“El conspirador nato que es Queipo, al saberse entre la espada y la pared, en un putsch perdido de antemano por los torpes planes estratégicos del general Mola, asume su dilema: o caer ante el pelotón de fusilamiento, como rebelde sin causa, o presentar una batalla distinta, original y a ciegas, con un trío sobre el tapete: sorpresa, audacia y terror sin medida. Licencia para matar: ...os digo que a todo afeminado o invertido que lance alguna infamia o bulos alarmistas contra este Movimiento tan glorioso, lo matéis como a un perro” (charla del 25 de julio de 1936)“
Cuando el escritor y periodista Manuel Barrios elaboró 'El último virrey. Queipo de Llano' no se había aprobado la Constitución Española y la leyenda en Sevilla del general golpista, al que tardarían 71 años en sacar de la Macarena, se mantenía viva. La fuente principal del papel jugado por Queipo durante la guerra civil y el franquismo había sido hasta entonces la prensa local, mayoritariamente afín al régimen dictatorial. La edición revisada y actualizada del libro publicado en 1978 (El Paseo Editorial, 2023) puso nombre a los golpistas de Sevilla, lo cual sirvió en su momento como base de otras obras que, ya en democracia, intentaron despejar “el cúmulo de mentiras y falsedades inventadas” por los autores del golpe de julio de 1936 “para justificar sus acciones”, consolidadas durante la dictadura, y dibujando una “personalísima” silueta desconocida hasta ese momento del último responsable de unas 45.000 muertes al mando de los golpistas en Andalucía.
La antítesis de la radio
El libro, que incluye un prólogo del historiador Francisco Espinosa y un epílogo de Manuel Barrios Casares, hijo del autor, recupera aquella publicación apenas unos meses después de la exhumación de los restos de Queipo de Llano en virtud de la Ley de Memoria Democrática y cuyo subtítulo de entonces anuncia su contenido: “El personaje más fascinante, contradictorio y dramático de la guerra civil”. Entre las aportaciones de Barrios, que como periodista usó en los 60 y 70 los 'mismos' micrófonos de Radio Sevilla (ganó cuatro Premios Ondas) que Queipo hizo temblar años antes con sus charlas a través de Unión Radio EAJ5, empezó a demostrar que aquel general no había tomado Sevilla con “unos cuantos soldaditos”. Además, incorporó una copia original del bando de guerra de Queipo del 18 de julio, distinto al bando oficial usado por los militares golpistas.
Como dice el hijo del autor, el libro recoge “una captación más vivida de los acontecimientos”, otorgándoles cuerpo y contexto pero “sin desdibujar su contorno real”, precisamente con un gran protagonismo de la radio y de las 600 alocuciones de Queipo durante el primer año y medio tras la sublevación, una de las cuales recoge la portada. Aquel “sórdido” empleo de las ondas como instrumento de represión y miedo pudo ser quizás el detonante del interés en la figura de Queipo, justo en el medio en el que desarrolló Barrios la mayor parte de su vida profesional como periodista, considera su hijo.
Un libro en el que “la mejor réplica a la intolerancia de aquellas figuras terribles del bando vencedor en la contienda civil provenía, no de la respuesta encendida, sino de una exposición mesurada -implacable por impecable, gustaba decir- de cómo fueron las cosas y cómo se comportaban unos y otros en aquellos días siniestros”, dice Manuel Barrios hijo.
Así las cosas, la obra de Barrios relata cómo Mola y Franco desconfiaban de la impulsividad de Queipo y justamente por eso fue enviado a Sevilla 'la roja', una ciudad “poliédrica” en un contexto histórico “único en España”, como también se recoge en otro libro de reciente publicación acerca de la figura de Horacio Hermoso, el último alcalde republicano de la capital hispalense, escrito por el también periodista Antonio Fuentes. La trama novelesca también preside el estilo del libro de Barrios en aquella Sevilla de 1936.
El autor, teniendo en cuenta el contexto en que fue dibujado Queipo de Llano, relata en algunos capítulos momentos claves del golpe como el que dedica a “maese Cuesta”, por el comandante de Estado Mayor Cuesta Moreneo, el “genuino” cerebro de la sublevación en Sevilla. O el de “los errores que ganaron una guerra”: “no son pocos los tratadistas que atribuyen a Queipo de Llano un error de colosal magnitud... si fuera cierto”, escribió Barrios, cuando el general reveló por la radio (otra vez la radio) el alcance del alzamiento. La revelación del misterio Fernández de Villa-Abrille o las torcidas relaciones de Queipo con la República, previas al golpe, también se incluyen en esta obra, reeditada ahora y cuya importancia reside en el momento en el que se publicó, un mes antes de someter a España a la votación de la Constitución.
(La presentación del libro será el 1 de junio, a las 19.30 horas, en la Librería Botica de los Lectores, Calle Almirante Apodaca 23)