Aunque los polvorones y mantecados no llegan a las mesas hasta navidades, en Estepa ya ha comenzado la temporada de producción de estos dulces navideños característicos del pueblo sevillano. Es una tradición, llevada a cabo principalmente por mujeres de la comarca de la Sierra Sur, que se realiza desde el siglo XVI y que, en el 2019 proporcionó una facturación de 90 millones de euros a las 18 empresas amparadas por el doble marchamo de calidad del Consejo Regulador de ‘Mantecados de Estepa’ y ‘Polvorones de Estepa’.
En este 2020, la temporada empieza más tarde de lo habitual, ya que algunas empresas empezaban la producción destinada a la exportación a principios de julio y con la pandemia no ha podido ser. Aun así, el sector prevé mantener las cifras del último año y alcanzar las 22.000 toneladas de mantecados y polvorones para generar una facturación de 70 millones de euros. José María Fernández, Secretario General del Consejo Regulador, declara que “para poder llevar a cabo la temporada con total normalidad, todas las empresas han elaborado planes de contingencia basados en extremar la higiene y en actualizar los horarios del personal.”
En un pueblo con una población de 12.000 habitantes, el sector de los polvorones genera 4.500 puestos de trabajo directos e indirectos entre los meses de septiembre y diciembre (empresas de transporte, artes gráficas, envases, cartón, talleres mecánicos, industria auxiliar al sector del mantecado y el polvorón). Es por estas cifras que la industria del polvorón es motor económico y de desarrollo de la comarca. Fernández asegura que “a raíz de los mantecados, se crearon otras empresas dedicadas a materiales necesarios para su fabricación, por lo que gran parte de los recursos utilizados durante la producción proceden también de Estepa”.
En los últimos años, las empresas de mantecados y polvorones han querido formar parte de los hábitos de consumo de las nuevas generaciones y, para ello, han innovado tanto en materias primas como en formatos, produciendo productos sin gluten, sin azúcares o sin lactosa.
Nazaret, de 31 años, lleva 13 trabajando en La Muralla, una de las 18 empresas que conforman el Consejo Regulador. Aunque ahora cuenta con un puesto fijo como responsable de sección, empezó “en cuanto pudo” haciendo mantecados y chocolates en las fábricas. Nazaret afirma que “aprendes de tus compañeras, son el apoyo y la base del buen ambiente del trabajo”. Esto es así porque las mujeres estepeñas suponen el 83% de la plantilla laboral de las 22 fábricas que hay hoy en día en la localidad.
“Ahora mismo, en mi empresa está todo muy modernizado y el producto no se toca con las manos”, cuenta Nazaret. Sin embargo, según la Doctora Anastasia Téllez Infantes, quien ha puesto en valor el trabajo de estas mujeres estepeñas, explica que cuando surgió el oficio de los mantecados, “ser mantecaera te garantizaba el trato de ser buena estepeña”. A día de hoy, Nazaret afirma que el negocio de los mantecados y polvorones va más allá de la producción y que acerca mucho el turismo a la comarca. Así, asegura, que en Estepa “la mayoría de las mujeres no podrían subsistir si no existiera la tradición de los mantecados”.