El PP reactiva el presupuesto de Sevilla con contradicción: promete diálogo pero tumba todas las propuestas presentadas
El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz (PP), activó el pasado jueves una cuenta atrás: resucitaba el proyecto de presupuesto local para 2024 muerto y enterrado en febrero, fijaba su pleno de aprobación para los primeros días de junio y, en el más que previsible caso de que no prospere, se someterá a una cuestión de confianza vinculada a las cuentas municipales. El primer paso en esta senda se ha dado este martes, con una comisión extraordinaria de Hacienda en la que se han tumbado las 19 propuestas que presentó en enero Podemos-IU, las únicas enmiendas registradas, lo que no ha impedido a los populares pregonar a renglón seguido que quieren dialogar y que están dispuestos a incorporar aportaciones del resto de partidos.
En realidad, todo se desarrolla ahora por los cauces de una cierta teatralidad. Los tres grupos de la oposición (PSOE, Vox y Podemos-IU) han anunciado que por ahora no se mueven de su postura ya conocida, que se traduce en el rechazo al presupuesto, con lo que al PP le faltan dos votos para sacarlo adelante. Consciente de ello, el PP lo que tiene ahora son prisas por superar cuanto antes los obligados trámites que le lleven a la cuestión de confianza, que sobre el papel también perderá, pero que le dará a la oposición un mes para una moción de censura que tampoco prosperará porque Vox no va a hacer alcalde al socialista Antonio Muñoz.
Todo este recorrido llevará a que Sanz se tendrá que tragar el sapo de la reprobación del pleno municipal, pero a renglón seguido seguirá como alcalde y se aprobará de manera automática su presupuesto, una vía de escape que ofrece la Ley de Régimen Electoral General (Loreg). Pese a que el camino parece trazado, la oposición no está muy dispuesta a ponerle una alfombra roja al alcalde, que ha optado por esta vía para zafarse de la presión de Vox para entrar en el gobierno local. Éste sigue siendo el gran requisito que le pone al regidor para darle luz verde a sus cuentas la formación ultraconservadora, que este miércoles valorará los últimos pasos de Sanz.
Al PP le entran las prisas
Con esa sensación de que todo el pescado está vendido, el PP no ha tenido mayor empacho en tirar por tierra las 19 propuestas presentadas en su momento por Podemos-IU, pese a que Sanz aseguró que “no tendría problema en aceptar enmiendas razonables” de esta coalición y a que su portavoz y a la vez delegado de Hacienda, Juan Bueno, señalase que había “algunas” enmiendas asumibles. Pese a ello, Bueno se ha desmarcado con que “la voluntad del gobierno es incorporar al presupuesto las aportaciones de los grupos de la oposición, nuestra voluntad ha sido desde el principio apostar por el diálogo y buscar consensos”.
Entonces, ¿por qué no se han aceptado ahora sin más? Pues porque el PP entiende que en este momento suponen “una paralización y retraso en la tramitación del presupuesto”, un rechazo por cierto también avalado por Vox en una comisión de Hacienda en la que el PSOE se abstenía. Eso demuestra por un lado las prisas de los populares con este proceso, y por otro que en realidad sabían que en última instancia no iban a contar con los dos dos votos de Podemos-IU por mucho que se las aprobasen.
De la celeridad que quiere imprimirle el PP a la negociación dan cuenta los propios plazos que se ha autoimpuesto, empezando con que el pleno de presupuestos se quiere celebrar el 4 o 5 de junio. Pese a ello, los contactos con la oposición no se iniciarán todavía, y es que se da la circunstancia de que están de viaje oficial en China tanto José Luis Sanz como Juan Bueno, lo que por ejemplo ha obligado a que la comisión de este martes la haya presidido el responsable de Urbanismo.
Así las cosas, todo queda emplazado a la semana que viene, en la que el calendario se achica todavía más porque un día habrá pleno y otro se entregan las medallas de la ciudad por la festividad del patrón, San Fernando. ¿Conclusión? Los contactos serán mínimos porque literalmente no hay fechas.
Las propuestas de Podemos-IU
Pese a ello, el gobierno sigue representando su papel, hasta el punto de asegurar que, como prueba de su “actitud dialogante”, se compromete a considerar las enmiendas de Podemos-IU... una vez aprobado el presupuesto. Es decir, el PP le está pidiendo a la oposición que le saque adelante las cuentas a cambio del compromiso de incluir posteriormente sus propuestas mediante modificaciones presupuestarias.
Entre sus enmiendas, la coalición de izquierdas incluyó propuestas vecinales como la del colectivo Pulmón Vecinal para la creación de una gran zona verde entre las calles Divina Pastora y Arrrayán, el convenio con la Asociación de Transexuales de Andalucía (ATA) para la atención integral a personas trans y sus familias o la rehabilitación del mercado de San Jerónimo y las piscinas de San Pablo. También se reclamaba un servicio 24 horas de atención a mujeres víctimas de violencias machistas, hacer más carriles bici o impulsar iniciativas en materia de memoria histórica.
Eso sobre el papel, porque a la hora de la verdad trazó tres líneas rojas irrenunciables: que el Ayuntamiento hispalense rompa relaciones con Endesa por los cortes de luz en barrios obreros, pleitear contra la reapertura de la mina de Aznalcóllar (cuyos vertidos irán al Guadalquivir a la altura del estadio de la Cartuja) y aplicar la Ley de Vivienda estatal para rebajar el precio del alquiler. El PSOE, por su parte, remitió al alcalde el mismo documento de propuestas que ya le hizo llegar en enero, mientras que Vox fijará este miércoles su postura sobre la reactivación de un presupuesto que, en principio, está condenado a descarrilar para que así se alce el telón de la cuestión de confianza.
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