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Residencias públicas para universitarios: una solución al problema de la vivienda, desde 67 euros al mes (si consigues plaza)

La residencia de la Diputación en Blanco White

Inmaculada Calahorro

Sevilla —

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“En Sevilla tendría que pagar fácilmente diez veces más por lo que aquí me cuesta 60 euros al mes”. Lo cuenta Juan Tenorio, uno de los estudiantes que se aloja en una residencia de la Diputación de Sevilla para el alumnado de los pueblos de la provincia. Para él, que vive de su beca y no cuenta con apoyo económico de sus padres, la residencia es la única opción viable para continuar sus estudios. “Ni de broma podría permitirme un piso en Sevilla”, comenta.

Porque alquilar una habitación de estudiantes en la ciudad de Sevilla se ha convertido en una auténtica odisea, con un precio promedio de habitaciones que supera los 280 euros, según dos de las plataformas más empleadas en la búsqueda de piso, Milanuncios e Idealista, o los 300 cuando se trata de pisos de agencias inmobiliarias. Ante esta subida de los precios de alquiler, las cuatro residencias públicas de la Diputación de Sevilla se presentan como una alternativa cuya demanda se ha disparado en el último año. Sus económicos precios, adaptados a la renta familiar del estudiante, han hecho que pasen de tener plazas vacantes a listas de espera. Este curso 2024/2025, los alojamientos de la Diputación acogen a 545 estudiantes de la provincia de Sevilla, distribuidos entre el Complejo Educativo Blanco White (donde se ubican las residencias Alexander, Tartessos y Sevilla Activa) y el Complejo Educativo Pino Montano.

El objetivo de estas alternativas habitacionales es ofrecer una “solución integral a los jóvenes”, explican desde Diputación, pues además de alojamiento, proporcionan servicios de comedor, wifi y acceso gratuito a las distintas instalaciones deportivas de los complejos. El rango de precios de las tasas oscila entre 67,64 euros para los alumnos de rentas más bajas y 202,64 euros para los que cuentan con familias de mayor poder adquisitivo.

Una apuesta de décadas

El Complejo Educativo Blanco White y el Complejo Educativo Pino Montano tienen una larga tradición de servicio a los jóvenes de la provincia de Sevilla. El primero, ubicado en el antiguo Instituto de educación secundaria Virgen de los Reyes, comenzó en 1948 como un centro de formación profesional y con el tiempo se ha adaptado para acoger a estudiantes de enseñanzas medias y superiores.

Por su parte, el Complejo Educativo Pino Montano, que abrió sus puertas en 1973 con una función socioeducativa dirigida a la infancia en situación de vulnerabilidad, fue transformado en residencia universitaria a principios de los años 90. Actualmente, este complejo ofrece 250 plazas en habitaciones individuales, dobles, triples y cuádruples, con oferta de actividades y servicios, como comedor, sala de televisión y biblioteca. 

Los estudiantes que viven en estas residencias se decantan por las mismas, sobre todo, por la relación entre calidad y precio. Para Ragnar, residente del Complejo Blanco White, la residencia es mucho más que un simple lugar donde dormir: “Elegí Blanco White por tres razones: es económico, está bien ubicado y ofrece mucho por lo que se paga”. Ragnar, que lleva seis años viviendo en la residencia, explica que los precios de las habitaciones son considerablemente más bajos que en el mercado de alquiler privado. “Pago 90 euros al mes, pero al principio cuando no estaban las tasas, pagaba 180. En cualquier otro lugar, por lo que pagas aquí, no podrías ni alquilar una habitación”.

Por su parte, Roberto alumno del Complejo Blanco White destaca el ambiente estudiantil de la residencia como una ventaja importante a la hora de centrase en los estudios: “Aquí estamos rodeados de otros estudiantes, lo que nos ayuda a concentrarnos y a mantener el ritmo académico”.

Servicios y comodidades para los estudiantes

Las residencias no solo son asequibles, sino que también proporcionan un conjunto de servicios que permiten al alumnado concentrarse en sus estudios. Entre los más valorados por los residentes se encuentran el acceso gratuito a instalaciones deportivas y el comedor. Ragnar comenta: “Muchas veces nos quejamos, pero no somos conscientes de lo que ofrece la residencia. Por ejemplo, tienes una sala común bien equipada, con cocina, comedor, frigorífico amplio, etc.”.

