El PP presenta un presupuesto en Sevilla “sin líneas rojas” ni “ideología” para cazar los votos necesarios a derecha o izquierda
El mismo escenario, pero con distintos protagonistas. Como ocurre desde 2015, el primer año del socialista Juan Espadas como alcalde, el gobierno local hispalense ha presentado unas cuentas municipales para 2024 que en la práctica es una gran declaración de intenciones porque a día de hoy el actual regidor, José Luis Sanz (PP), no tiene los votos necesarios para la aprobación del que será su primer presupuesto. Por ello, ha colocado sobre la mesa un documento (con una cifra de casi 1.031 millones de euros en la que no estarían incluidas los organismos y empresas municipales) que ha presentado como “el gran pacto por Sevilla” que aspira a rubricar con los partidos de la oposición (PSOE, Vox y Podemos-IU), a los que ha pedido “altura de miras”. Ahora llega el momento de convertir las palabras en votos en el salón de plenos, y para ello –más allá del ineludible llamamiento al diálogo– los mimbres son que “no hay líneas rojas” y que son cuentas que se presentan como descargadas de ideología, lo que en teoría entiende el PP que debería ayudar a su aprobación.
De partida, las prioridades anunciadas son los barrios desfavorecidos, la limpieza y la seguridad, cuestiones en las que Sanz considera que no debe haber problemas para ponerse de acuerdo. “Todos los grupos hemos hecho el mismo diagnóstico y coincidimos en el tratamiento”, sostiene Sanz, que ha anunciado su “predisposición a ceder en muchas cosas y acoger propuestas”, algo indispensable para conseguir los al menos dos votos que necesita (tiene 14 concejales y la mayoría absoluta está en 16) para sacar adelante el presupuesto. El camino más corto sería ganarse a los tres ediles de Vox, pero a día de hoy las relaciones no son precisamente las mejores como quedó demostrado con las ordenanzas fiscales, que al final salieron adelante gracias a los votos del PSOE.
“Nos vamos a dejar la piel”, “la única línea roja es el interés de Sevilla” y “hay que huir de la confrontación y la polarización” son algunos de los mensajes que ha ido dejando el alcalde hispalense para abonar el camino, llegando al punto de definir como “un error histórico que sería imperdonable” que los partidos no se pongan de acuerdo para aprobar las cuentas. ¿Y por qué la solemnidad de esta afirmación? Pues porque Sanz considera que en 2024 van a coincidir muchas inversiones de otras administraciones, de ahí que lo vea como una “oportunidad histórica” para dar el salto y superar el déficit que la ciudad arrastra desde 1992.
Así que este lunes todo han sido mensajes dirigidos a la oposición, con cuyos portavoces se ha reunido y a los que ha pedido “lealtad institucional y voluntad de acuerdo por el bien de Sevilla”. Las cuentas de 2024, ha insistido, “no pueden ser un campo de batalla para la confrontación entre los partidos políticos”, en un intento de pasar la pelota al tejado de PSOE, Vox y Podemos-IU para descargar en ellos la responsabilidad de que tienen que “estar a la altura” para que haya presupuesto el año que viene. Si este barco no llega a buen puerto, ha venido a decir Sanz, no pierde el PP sino la ciudad, de ahí que haya repetido que “este no es el presupuesto del PP sino un gran pacto por Sevilla” y además unas cuentas “sin líneas ideológicas”.
Empieza la negociación
Las respuestas de la oposición han sido de cortesía, como corresponde a un documento todavía embrionario que no han podido ni consultar. “Ahora tenemos que estudiar el detalle”, ha apuntado la portavoz de Vox, Cristina Peláez, mientras que Susana Hornillo, de Podemos-IU, ha avanzando que para contar con ellos hay que acabar con las desigualdades en los barrios, invertir en infraestructuras verdes y cambiar el modelo productivo, alejándose del monocultivo turístico. Por su parte, Antonio Muñoz ha puesto a disposición la “experiencia de gobierno y conocimiento de la ciudad” por parte del PSOE, para a renglón seguido augurar que el acuerdo no va a ser sencillo porque el PP está dando desde el gobierno local unos pasos alejados de la “concepción de la Sevilla moderna, contemporánea, verde y de apoyo a la cultura que tenemos en la cabeza”.
Así las cosas, es inevitable que el PP tenga que hacer concesiones importantes para sacar adelante sus cuentas, y así lo asume el propio alcalde, que lo que querría es poder apoyarse en los tres partidos de la oposición para escenificar una especie de frente común. El PSOE ya le ha dicho que una cosa es consensuar las ordenanzas fiscales y otra muy distinta el presupuesto, por la visión tan confrontada que tienen de modelo de ciudad, Vox está de uñas porque no encuentra en el PP el cariño que esperaba (incluida su inclusión en el gobierno local) y las diferencias con Podemos-IU son siderales. Sanz, por lo tanto, sabe que va a tener que dejarse muchos jirones en esta negociación.
Cubrir todas las vacantes laborales
En cuanto al presupuesto en sí, los casi 1.031 millones anunciados supondrían un incremento del 8,6%, a expensas de saber cómo quedan definitivamente las cuentas cuando se incluyan organismos y empresas municipales. El documento presentado no incluye las cifras globales, sino que se avanzan pinceladas como la cobertura presupuestaria de todas las plazas vacantes en el Ayuntamiento de Sevilla, lo que incluye la previsión de 150 nuevos policías locales y 200 trabajadores de Lipasam, la empresa municipal de limpieza. José Luis Sanz también ha anunciado incrementos para cuestiones como los barrios más desfavorecidos, la mejora de los colegios, la instalación de cámaras de videovigilancia, 17 nuevos autobuses para Tussam (la empresa municipal de transportes) o 30 millones –un aumento del 24,3%– para limpieza y arbolado.
Se reserva también un millón de euros para reforzar la ciberseguridad, después del ataque informático sufrido recientemente, y se anuncia la puesta en marcha de al menos tres microparkings, además de iniciar la elaboración de los proyectos para la construcción de dos pasos subterráneos en la entrada de Sevilla Este y en la rotonda de San Lázaro, dos de los principales puntos negros en el tráfico de la ciudad. Todo ello, sostenido gracias a la previsión de incrementar los ingresos tributarios en 20 millones de euros (un 5,09% más), lo que contrasta con que se anuncia una reducción del 1% de la presión fiscal. ¿Cómo se compadece esta aparente contradicción? Pues básicamente gracias a la nueva tasa que se introduce por el aprovechamiento especial del dominio público por empresas o entidades prestadoras de servicios de telefonía móvil.
Estas son algunas de las cifras, aunque ahora faltan las cuentas más importantes, que son las de los votos en el salón de plenos. Está en juego no sólo el primer presupuesto de José Luis Sanz como alcalde, sino el camino que toma su gobierno local a partir de ahora: ¿izquierda o derecha, PSOE o Vox? En función de en quién se apoye, y de las concesiones que se hagan, se despejarán muchas interrogantes y se resolverá la incógnita de la senda política que va a seguir este gobierno local del PP.
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