir la complicidad de la universidad con el genocidio”.
El momento de tensión se ha vivido al filo de la madrugada de este martes, cuando los agentes han irrumpido en el despacho donde se encontraban encerrados los estudiantes. Pese a la resistencia que mostraron los activistas, bloqueando la entrada con algunos muebles, la Policía logró expulsarlos finalmente del decanato de la Facultad de Filología –situada en la sede del Rectorado de la Hispalense–, agarrándolos por la fuerza y causándoles heridas durante el desalojo, según se puede apreciar en los vídeos que ha difundido el alumnado en redes sociales.
“El rector prefiere que los estudiantes sangren y los agredan antes que romper relaciones con Israel”, lamentan los universitarios, quienes advirtieron de que algunos compañeros habían resultado heridos como consecuencia de la acción policial, acometida previa solicitud del rector. Profesores y alumnos de la plataforma de solidaridad con Palestina de la Universidad de Sevilla (PalestinUS) se han concentrado al mediodía de este martes ante el Rectorado para pedir la dimisión del rector, al que consideran responsable de la “represión policial” que denuncian haber padecido aun manteniendo una protesta estudiantil “no violenta”.
Peticiones de dimisión
Las imágenes difundidas por el estudiantado han provocado una oleada de reacciones por parte de ciudadanos y políticos, que han reprobado la acción policial y transmitido su solidaridad a los alumnos, a quien la líder de Adelante Andalucía Teresa Rodríguez se ha dirigido con estas palabras: “Sois un orgullo”. El portavoz de su partido, José Ignacio García, se ha sumado a la petición de dimisión del rector, así como la del subdelegado del Gobierno de Sevilla, Francisco Toscano, por mandar a la policía a desalojar a estudiantes de la institución pública, algo que no se veía desde “tiempos del franquismo y que no hubiera pasado hace dos días durante la campaña electoral [de las europeas celebradas este pasado domingo]”, según ha reprochado García.
También la parlamentaria del grupo Por Andalucía y responsable de Educación de Podemos, Alejandra Durán, ha exigido este martes la dimisión del rector, además de “explicaciones” al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por el desalojo “a golpes” de los estudiantes que se habían encerrado en el decanato de Filología para reclamar el cese de la ofensiva del ejército de Israel en la franja de Gaza. “No se puede permitir que la respuesta a la movilización pacífica de nuestros jóvenes sea el apaleamiento violento”, ha expresado Durán, quien ha condenado las imágenes por considerarlas “vergonzosas”.
El delegado del Gobierno de España en Andalucía, Pedro Fernández, ha defendido la “correcta actuación” de la Policía Nacional, apuntando a que “se ha desarrollado sin heridos por la acción policial ni detenidos, solo identificados”. Fernández ha explicado que la actuación se produjo después de que el rector, Miguel Ángel Castro, solicitara expresamente y por escrito el desalojo de los estudiantes, tanto de los que se encontraban dentro del edificio como los que permanecían en la acampada instalada en los jardines del Rectorado hace casi un mes, ya que “estaban interfiriendo en el normal desarrollo de las actividades propias de la universidad”.
Acampada desmantelada
Por su parte, el rector de Hispalense, Miguel Ángel Castro Arroyo, ha agradecido “la actuación de nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado” y ha reconocido que el desalojo del edificio y posterior desmantelamiento de la acampada parten de una petición suya, debido a que los activistas “han ido incrementando su hostilidad y agresividad en las últimas fechas, creciendo la indignación de nuestra comunidad y aumentando las dificultades para el desarrollo de las actividades académicas en este momento del curso académico de singular importancia y trascendencia para nuestro estudiantado”, como ha manifestado en un comunicado.
Después de desalojar el decanato de Filología ocupado la tarde del lunes, la Policía comenzó a desmantelar la acampada instalada desde hace casi un mes en los jardines exteriores del Rectorado, a modo de protesta contra los ataques de Israel en la franja de Gaza. Entretanto, los estudiantes contemplaban cómo un camión de mudanza se llevaba las tiendas y sus pertenencias, según relatan ellos mismos a este periódico.