Roberto enfatiza también en que el precio incluye servicios adicionales que en un piso privado serían un coste extra, como el mantenimiento de las instalaciones. Aunque reconoce que algunos aspectos de las residencias podrían mejorar, como el sistema de calefacción o la rapidez en el mantenimiento, concluye que el equilibrio entre el precio y lo que se recibe es inmejorable: “Por 90 euros al mes, tienes todo lo esencial para vivir y estudiar, lo que es impensable en un piso privado”.

Requisitos de acceso

El acceso a las residencias de la Diputación está regulado por una convocatoria pública, que evalúa las solicitudes según criterios socioeconómicos y académicos. Los estudiantes deben cumplir con ciertos requisitos, como tener su residencia familiar en algún municipio de la provincia de Sevilla y estar matriculados en estudios de bachillerato, ciclos formativos de grado medio o superior, o estudios universitarios.

Las plazas se adjudican en función de una escala que toma en cuenta la renta familiar, el patrimonio y las condiciones sociofamiliares. También se valoran aspectos como la distancia desde el domicilio familiar a Sevilla capital y el rendimiento académico. Los estudiantes con mayores dificultades económicas, como los que pertenecen a familias numerosas o monoparentales, tienen prioridad en el proceso de selección.

El papel del equipo educativo

Beli, educadora en las residencias Tartessos y Vicente Aleixandre, recalca la importancia de su trabajo con los estudiantes: “Mi trabajo con los residentes es absorbente, me convierto en su apoyo desde el lunes hasta el viernes. Invierto mucho tiempo en conocerlos a fondo, atender sus necesidades y, en algunos casos, entender su problemática socio-familiar”.

Las familias, según Beli, también valoran mucho este apoyo: “Saben que hay un personal educativo las 24 horas que cuida de los residentes en todos los aspectos, lo que les da mucha tranquilidad”. Aunque Beli admite que las residencias podrían mejorar en algunos aspectos, como el mobiliario o ciertas instalaciones, señala que “se han realizado mejoras recientes, como la instalación de nuevos sistemas de aire acondicionado”.

La demanda crece

La demanda de estas residencias ha aumentado considerablemente en los últimos años, en paralelo al encarecimiento del alquiler en Sevilla. Tenorio, que lleva varios años en Blanco White, asegura que el boca a boca ha jugado un papel importante en el crecimiento de las solicitudes: “Al principio éramos pocos, pero cada año más gente de los pueblos empieza a ver que es una opción rentable. Vienen dos, y al año siguiente se traen a sus amigos”.

El creciente número de solicitudes ha generado listas de espera en ambas residencias, que antes contaban con plazas vacantes. La razón principal detrás de este incremento, según Ragnar, es clara: “El mercado inmobiliario se ha vuelto inasequible para la mayoría de los estudiantes, mientras que las residencias ofrecen un precio mucho más bajo y una mayor estabilidad”.

Aunque las residencias ofrecen una solución habitacional económica, los residentes coinciden en que algunos aspectos necesitan mejoras. Entre las quejas más comunes está la lentitud en el mantenimiento de las instalaciones. Ragnar destaca que, aunque el estado general de los pisos es bueno, “si se les diera un mejor mantenimiento, todo sería perfecto. Estaría dispuesto a pagar un poco más si eso significara que mejoran las condiciones”.

No obstante, la Diputación de Sevilla ha comenzado a implementar algunas mejoras, como la instalación de nuevos sistemas de aire acondicionado y la modernización de las salas de estudio y las bibliotecas. “Están actualizando muchos servicios, y aunque ha tardado, al final están mejorando las cosas”, señala Roberto.

Las residencias públicas de la Diputación de Sevilla han demostrado ser una opción accesible y con recursos suficientes para hacer frente a la creciente demanda de vivienda estudiantil en la ciudad. Aunque no están exentas de retos, el equilibrio entre su precio y los servicios que ofrecen las convierte en una opción que los estudiantes califican de “insuperable”.

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