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Sevilla no quiere que el coronavirus marchite su flechazo inversor con China

Antonio Morente

8 de febrero de 2021 20:29 h

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Sevilla quiere entrar con fuerza en el Año del Buey, que es al que la comunidad china dará la bienvenida la noche del 11 al 12 de febrero. Y para ello, el alcalde hispalense, Juan Espadas (PSOE), mandaba este fin de semana un mensaje en chino felicitando el Año Nuevo y deseando paz, salud, éxito y felicidad, además de confiar en vencer pronto a la pandemia para que así se produzca el reencuentro con unos visitantes que recorren más de 9.000 kilómetros para plantarse en Sevilla.

La incursión del regidor en tan complejo idioma ha provocado una cascada de memes, aunque no es la primera vez que lo hace y, según dicen, se le entiende bastante bien. De hecho, el embajador de China en Madrid ha llamado al alcalde para agradecerle el detalle y el esfuerzo, porque la cosa no es fácil. 

“Tampoco fue para tanto, me llevó un ratito hacerlo”, ha desvelado el regidor, que se aprendió el mensaje de memoria para recitarlo ante la cámara. “Si esto consigue que a Sevilla la vean millones de personas, hablaré en chino, finlandés, neerlandés y en cualquier idioma en el que me entiendan”. 

El mensaje se le remitió a la Federación Mundial de Ciudades Turísticas ((WTCF por sus siglas en inglés), que tiene su sede en Pekín, a las embajadas de China en España y de España en China, a las asociaciones de agencias de viajes y turoperadores de China, y a la Asociación de Chinos de Andalucía. Un guiño en chino con el que Sevilla pretende reforzar la imagen que viene trabajándose en los últimos años para atraer no sólo turistas, sino también inversiones.

Mercado turístico al alza

Y la cosa parece que funciona, o al menos eso dicen los datos. En 2019, último año completo antes de la irrupción de la Covid-19, el mercado turístico chino se consolidó como el octavo más importante para Sevilla, fue el que más creció (un 33,32%) y se plantó más allá de los 64.000 visitantes. Todavía están a años luz de los 241.000 que vinieron ese año desde Francia, el principal mercado para la ciudad, pero el crecimiento ha sido sostenido en los últimos años, con cifras de dos dígitos.

En cuanto a las inversiones, el propio Espadas asegura que hay empresas chinas (sobre todo tecnológicas) que quieren implantar parte de su producción en el área metropolitana. ¿Algo concreto por ahora? Pues no mucho, porque la pandemia lo ha paralizado todo, pero en marzo del año pasado, sólo unos días antes de que se decretara el estado de alarma, el Ayuntamiento hispalense firmó un acuerdo de colaboración con una empresa de drones china, EHang Tecnology, que trabaja en unos coches voladores que pueden transportar pasajeros y mercancías. Sevilla, en este caso, sería la cabeza de puente de esta compañía para implantarse en el mercado europeo.

Lo de las inversiones, además, es un viaje de ida y vuelta, porque varias empresas sevillanas del sector agroalimentario han puesto sus ojos en el colosal mercado que se les abre en el Lejano Oriente. Así se puso de manifiesto en la cumbre Europa-China de la WTCF que se celebró en Sevilla hace un par de años, otro capítulo más de este pequeño romance.

Proyectos a la espera

De hecho, aquella experiencia fue tan bien que la WTCF se planteó abrir su sede en Europa en Sevilla, hasta se habló de un edificio de valor patrimonial y se barajó incluso abrir salas de exposiciones permanentes sobre la cultura china y la nueva Ruta de la Seda. Todo eso quedó en suspenso a cuenta nuevamente del coronavirus, que parece empeñado en enturbiar esta relación, porque también dio al traste (al menos por ahora) con la PATA European Summit, una cumbre del turismo asiático que se iba a celebrar en primavera. Sevilla, a todo esto, se presenta como ciudad Chinese Friendly City y ha firmado algún que otro protocolo de amistad con ciudades chinas.

El interés creciente por China viene impulsado porque cada vez hay más chinos con posibilidades y ganas de viajar bien lejos, y aquí Sevilla quiere colarse en la lista de deseos de estos viajeros porque puede ofrecerle lo que van buscando. ¿Y qué van buscando, por cierto? Pues están interesados en la cultura, el patrimonio, las tradiciones, las experiencias premium o de lujo y la gastronomía. 

Así que si hay que volver a hablar en chino mandarín, Espadas está dispuesto a repetir. Porque, además, no es la primera vez que lo hace: ya se aventuró con un mensaje en 2018 (que se proyectó en una pantalla gigante en la plaza de Tiananmen de Pekín, aunque éste bastante más corto) y, más recientemente, con otro para animar a participar en un certamen en Shangai en el que se invitaba a artistas chinos a hacer sus propias versiones de cuadros de Velázquez, una iniciativa a la que se presentaron más de 1.500 obras.

La idea, al final, es que al hablar de España los chinos piensen en Sevilla. Al margen de convenios de colaboración y acuerdos de amistad, a eso ayudan sobre todo detalles como que la imagen que preside la sala que la embajada de China en Madrid utiliza para sus actos oficiales es la de la Plaza de España hispalense, que sale así como telón de fondo en estos eventos. Y si la felicitación del Año Nuevo Chino “sirve para que seamos más conocidos, bienvenido sea”, porque esto abona una relación que se afianza al ritmo lento pero seguro del búfalo, al que los chinos consagran el año que entra.