“No hay red”. Esa es la frase más repetida en las inmediaciones de las oficinas municipales que se han visto afectadas directamente por el ciberataque que sufrió el servicio informático del Ayuntamiento de Sevilla el pasado martes y que ha dejado apagados desde entonces 4.000 terminales, y suspendidos todos los servicios online y aplicaciones. Lo dice el personal de seguridad a la entrada de sedes como la Agencia Tributaria, lo vuelven a explicar los propios trabajadores y lo replican finalmente los usuarios cuando salen habiendo o no podido solventar sus gestiones.
En su caso, Alberto se marcha al trabajo sin la carta de pago del impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras (ICIO) para la que había solicitado cita previa, antes de que se bloquearan todos los servidores como medida de prevención y para minimizar el riesgo de infección, según lo expresado este jueves por el delegado de Hacienda, Participación Ciudadana y Transformación Digital y portavoz del Pleno, Juan Bueno.
Tampoco Antonio y Raquel han podido completar su consulta como les gustaría, pero salen conformes. “Nos han atendido dentro de lo que han podido porque no tienen red”, comenta este conductor que había acudido a la Agencia Tributaria para solicitar las fotografías de una multa de tráfico. En cualquier caso, agradece la atención recibida y señala que ha podido entregar sus alegaciones por escrito y presentarlas ante registro manual, “con el sello de toda la vida”.
Entretanto, algunos de los técnicos que salen a desayunar comentan la situación inusual que llevan viviendo desde hace varios días en las oficinas municipales, toda vez que los 4.000 equipos informáticos que atesora la administración local siguen paralizados, si bien sólo se han detectado tres equipos afectados por el ataque perpetrado a manos de la organización criminal LockBit.
Esta medida que el Ayuntamiento reivindica como “una decisión propia”, en sintonía con su apuesta por extremar la cautela y actuar conforme a “criterios de garantía y seguridad”, ha despertado recelos entre especialistas en ciberseguridad consultados por elDiario.es, que consideran desmesuradas las acciones que está llevando a cabo el Gobierno municipal (paralizar sine die la totalidad de equipos y servidores), mientras sostienen que la afectación ha sido ínfima y que los ciberdelincuentes no han tenido acceso a los datos personales.
Además de redundar en esta idea, el concejal Juan Bueno ha anunciado, al término de la Junta de Gobierno ordinaria celebrada este viernes, que la corporación municipal ha acordado poner en marcha los trámites legales para realizar una auditoría integral sobre el estado de seguridad de los servicios informáticos. De esta forma, aspiran a “identificar vulnerabilidades”, así como a ir orientando las acciones que se van a emprender tras el hackeo, con la mirada puesta en “mejorar la gestión de la ciberseguridad del Ayuntamiento de Sevilla”.
Mientras, el personal municipal trata de continuar desempeñando sus funciones, resolviendo las gestiones “que no requieren línea”, tal y como apunta una trabajadora de la Agencia Tributaria al ser preguntada por SevillaelDiario.es. En la misma línea, otro grupo de profesionales arguye que “hacemos lo que podemos”. Y lo que se puede se hace con papel y boli: “Todo a mano”. Por lo que habrá que digitalizarlo una vez se reanude completamente el servicio informático.
A este respecto, el delegado de Transformación Digital que se está encargando de informar sobre las novedades del asunto asevera que los técnicos trabajan ya (y seguirán haciéndolo durante el fin de semana, ha dicho Bueno) en la planificación del proceso de recuperación de la normalidad informática. No obstante, el Consistorio sigue sin poner fecha para ese momento y reitera sus disculpas a los ciudadanos por los perjuicios que haya podido ocasionar este suceso.
Las secuelas del hackeo se han notado en la afluencia que habitualmente registran este tipo de sedes. Al estar bloqueada la página para solicitar citas previas, solo acuden a las oficinas aquellos ciudadanos que habían reservado con anterioridad o que se desplazan hasta allí pensando que es problema de su servidor particular el no haber podido acceder a la oficina virtual.
Con todo, algunos se personan “para nada”, como lamenta Jaime a su salida de los servicios centrales de la Agencia Tributaria en la capital andaluza. Este joven quería solicitar el expediente administrativo de una multa que no le han notificado, pero la solución que le han ofrecido ha sido rellenar un formulario. Dado que no se puede acceder al servidor online, las oficinas están registrando manualmente las diferentes solicitudes para que quede constancia de que el sujeto en cuestión trató de solventar una determinada gestión “en tiempo y forma”.
Además de una reducción en el volumen de consultas, otro de los efectos derivados de la situación sobrevenida por el hackeo es la lentitud. Así lo transmite un vecino que lleva varios días acudiendo al Registro General a fin de solucionar un trámite relativo al padrón. “Va lento porque no funcionan los ordenadores”, le explica a otro ciudadano que aguarda igualmente la cola para ser atendido.
Aun así, los trabajadores tratan de agilizar el procedimiento lo máximo posible, facilitando copias del anexo que deben rellenar para dejar constancia de sus documentos. En algunos casos que requieren mayor inmediatez, se recomienda también a los ciudadanos acudir directamente al registro de Diputación provincial para presentar allí sus escritos.
Junto a las gestiones de índole financiera y administrativa, también sufren retraso las relacionadas con la literatura. Las bibliotecas incluidas en la red municipal, como la de Luis Cernuda, se declaran “afectadas” por el ciberataque. Después de tres días sin línea, los trabajadores se limitan a atender a la ciudadanía vía telefónica y a tramitar de forma manual préstamos de libros que tengan localizados. “No podemos hacer nada más, ni gestiones de compra, ni consultas de catálogo, ni renovación de libros, ni trámites interbibliotecarios [entre archivos del resto de la comunidad]”, reconoce una de las bibliotecarias, que manifiesta su preocupación por no poder contestar a las consultas que llegan “a diario” a través del correo electrónico.
Desde el Consistorio hispalense, lamentan no poder brindar a los sevillanos la atención que les gustaría y aseguran que, una vez restaurado el sistema y analizado al completo el alcance de los daños, se trabajará en reparar los inconvenientes que hayan podido surgir, valorando la posibilidad de prorrogar plazos en determinados pagos o gestiones, si se considerase oportuno.
De momento, los esfuerzos del Gobierno local están volcados en planificar la recuperación del sistema informático, que se llevará a cabo “sin prisa pero sin pausa”, de forma paulatina y siguiendo en todo momento las directrices y recomendaciones de los especialistas. Hasta entonces, continuará resonando en las oficinas el “no hay red”, seguido inmediatamente de la pregunta que sobrevuela desde el martes la ciudad: “¿Hasta cuándo?”.
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