Vuelven los cortes de luz y la “desesperación” a los barrios obreros de Sevilla: “así no se puede vivir”
“Sabíamos que iba a pasar”, lamenta Eva Collado, una de las portavoces de Barrios Hartos, la plataforma interdistritos de Sevilla que se encarga de coordinar las movilizaciones contra los cortes en el suministro eléctrico. Protestas que alcanzaron su punto álgido este pasado verano y que vuelven a repetirse esta temporada, avivando el malestar de los vecinos que, denuncian, llevan años soportando este problema “insoportable”. Lo cierto es que se temían que “la situación extrema” que se vivió en plena ola de calor, volvería a producirse con la llegada del frío. Pero “no esperábamos que fuera a empezar tan pronto”, asegura Eva en conversación con este periódico.
Se refiere a los continuos cortes de luz que están aconteciendo “a diario”, desde el mes de noviembre, en barrios obreros como San José de Palmete, donde se concentra esta vez el mayor número de incidencias y viviendas afectadas. Desde Barrios Hartos, advierten que las bajadas de tensión están derivando en circunstancias “dramáticas” para cientos de vecinos que, más allá de para realizar sus actividades básicas, necesitan la electricidad para sobrevivir, por cuestiones de discapacidad o enfermedad. Por ello, cientos de familias han vuelto a echarse a la calle la tarde de este jueves para protestar en una marcha que ha partido desde Los Arcos hasta alcanzar la sede comercial de Endesa, a quien acusan como responsable.
Por su parte, fuentes de la compañía eléctrica reconocen a este periódico que en la barriada de Palmete se ha registrado un episodio llamativo de “fusibles fundidos” que ha motivado que los operarios inicien una investigación para determinar las causas y poder solventar el problema. Por lo pronto, niegan que tenga que ver con falta de inversión o con infraestructuras obsoletas, como acusan los vecinos. En su lugar, se decantan por una sobrecarga en diferentes puntos de la red, cuyo origen están tratando de determinar.
Registro de incidencias
Entre los manifestantes, se encuentra Antonia Ruiz y su marido Francisco Ordina, un hombre de 67 años que padece una discapacidad severa. Antonia confiesa que la situación en casa desde principios de noviembre es “un sinvivir”. Cuenta que su marido se pasa el día en la cama: tiene amputadas las dos piernas, recibe un tratamiento de diálisis, prácticamente ha perdido la visión a causa de la diabetes y, además, necesita una máquina de apnea para respirar por las noches, por lo que “ni descansar puede ya”. “Lo estamos pasando muy mal”, admite Antonia a elDiario.es Andalucía antes de explicar que la luz se suele ir a diario tres o cuatro veces al día a lo largo de toda la semana. “Antes nos salvábamos los domingos, lo celebrábamos y todo, pero ya ni eso”, lamenta la mujer de Francisco.
De hecho, apunta su vecina, la jornada anterior el suministro se cortó a las 15:00 horas y no volvió hasta el filo de la medianoche. Además, de la calle donde vive esta pareja, hay otras seis en la barriada que se están viendo afectadas por los repentinos cortes de luz. Calles que conectan, según apostillan desde Barrios Hartos, con el canal de la Ranilla, una zona que presenta un estado “deplorable” como ya denunciaron a finales de octubre después de que una niña “no se matara de milagro”.
Mientras Endesa analiza el problema y determina la causa, los vecinos desarrollan su propia investigación en paralelo. Fernando de la Orden, electricista jubilado y vecino de Su Eminencia implicado en la causa que abandera Barrios Hartos, se está encargando de elaborar su particular informe técnico. “Estoy más liado ahora que cuando trabajaba”, asegura a este medio. Desde que empezó a contabilizar en noviembre los cortes que le fueron comunicando los vecinos a través del grupo en el que se coordinan, lleva registradas en su hoja de cálculos entre 200 y 300 incidencias sólo en Palmete hasta la fecha. “No doy a basto”, insiste antes de añadir: “es una vergüenza”.
