Adelante Sevilla no ve en el horizonte un pacto con el PSOE. En precampaña, nadie quiere hablar de alianzas y todos los partidos dicen salir a ganar. González Rojas, que en un coloquio a dos organizado por la cadena SER, no ha podido estar acompañado por la alcaldable Susana Serrano, ha descartado una reedición de aquel Gobierno al alimón que fraguó entre PSOE y IU de 2007 a 2011.
Pese la transformación de la ciudad en ese periodo, que González Rojas ha llegado a equiparar con la del 92, tiene claro que no es posible y que el escollo está en quien hoy por hoy es alcalde y aspira a la reelección, Juan Espadas. “Sólo veo a Susana Serrano como alcaldesa”, ha afirmado, descartando como compañero de viaje al socialista al que ha acusado de “temblarle las piernas” ante casi cualquier cosa y que “a la mínima pacta con la derecha, porque está más cómodo que con la izquierda”.
Alerta de la saturación turística
Adelante Sevilla, la confluencia de confluencias que va más allá de IU y Podemos hasta sumar otras cinco fuerzas políticas de izquierdas (Participa, Equo, Izquierda Andalucista, Primavera Andaluza y Alternativa Republicana), tiene como línea estratégica para convencer al electorado sevillano el próximo 26 de mayo que “en 2022 se recuerde este mandato como el de un Gobierno que luchó contra el cambio climático y la desigualdad”.
La propuesta, que ha desgranado el número dos de esta candidatura, Daniel González Rojas (IU), en la entrevista coloquio, no es más que un modelo de ciudad sostenible en el que están en equilibrio una capital verde en la que se prime el transporte público, la peatonalización y la bicicleta, combinada con la redistribución de la riqueza a través de la economía social, la creación de un instituto municipal de crédito y un cambio de modelo productivo poniendo, entre otras propuestas, coto al monocultivo del turismo de masas.
Aunque ha admitido que en Sevilla aún no han surgido conflictos, González Rojas sí ha alertado de la turistificación. “De la avenida de la Constitución a la plaza de la Encarnación se van a construir cinco hoteles y surgen otros en cada edificio abandonado”, ha advertido. Una sobresaturación cuyas consecuencias ve a corto plazo. “Un exceso de oferta va a suponer que se acaben tirando los precios de las habitaciones y quien lo acabará pagando será la camarera de piso, que cobrará menos”, ha reflexionado, sin olvidar la repercusión que está ya teniendo el fenómeno de los apartamentos turísticos (que cataloga de “falsa” economía colaborativa) en el precio de los alquileres, desplazando a la población de la zona y dando alas a otro fenómeno en paralelo, el de la gentrificación.
La única vía preventiva está, a su juicio, en una apuesta por el turismo de calidad basado en una apuesta por la difusión del patrimonio histórico y artístico de la ciudad que vaya más allá de los grandes eventos como el año de Murillo o Magallanes, y en una regulación, además de la instauración de un sello de calidad que valore las condiciones laborales o el respeto medioambiental de los establecimientos, entre otros aspectos. En este punto, ha acusado a los dos últimos alcaldes, el socialista Juan Espadas y su antecesor, el popular Juan Ignacio Zoido, de tener un modelo de ciudad de turismo y centros comerciales, desindustrializada y basada en el sector servicios. “Si se ponen todos los huevos en la cesta del turismo, y no se hace bien, en esta ciudad puede reventar la burbuja”, ha concluido.
Así ha cuestionado que espacios como el de Altadis o los terrenos del Batán del puerto dejen de ser suelo industrial, aunque como ha precisado “no una industria de chimeneas de humo negro”, y ha planteado como alternativa la inversión para hacer “apetecibles” y bien comunicados los parques empresariales que, según sus datos, generan el 40% del PIB de la ciudad, y evitar la fuga de inversiones a otros municipios cercanos.
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