“Ya está bien de privatizarlo todo”: vecinos y turistas se oponen al cierre de la Plaza de España
La pretensión del alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, de cobrar la entrada a la Plaza de España a los visitantes de fuera de la provincia ha desencadenado una oleada de críticas, no solo entre los turistas –que serán los principales afectados–, sino también entre los propios sevillanos: “Ya está bien de privatizarlo todo”.
Con expresiones como esta, diferentes ciudadanos han manifestado su rechazo ante una medida que supone tener que pagar por un lugar que no solo ha dejado huella en la historia del país, al ser diseñada por el arquitecto Aníbal González para la exposición iberoamericana de 1929, sino también en la del cine, por haber sido escenario de películas como Star Wars Episodio II: El ataque de los Clones (2002) o El Dictador (2012). Una plaza que “desde su creación, surgió con una finalidad abierta de atraer visitantes y servir de espejo de Sevilla y España al resto del mundo”, como recuerda Yajaira Gavino, estudiante de postgrado procedente de Perú, a SevillaelDiario.es.
Así pues, Yajaira considera que este conjunto monumental “no debe de perder esa finalidad pública y universal con la que se originó” y que, de hacerlo, “se acabaría con su magia”. En esta misma línea, Luis Martín Guzmán, natural de México, se pregunta extrañado “por qué ahora es una necesidad cobrar por la entrada para su mantenimiento y años atrás no lo ha sido”. Sobre todo, partiendo de la idea de que “es algo que lejos de incentivar el turismo puede perjudicarlo y reducir el número de visitantes”. Asimismo, este mexicano matiza que entendería esta medida “si se hiciera en fechas puntuales en las que el aforo de la plaza se multiplique y sea preciso la contratación de un servicio de vigilancia especial, pero no durante todo el año”.
Este sentir lo comparten más de 18.000 personas que han firmado una petición en Change.org para frenar la propuesta de “privatización” del conjunto monumental de la Plaza de España.
Tendencia que va a más
A este respecto, Mario Martín, un universitario procedente de Huelva, plantea que esta propuesta de recaudación encierra un arma de doble filo: qué se considera por turista. “Somos muchos los estudiantes que como yo vivimos en Sevilla durante gran parte del año, trabajando, pagando contratos de alquiler e invirtiendo dinero en la ciudad, pero no estamos empadronados en ella y, por tanto, tendríamos que pagar”, lamenta.
A esta queja se suman ciudadanos sevillanos como Karina Madela Landivar, quien recalca que la “privatización” de espacios públicos es una “tendencia que cada vez va a más”. Este proceso de convertir lo público en algo restringido, explican, también se ha dado con otros lugares emblemáticos de la ciudad, como las Setas de Sevilla situadas en la emblemática Plaza de la Encarnación. En este sentido, Christian. D añade que lo mismo ocurre con eventos como la Feria de Sevilla: “La privatizaron y si no puedes pagar las cuantiosas cuotas de socio solo puedes entrar en las de distrito o por enchufe”.
Por otro lado, turistas preguntados por SevillaelDiario.es mientras pasean por el parque de María Luisa han reconocido que pese a ser “defensores de la gratuidad de espacios públicos”, estarían dispuestos a pagar si es por cuestiones “justificables” de mantenimiento, ya que es “algo que hacen en otras muchas ciudades”. Así lo manifiestan Anny y Emilie, naturales de Nueva York, o Loles y Puyol, de Barcelona, donde se lleva a cabo una medida parecida a la planteada por el alcalde de Sevilla en el Park Güell.
Preocupación en el sector turístico
Observando el trasiego de visitantes y ciudadanos, se encuentra Jessica C.A, quiosquera en este emblemático lugar. Jessica no oculta cierta preocupación por el anuncio de esta posible medida: “Si se lleva a cabo, probablemente muchos de los que vivimos del turismo y desarrollamos toda nuestra actividad laboral en ella, perderíamos nuestro puesto de trabajo”.
De su lado, Juanjo Macías, guía turístico, supone que para su sector profesional el perjuicio variará en función de la tipología de entrada que se plantee: “Como guía supondría un perjuicio a muchos grupos que vienen aquí libremente porque ya hay que comprar las entradas con antelación, acogerse a unos horarios, si es de horario abierto a lo largo del día probablemente sea menos problemático”.
Objetivo: conmemoración del 29
Ante la inquietud que ha suscitado entre muchos habitantes de la ciudad, el alcalde de Sevilla ha recalcado que los vecinos no se verán afectados por esta medida, ya que “no solo podrán acceder gratis”, sino que lo harán por una cola diferenciada a la de los turistas: “El residente o todo aquel que tenga una cita con el subdelegado de Gobierno o el delegado de Gobierno o en alguna oficina de extranjería, pasará sin ningún problema”, ha aclarado.
De esta forma, en la mañana de este lunes, un día después de anunciar la propuesta, Sanz ha reafirmado la intención del Ayuntamiento de Sevilla de cobrar la entrada en la Plaza de España a los turistas para financiar su conservación. Ante la expectación de algunos y la incredulidad de otros, el regidor ha calificado esta idea como “una medida necesaria” para poder preservar el monumento de cara a la futura conmemoración de la Exposición Iberoamericana del 29, prevista para dentro de cinco años.
De este modo, Sanz ha enfatizado en que es “imposible mantener el monumento” con el IBI que pagan los habitantes de Sevilla que “se enfrenta a un problema de infrafinanciación” en materia de preservación del patrimonio: “Yo lo que planteo es un convenio que tendremos que firmar todas las administraciones interesadas o afectadas, por el que establezcamos una tasa de entrada que tendrán que pagar los turistas”.
El objetivo, según el alcalde, es “suplir las limitaciones presupuestarias” del Consistorio para así poder establecer un sistema de vigilancia 24 horas al día los 365 días del año, con ele que poder “evitar actos de vandalismo”, además de crear un taller de restauración municipal en colaboración con facultades como la de Bellas Artes perteneciente a la Universidad de Sevilla, según ha explicado.
Paralelamente, ha planteado que un lugar que podría ser “uno de los grandes museos” de la historia de América “no es lugar para albergar oficinas en las que se realicen trámites administrativos”.
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