No deja de ser casualidad, aunque ni mucho menos ha habido premeditación, que el día que el Papa bendecía en Roma el palio del nuevo arzobispo de Sevilla, José Luis Saez Meneses, en la capital hispalense por su parte saliera a pasear un palio muy particular. Lo portaban integrantes de la Red Sevilla por el Clima y con él estuvieron protegiendo a los viandantes que circulaban por el puente de San Telmo, llevándolos literalmente bajo palio para hacer más llevadero el impacto del sol en las horas centrales de este martes.
Con esta acción artística participativa se ha reclamado la instalación de toldos en los puentes de la ciudad, un elemento que se echa de menos en un trayecto en el que es imposible protegerse de los rayos solares. De los nueve viaductos y pasarelas que cruzan el Guadalquivir en el tramo urbano, sólo el del Cristo de la Expiración cuenta con sombra para no convertir ese recorrido en una travesía por el desierto de asfalto.
La iniciativa, bautizada como Paliando la calor, ha sido una forma de llamar la atención para reclamar en general más espacios umbríos no sólo en los puentes sino en toda la ciudad, con “corredores de buena sombra, con árboles, pérgolas y enredaderas en las calles, plazas y avenidas”. Así rezaba el llamamiento a participar en esta acción, con la que Sevilla por el Clima reivindica “recuperar urgentemente lo mejor de nuestra ancestral tradición de lucha contra el calor ante la emergencia climática que sufrimos cada verano”.
“Hemos estado acompañando a la gente protegiéndola del sol con el palio y paraguas verdes”, a la vez que de paso se aprovechaba para explicar el porqué de esta iniciativa, señala Claudia Zabaleta, integrante del colectivo. “Que sólo un puente en Sevilla tenga sombra es algo flagrante, mucha gente los cruza de manera permanente y a cualquier hora del día”.
¿Ha sido entonces una acción llamando la atención del Ayuntamiento, para que tome cartas en el asunto? “Esto no ha ido en contra de nadie, sino a favor de más sombras por toda la ciudad”, una pintoresca forma de que “la gente tome conciencia para que así apoyen iniciativas de este tipo cuando se presenten”.
Por si no fuera suficiente con el sol que caía a plomo en Sevilla en las primeras horas de la tarde, para terminar de acongojar a la concurrencia se han hecho tomas de temperatura en el asfalto y la acera en puntos con sombra y sin ella. ¿La conclusión? “Una diferencia de hasta 20 grados”, una forma bastante gráfica de reflejar el alivio que aporta poder esconderse de la acción directa del sol.
A todo esto, la reclamación de toldos para los puentes ha venido a producirse cuando –un año más– se entra en julio sin que todavía estén colocadas las velas que cubren las principales calles del centro de la ciudad. El gobierno municipal asegura que esto es la última vez que pasa, que por fin de la tarea se va a encargar una empresa con un contrato por tres años para que no haya que sacar el concurso de turno anualmente con sus consiguientes retrasos, y que de hecho a partir de 2022 va a haber toldos hasta en la Avenida de la Constitución.
Eso será el año que viene, pero lo cierto es que este 2021 sigue sin llegar la sombra a las calles más comerciales. El problema ahora, se alega, es que algunas empresas han presentado recursos contra este concurso, lo que lo ha retrasado todo. Pese a ello, ya han pasado tres semanas desde la última vez que el Ayuntamiento dijo que en dos semanas estaba todo arreglado, lo que ha dado argumentos a PP y Cs para poner el grito en el cielo… donde brilla un sol de justicia.
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