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La Universidad de Oxford desaparece durante el discurso en inglés de Ana Botella

El claustro, las residencias estudiantiles, la capilla, refectorio, supermercado y hasta la caseta del perro: todo desapareció la mañana del pasado martes. Los pájaros del campos comenzaron a graznar enloquecidos y a empotrarse inopinadamente contra las lunas de los automóviles estacionados en el parking, que también desaparecería al poco. El rector y los decanos salieron asimismo chillando y tapándose los oídos sangrantes desde la legendaria biblioteca para caer fulminados a las puertas de la Universidad. Los viejos códices se deshicieron en cenizas, los diccionarios Webster, Oxford y Collins implosionaron a un tiempo en sus versiones papel y digital. Todo ha desaparecido dejando un socavón enorme, desolador y lleno de interrogantes. El primero de ellos: ¿hay alguna razón que pueda explicar esta repentina desaparición?

Todo apunta a que la causa es debida a lo que ya se conoce como Efecto Botella, según el cual, casi cada vez que un español habla el idioma inglés en público, Dios (O directamente, My God) hace desaparecer una institución de la lengua británica. El Efecto Botella es un concepto físico que hace referencia a la noción del daño a un idioma original (en concreto, el inglés) que la más horrible de las pronunciaciones puede provocar al otro lado del planeta (especialmente desde Celtiberia). Sucediendo así que una pronunciación inicial estilo “restaurants and gël nou nait life”, mediante un proceso de amplificación que atraviesa Pirineos y Canal de La Mancha con profundas y dañinas ondas de alta frecuencia puede generar un efecto destructivo considerablemente grande en un corto plazo de tiempo. En este caso, y debido a la magnitud del daño provocado desde la tribuna del acto de bienvenida a la Comisión de Evaluación del COI a Madrid presidido por Botella el pasado martes, el efecto fue devastador e inmediato. Y lo que es peor, irreparable.

Los doctores Hannah y Barbera, de la Universidad de Cosas y Casos Extraños de Antigua y Barbuda y demás científicos que estudian y han acuñado el nombre de este fenómeno, creen que el socavón que absorbió toda la universidad, a todos sus doctores y sus bibliotecas de la legendaria institución de Oxford, se produjo exactamente en el momento en que la Alcaldesa Ana Botella pronunció el fragmento de su texto: “du no hesitei to toq and mingel güiz de madrileños”.madrileños

Todo son interrogantes sin respuesta. Y mucho dolor. Iker Jiménez y Carmen Porter ya se han personado en lugar de los hechos, ofreciendo sus servicios a Scotland Yard y a la mísmisima Reina de Inglaterra, quienes han declinado su ayuda de muy malas maneras y están estudiando medidas contra España en general. OMG!

El claustro, las residencias estudiantiles, la capilla, refectorio, supermercado y hasta la caseta del perro: todo desapareció la mañana del pasado martes. Los pájaros del campos comenzaron a graznar enloquecidos y a empotrarse inopinadamente contra las lunas de los automóviles estacionados en el parking, que también desaparecería al poco. El rector y los decanos salieron asimismo chillando y tapándose los oídos sangrantes desde la legendaria biblioteca para caer fulminados a las puertas de la Universidad. Los viejos códices se deshicieron en cenizas, los diccionarios Webster, Oxford y Collins implosionaron a un tiempo en sus versiones papel y digital. Todo ha desaparecido dejando un socavón enorme, desolador y lleno de interrogantes. El primero de ellos: ¿hay alguna razón que pueda explicar esta repentina desaparición?

Todo apunta a que la causa es debida a lo que ya se conoce como Efecto Botella, según el cual, casi cada vez que un español habla el idioma inglés en público, Dios (O directamente, My God) hace desaparecer una institución de la lengua británica. El Efecto Botella es un concepto físico que hace referencia a la noción del daño a un idioma original (en concreto, el inglés) que la más horrible de las pronunciaciones puede provocar al otro lado del planeta (especialmente desde Celtiberia). Sucediendo así que una pronunciación inicial estilo “restaurants and gël nou nait life”, mediante un proceso de amplificación que atraviesa Pirineos y Canal de La Mancha con profundas y dañinas ondas de alta frecuencia puede generar un efecto destructivo considerablemente grande en un corto plazo de tiempo. En este caso, y debido a la magnitud del daño provocado desde la tribuna del acto de bienvenida a la Comisión de Evaluación del COI a Madrid presidido por Botella el pasado martes, el efecto fue devastador e inmediato. Y lo que es peor, irreparable.