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Eduardo Cabrera / María José González de la Lastra / Ángeles Rodríguez —
18 de abril de 2025 21:31 h

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El Viernes Santo es tradicionalmente el día más castigado por las inclemencias meteorológicas en la Semana Santa de Sevilla, nunca pasa demasiado tiempo para que le llueva incluso en periodos de sequía. Por eso, es de celebrar la jornada plena que se ha vivido, con un tiempo magnífico pese a que las previsiones barruntaban que, una vez más, podía mojarse.

Entre el cansancio que deja tras de sí la Madrugada y la acumulación de días, el Viernes Santo tiene un aire entre bucólico y agotado, alegrado esta vez por un Sol radiante. Todo ello con la curiosidad añadida de ver al Cachorro, que la próxima vez que salga en procesión lo hará en Roma con motivo del Jubileo de las Cofradías dentro de un mes.

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