En un ambiente de fiesta, pero también reivindicativo. Así se han reunido unas mil personas este jueves en la Plaza Nueva de Sevilla, frente al consulado de Estados Unidos, con el fin de pedir al país norteamericano que anule los aranceles impuestos a la aceituna negra de mesa española, de la que Sevilla es el máximo exponente nacional.
Una concentración que ha servido para unificar la voz de todo el sector aceitunero, con apoyo a los sevillanos de compañeros llegados de la provincia de Córdoba. Políticos, sindicalistas, empresarios, agricultores… nadie ha querido faltar a una cita en la que representantes de los concentrados han accedido al consulado estadounidense para entregar en mano una carta con sus reivindicaciones al cónsul, Raynold von Samson-Himmelstjerna, que les ha recibido en su despacho.
La concentración se ha desarrollado en un ambiente festivo y sin incidentes, con la presencia de representantes de Asemesa, la principal patronal del sector. Su presidente, Carlos Camacho, ha asegurado que en su colectivo “estamos más que preocupados, como presidente y cómo empresa”, recordando que “llevamos un año trabajando muy duro, y estamos en una fase importantísima, y lo que necesitamos es una presión política a todos los sentidos, ya sea española o a nivel internacional, para que esto se pare”. Camacho dirige ‘Ángel Camacho Alimentación’ en Morón de la Frontera, una de las empresas más castigadas por estos aranceles.
“No hay aceitunas, no hay bases”
Una protesta en la que no han faltado alusiones a las bases de utilización conjunta en España junto a Estados Unidos. Asemesa reclama que, “si es necesario”, se condicione el uso de la base de Morón (Sevilla) al Ejército estadounidense como medida de presión. A pesar de su nombre, la base está íntegramente en suelo de Arahal, y su alcalde, Migue Ángel Márquez (IU), recogía el guante: “Estaría ”encantado de hacerlo. Llevo años diciendo que la base de Morón no debe ser de uso compartido, que es un atentado a los intereses de España, que el Ejército de Estados Unidos no tiene cabida en el territorio nacional. Si se unen a esta reivindicación, encantado de la vida, vamos unidos en esa petición“.
Márquez es, además, alcalde del pueblo líder mundial en exportación de aceituna de mesa Manzanilla, y avisa de que “esta medida que pretende imponer el Gobierno de Estados Unidos va a afectar directa o indirectamente a la economía fundamental de la provincia de Sevilla, como es la aceituna de mesa”, recordando que “si este arancel se acaba imponiendo, detrás vendría a la aceituna Manzanilla, por lo que tenemos que unirnos y que sepan que el cabreo se perciba no sólo en Estados Unidos, sino que vean en la Junta y el Gobierno que el sector no se queda quieto y estamos dispuestos a pelear”.
Golpea fuerte la medida en La Roda de Andalucía, donde funciona Agro Sevilla, líder mundial en exportación de aceituna negra. Su alcalde, Fidel Romero, estuvo reunido con el cónsul americano, y explica que, “esto es algo que va a abrir la puerta a otros productos, y nos puede dar muy de lleno, porque el 33 % de nuestra economía está basada en el sector agrario, o bien en la manufactura del sector agrario, y estamos no preocupados, sino muy preocupados por esto”.
A pocos kilómetros, Antonia Capitán, alcaldesa de El Saucejo, dice que “no nos podemos quedar impasibles ante la situación que estamos viviendo, porque primero será la aceituna negra, luego la verde, y luego el aceite de oliva, y debemos estar unidos contra eso”.
Frente común europeo
Entre los manifestantes, el presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, reivindica “un frente común europeo, que nos posicione contra las restricciones arancelarias aplicadas por las autoridades estadounidenses, que hoy han fijado su objetivo en la aceituna negra de mesa, pero que no parece que vayan a parar ahí”.
Rodríguez Villalobos no olvida que “la aceituna negra sevillana está garantizando en la actualidad 8.000 empleos y más de dos millones de jornales, y las 134 entamadoras de la provincia de Sevilla le facturan a Estados Unidos 70 millones anuales”.
“Con la entrada en vigor de los aranceles aplicados al producto, por cada 100 euros de nuestras aceitunas importados en EEUU, se deben pagar otros 35 en aranceles”, explica Villalobos, quien ha cuantificado también la repercusión de las políticas arancelarias estadounidenses en la economía del sector: “En el primer trimestre de 2018, las ventas a Estados Unidos de aceituna negra sevillana han caído un 42 %”.
Ahora, queda esperar. El próximo 10 de julio se reunirá la Comisión de Comercio que debe decidir si se mantienen o se anulan los aranceles. Pase lo que pase ese día, el sector está listo para pelear.