Medidas “insuficientes”
Siguiendo los pasos de sus compañeros en la Pablo de Olavide, los universitarios de la US decidieron “dar un paso más” en sus reivindicaciones al considerar “absolutamente insuficientes” las medidas adoptadas por la institución académica en relación a las acciones militares de Israel en la franja de Gaza, donde han muerto ya miles de civiles.
En concreto, el claustro de la US, en virtud de lo aprobado por la Conferencia de Rectores de España (CRUE), decidió suspender temporalmente las actividades del convenio de intercambio académico, científico y cultural con la Universidad Ben-Gurion de Negev, así como las actividades de movilidad con la Technion-Israel Institute of Technology y las correspondientes a los tres proyectos de investigación actualmente vigentes de programas europeos con las universidades israelís incluidas, hasta que las mismas no muestren “un firme compromiso con la paz y el cumplimiento del derecho internacional humanitario”.
A ojos de los estudiantes, esa condición “carece de criterios claros y no garantiza una interrupción duradera de los vínculos académicos”, de ahí que exigieran “el cese definitivo de cualquier vínculo institucional de la US con universidades israelíes y empresas privadas que financien la violencia contra la población palestina”, en referencia a las “relaciones de la US con empresas y entidades financieras patrocinadoras del genocidio como el banco Santander”, en palabras de los alumnos.
Para ello, decidieron protagonizar un encierro “pacífico” e “indefinido” –hasta conseguir “un avance tangible en la lucha por nuestros objetivos”–, que finalmente apenas ha durado unas horas y se ha saldado con alumnos heridos. La ocupación y encierro en el decanato se produjo después de que los manifestantes intentaran inicialmente acceder al interior del Rectorado alrededor de las 15:00h.
Con ese traslado de la protesta al interior del edificio pretendían “ejercer una mayor presión social sobre el equipo rectoral”, al que acusan de “no dialogar” con ellos y “responder con silencio” a sus invitaciones de reunión, según informan fuentes de comunicación de PalestinUS. Una tentativa que resultó fallida debido a que el personal de seguridad del edificio limitó el acceso exclusivamente a aquellos estudiantes que tuvieran una convocatoria de examen. Así, antes de reubicarse en el decanato de Filología, los universitarios intentaron acceder al edificio rectoral de numerosas maneras, siendo una de ellas a través de la cafetería.
Respuesta del rector
En un comunicado remitido “a la comunidad universitaria” a primera hora de este martes, el rector de la Hispalense justifica las medidas adoptadas para el desalojo apelando a que “en las últimas semanas, nuestra Universidad ha sufrido en el entorno del Edificio Central, donde se hallan el Rectorado y nuestro Campus de Humanidades, la ocupación de nuestros espacios por parte de un conjunto de personas que han ido progresivamente deteriorándolos y han limitado el libre movimiento y desarrollo de las actividades de esta institución pública de Educación Superior”.
Según el rector, “se han intentado vías de negociación y de comunicación con los ocupantes” por parte de la Universidad, pero “todos los intentos de reconducir su inaceptable actitud han sido infructuosos”. Extremo que niegan los estudiantes, quienes aseguran haber “invitado” a Miguel Ángel Castro Arroyo a reunirse con ellos en tres ocasiones por correo electrónico, sin haber obtenido respuesta.
En cualquier caso, el rector defiende su decisión de solicitar a la Delegación del Gobierno de España “que se proceda a la identificación y al desalojo de estas personas, que han invadido espacios reservados donde desarrollan su actividad servidores públicos y cargos académicos de esta Universidad”, así como “el desalojo para el posterior desmantelamiento de la acampada establecida en el jardín ubicado en la lonja de este edificio, el cual tiene la catalogación de bien de interés cultural especialmente protegido”.
El máximo responsable de la Hispalense concluye su escrito recordando que “en nuestra Universidad, nadie es más que nadie” y que “nunca permitiremos que individuos aislados marquen nuestro rumbo”.