Después del éxito de la pasada comparecencia de Rajoy en el Congreso, los asesores del Presidente se han venido arriba.
Uno de los macacos típicos del peñón de Gibraltar ha comparecido esta mañana en sede parlamentaria para como mediador en la ya conocida como “crisis de los bloques de hormigón” o la operación “qué hacer para meter ruido en Agosto y no hablar más de financiaciones ilegales”.
“La idea surgió casualmente”, nos cuenta Borja Ferré-Villaroel, coordinador del gabinete de Imagen del Presidente. “Queríamos, por un lado, acabar con el buenrrollismo instaurado en la época de Moratinos y, por otro, crear una cortina de humo que diera juego a la prensa durante el verano. Para evitar que se nos identificara con el franquismo, pensamos en una imagen fresca que actualizara le conflicto, algo divertido, con punchpunch. Después de una lluvia de ideas, surgió la idea del macaco. Y ahora vamos a por todas”.
El primate es autóctono de Gibraltar, se llama Mou y tiene el culo pelaó (literal) a la hora de lidiar con conflictos internacionalespelaó. Fue recomendado al Ministerio de Exteriores por Javier Solana y su nombre de guerra ha sido elegido haciendo alusión al ex entrenador del Real Madrid y ahora del Chelsea. “Queríamos algo que uniera las dos culturas, la del Reino Unido y de España, un símbolo compartido, una imagen con garra. Un tocapelotas”, continúa Ferré-Villaroel.
La comparecencia ha durado casi veinte minutos y ha sido dada integramente en llanito.
Mou, que habló todo el rato sobre una barandilla, ha tocado puntos sensibles para ambas partes, como el vertido de cemento en los caladeros y los draconianos controles de la verja. “Hombre, I'm telling you que no podemos seguir así, le dije a Rajoy. ”Hay un call pa ti“, y mientras, marcaba en línea directa con Cameron. ”Te llamo yo p'atrá anyway, Marianou“, contestó David. Y Cameron empezó dándole fuerte y flojo: ”Donde va tú con lo del welfare de la Bahía, con un cohete en el culo me estás ya quitando los controles de la Verja“. Yo les dije que tranquilitos, que se tomasen un fino o una cervecita y que yo estaría aliquindoi a ver qué resoluciones se tomaban. Y, claro, como los dos quieren partir el bacacalao, pues no way. ¡Asín que tenemos una mesa de negotiation empepinada y lista para comenzar a trabajar! Tranquilidad, my friends, que Royal Navy ni que Royal Navy, hombre”.
La intervención ha sido un éxito y ha dejado contenta a oposición, grupo mixto y hasta a la mísmisima Reina de Inglaterra, quienes han corrido respectivamente a sus lugares de vacaciones y han dado carpetazo el asunto hasta la próxima crisis del Estrecho.