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Ocho razones contra el euro por receta

El enésimo hachazo al Sistema Público de Salud perpetrado por el Gobierno de la Comunidad de Madrid consiste en privatizar la gestión de seis hospitales más, pese a haber tenido que rescatar a las concesionarias de los tres actuales en 2010, e implantar el euro por receta. Aunque resulte ya cansino, esta nueva tasa llega de mano de los creadores de “no subiremos los impuestos”.

1. Es una tasa que grava la enfermedad. Nadie decide por sí mismo enfermar, por lo que los medicamentos son un gasto inelástico, es decir, obligado para quien los necesita.

2. El acopio de medicamentos que dice perseguir esta medida no se resuelve castigando al comprador, pero puede mejorarse controlando al prescriptor y al fabricante. Son los médicos los que emiten las recetas y las empresas farmacéuticas las que envasan en dosis que superan de largo el tratamiento tipo.

3. Para las rentas medias (cada día más bajas) es demoledor, porque se suma al copago de junio y el medicamentazo de agosto, que ya incrementaron el coste de las medicinas. Para los pensionistas es aún peor, suelen ser mayores consumidores de fármacos y tener pensiones inferiores a los 1.000 euros. En los últimos meses, además, son el sustento de familias enteras que se han quedado sin ingresos.

4. Contradice abiertamente la política sanitaria prometida no sólo por el PP nacional, también por el de Madrid cuando la jefa del Gobierno era Esperanza Aguirre. El actual Ministerio de Sanidad, dirigido por Ana Mato, anunció un recurso al Constitucional contra la implantación del euro por receta en Catalunya. Veremos si ahora lleva a los tribunales al Gobierno de Ignacio González.

5. Rompe la cohesión del sistema nacional de salud, puesto que establece diferencias en el acceso a los medicamentos en función de la autonomía de residencia. Debería recordarlo ese partido que tanto presume de defender la unidad de España.

6. Entraña peligros para la salud pública. Esa desincentivación puede llevar a los enfermos a no comprar fármacos que evitarían el contagio de su enfermedad.

7. Es económicamente ineficaz. Su capacidad recaudatoria es de 83 millones de euros, apenas un 1,2% del presupuesto sanitario de Madrid. Hasta su entrada en vigor, el 1 de enero, habrá acopio de fármacos y crecerá el gasto farmacéutico. Las repercusiones sobre la salud de los pacientes y el coste económico derivado de ello no están contempladas.

8. Hay otros nichos de ahorro. Madrid tiene una de las presiones fiscales más bajas de España en su tramo autonómico y deja de recaudar, sólo por el impuesto de sucesiones (herencias), unos 2.000 millones de euros. Bonifica en el IRPF cosas tan pintorescas como los uniformes de los colegios (de pago) y dedica 37 millones de euros a concertar colegios ultrarreligiosos.

Pero también esto lo hacen por nuestro bien. Es una medida educativa, “disuasoria” de nuestro desmedido afán por hacer acopio de medicamentos en casa. Se ve que enfermábamos por encima de nuestras posibilidades. Agradecidos deberíamos estar al Gobierno del PP de la Comunidad de Madrid, que vela por nuestra salud... siempre que podamos pagarla.

El enésimo hachazo al Sistema Público de Salud perpetrado por el Gobierno de la Comunidad de Madrid consiste en privatizar la gestión de seis hospitales más, pese a haber tenido que rescatar a las concesionarias de los tres actuales en 2010, e implantar el euro por receta. Aunque resulte ya cansino, esta nueva tasa llega de mano de los creadores de “no subiremos los impuestos”.

1. Es una tasa que grava la enfermedad. Nadie decide por sí mismo enfermar, por lo que los medicamentos son un gasto inelástico, es decir, obligado para quien los necesita.