Grito de ayuda desesperado
Este último acto de protesta celebrado fuera de los límites del barrio se convocó “de urgencia” tras una concentración espontánea. El sábado por la noche, “presos de la desesperación”, aproximadamente 200 vecinos salieron de sus casas y acudieron a la asociación vecinal. Se preguntaron entonces “¿qué tenemos que hacer para que solucionen esto? ¿A dónde tenemos que ir?”. Y cansados de esperar respuestas, acordaron retomar las movilizaciones para exigir así soluciones reales. “En verano la lucha sirvió”, celebra Eva Collado en alusión a los nuevos transformadores que se han ido instalando en los barrios de la capital afectados por la sobrecarga de la red, dentro del convenio de colaboración suscrito a comienzos de julio entre el Ayuntamiento de Sevilla y la compañía de electricidad.
“Pero lo que han hecho son chapuzas”, reprocha aseverando que las instalaciones continúan presentando deficiencias, de acuerdo con la inspección que está realizando Fernando. “Con esto no nos vale”, afirma tajante. De ahí que además de manifestarse, Barrios Hartos haya presentado un informe ante diferentes organismos públicos por el temor a que la situación se agudice cuando apriete el frío en la temporada invernal. Entre otros, se han dirigido a la Junta de Andalucía, al Gobierno de España y al Defensor del Pueblo Andaluz con un escrito que describe la coyuntura e insta a las distintas administraciones a que “se impliquen” en su lucha.
En sus páginas, a las que ha tenido acceso este diario, se puede leer: “en relación a las deficiencias del suministro eléctrico que llevamos padeciendo hace muchos años y en especial este que ha sido insoportable, nos vemos obligados a pedirles a ustedes como responsables del bienestar de la ciudadanía que intercedan por nosotros como portavoces de vecinos afectados por los cortes y las continuas bajadas de tensión a parte del peligro que tenemos en las calles”.
Zonas “abandonadas” frente a zonas “escaparate”
“Las infraestructuras eléctricas, al igual que el resto de servicios comunes (deportivas, de ocio, etc), son absolutamente deficientes, cuando existen”, critican desde la plataforma vecinal. “Esto contrasta con lo que ocurre en otras zonas de la ciudad que lucen como un escaparate”, reprochan. Según su criterio, este electricista jubilado atribuye los cortes en el suministro eléctrico al estado de las instalaciones, arcaicas y a la falta de una previsión de carga respecto a la realidad del barrio. Deplora la “dejadez total” que se percibe en los barrios humildes frente a otras zonas de la capital “que son escaparate”.
En cualquier caso, desde Endesa garantizan que a la inversión de 270.000 euros que se efectuó a finales de julio con la instalación de un nuevo centro de transformación en Padre Pío Palmete que vendría a “reforzar el suministro de la zona” y a “mejorar considerablemente la calidad del servicio a los clientes”, se van a sumar otras en la zona. En concreto, según han indicado fuentes de la compañía a este periódico, en esta zona de Sevilla Endesa está ejecutando 18 obras encaminadas a reforzar la calidad de suministro de los clientes.
En concreto la compañía tiene contemplado el refuerzo de cerca de 25 kilómetros de cableado subterráneo de media tensión, realizando mejoras en 10 centros de transformación. A esto se une la instalación de 11 telemandos y la digitalización de 33 centros de transformación, según señalan las mismas fuentes, con el objetivo de actuar de forma inmediata y preventiva ante cualquier incidencia.
Sin embargo, los vecinos están hartos de palabras. “Queremos hechos”, sentencian quienes han secundado la protesta. “Los vecinos están dispuestos a luchar, la situación es insostenible y el frío aún no ha llegado, no quieren esperar, no pueden esperar”, manifiestan desde la plataforma interdistritos. En definitiva, la portavoz de Barrios Hartos concluye, una vez más, que “todo esto obedece a un abandono total y generalizado de los barrios obreros”.
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