Un trozo de pan y una sardina al día en el campo de concentración franquista reconvertido en cooperativa olivarera
La ubicación de un antiguo cuartel junto a las vías del tren a su paso por Sanlúcar la Mayor (Sevilla) era perfecta para el traslado de los cientos de prisioneros que malvivían en barracones que hoy día sirven para el almacenaje de aceitunas
Sanlúcar la Mayor (Sevilla) tiene unos 14.000 habitantes. No muchos vecinos saben que en su pueblo hubo un campo de concentración. Que tuvo una vida corta, entre marzo y octubre de 1939. Siete meses, ya con la Guerra Civil terminada, en los que se convirtió en uno de los más de 20 lugares que los golpistas de Francisco Franco levantaron en Sevilla y provincia para servir forzadamente al incipiente régimen dictatorial. Tampoco saben que allí los presos, de paso a otros campos, comían tan solo un trozo de pan y una sardina al día.
Las pesquisas del Observatorio Ciudadano Municipal (OCM) de Sanlúcar la Mayor han dado con una serie de tratados y artículos, a partir de una primera comunicación del grupo de trabajo Recuperando la Memoria de la Historia de Andalucía de CGT, que demuestran su existencia. Fuentes orales han hecho el resto para saber qué hubo en lo que ahora es una cooperativa olivarera, pero que fue un lugar para la clasificación de prisioneros por parte de las tropas golpistas tras la sublevación militar de julio de 1936.
El de Sanlúcar era un lugar donde se auditaban o valoraban a los prisioneros. En función de su valoración, el preso tenía cuatro posibles destinos: se le permitía volver a su lugar de origen presentándose a la Junta de calificación (que la conformaban el alcalde, el jefe del movimiento de Falange, el comandante del puesto de la Guardia Civil y el cura párroco), se le obligaba a apuntarse en el ejército franquista para salvar la vida, se le mantenía en prisión o se le llevaba “al paredón”, apunta el OCM.
Una infraestructura en uso
Además de la documentación a la que ha tenido acceso este periódico, han sido también los contactos de este OCM con parientes de aquellos prisioneros los que advierten de la escasa alimentación que se ofrecía en esos campos de concentración de prisioneros como el de Sanlúcar. Un trozo de pan y una sardina al día, aunque otras fuentes orales expresan que más adelante se daba un plato de lentejas. La Cooperativa Olivarera de Sanlúcar la Mayor fue antes un cuartel, que tuvo que ser habilitado urgentemente en 1939 en campo de concentración para la clasificación de presos republicanos que llegaban de Barcelona y Valencia y de los municipios de Sevilla, informa el OCM.
Un paseo por los alrededores de la cooperativa, en pleno pueblo y con una zona de viviendas de reciente construcción en la contigua Avenida del Presidente Adolfo Suárez, da buena muestra de la estructura de aquel cuartel, con barracones ahora convertidos en almacenes, y varias construcciones conservadas de aquella época. Según el activista Cecilio Gordillo, el de Sanlúcar sería “uno de los pocos campos que en la actualidad se sigue utilizando la infraestructura”. “Hay otros dos en la provincia de Granada y uno en Almería. Es decir, cuatro de los 53 que existieron entre 1937 y 1962”, explica a este periódico.
Toda aquella infraestructura, o al menos una gran parte, se sitúa junto a la estación de tren de Sanlúcar, aún en funcionamiento, y disponía aquel lugar como estratégico para el traslado de prisioneros en plena posguerra. Antes de su conversión a campo franquista estuvo ocupado por el Tercio Virgen de los Reyes y, posteriormente, cuando se cerró, fue recuperado de nuevo como cuartel y ocupado por distintos grupos o regimientos del Ejército en diferentes periodos. De acuerdo siempre a las indagaciones del OCM, unos 930 prisioneros malvivían allí hacinados en los almacenes y sin ninguna condición higiénica. Según la tipología de su ubicación, también puede que las letrinas fuesen las excavaciones que se hacían en las zonas limítrofes de la parcela.
Centro de traslados
Su ubicación perfecta para el trasiego de personas que llegaban y salían del campo de concentración dio pie a la OCM para comprender la documentación bibliográfica a la que se llegó a través de legajos desde 1936 a 1940 en el Archivo Municipal, donde constan cientos de documentos con traslados hacia o desde Sanlúcar. Así, el 12 de marzo de 1939 aparece el primer documento con traslado de prisioneros de guerra y, a partir de abril de 1939, ya se reseñaba Sanlúcar la Mayor como campo de concentración. En mayo de 1939 figura el traslado desde el campo de La Rinconada con destino al campo de Sanlúcar la Mayor de cientos de tablones para literas y patas y tornillos. El 25 de junio de 1939, desde la Región militar se envía ropa para el campo de concentración de Sanlúcar la Mayor, según ha comprobado este medio.
El último documento de traslado que figura es del 25 de octubre de 1939, que ilustra esta información, y donde se refleja un movimiento de tropa a Sevilla de 439 personas, apenas unos días antes que los prisioneros fueran enviados al campo de concentración de Heliópolis. En diciembre de 1939, según las indagaciones del OCM, el lugar se recuperó de nuevo como cuartel y pasó a ser ocupado el Grupo de Regulares de Larache. La indagación coincide con lo que manifiesta Cecilio Gordillo. “Los últimos 900 presos de ese campo, la mayoría catalanes, fueron trasladados al campo de 'El Colector' en Heliópolis, que entonces ejerció de prisión habilitada o de apoyo a La Ranilla”. Era el último día de octubre de 1939.
Sin noticias
Este Observatorio Ciudadano Municipal trata desde 2019, a través de la Junta de Andalucía, de que se declare este antiguo campo de concentración como Lugar de Memoria, si bien no ha recibido “información alguna” respecto a su petición mediante una comunicación al Comisionado de la Concordia. En octubre de 2019 se remitió la solicitud al grupo de trabajo sobre lugares y senderos de memoria democrática de Andalucía, según se le trasladó desde el propio comisionado, sin que hasta el momento haya recibido información del estado acerca de la petición. Desde hace más de dos meses, el Comisionado de la Concordia está sin persona al frente.
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